No deseo vivir

sobresaltado. No quiero tener cada d¨ªa una nota que me revuelva las tripas y descomponga mi cerebro. Estoy harto de tanta variedad. Reclamo mi derecho a aburrirme. Detesto que las locuras sean lo cotidiano en la vida de esta tierra m¨ªa. Me revienta que la originalidad se emplee para ponerme los pelos de punta. Anhelo disponer de la calma y la monoton¨ªa necesarias para emplear mi creatividad en algo constructivo.Cuando quiera emociones excitantes ir¨¦ a la monta?a rusa y ver¨¦ el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa en el circo. Prefiero que el coraz¨®n me d¨¦ un vuelco mientras contempl¨® el cari?o con que cada cual hace su trabajo, extasiarme ante los avances de la ciencia o ante una obra de arte. Prefiero la sensaci¨®n cotidiana de unos pol¨ªticos y una Administraci¨®n con verdadera conciencia de servidores p¨²blicos. Sin duda, se me empa?ar¨¢n los ojos...

Colaboro con mis impuestos, me resigno a cobrar cada vez menos y no me importar¨ªa quedarme s¨®lo con una hebilla de mi cintur¨®n para solidarizarme con los problemas generales. A cambio s¨®lo pido seriedad.

Desde la impotencia que me confiere mi condici¨®n de ciudadano an¨®nimo, lanzo este grito: el tiempo de la irresponsabilidad debe pasar, empleemos nuestro genio y nuestra pasi¨®n en la vida, nunca en la indiferencia, la destrucci¨®n o la muerte./