Todo sigue tan oscuro como en la madrugada del lunes
Si el objeto fundamental del asalto al banco de Barcelona hubiera sido el dinero, los asaltantes deber¨ªan haber previsto su forma de salir de all¨ª. Pero no hab¨ªa coches en los que huir tras el asalto y contra lo que ha informado la polic¨ªa en el sentido de que pretend¨ªan huir por las alcantarillas, los once pistoleros no dispon¨ªan de material adecuado para cavar un t¨²nel que les condujera hasta la red de alcantarillado. Los rehenes que picaron uno de los muros del s¨®tano ten¨ªan como toda herramienta unos martillos, unas brocas, que se doblaron al primer golpe, Y un taladro de bricolage, propiedad del electricista del servicio de mantenimiento del banco. Unicamente a ¨²ltima hora, poco antes del asalto de los GEO, los asaltantes facilitaron a los rehenes encargados de excavar una barra de hierro fuerte y larga que hab¨ªan conseguido en alguna dependencia del edificio.La profesionalidad de los atracadores, a juzgar por el historial difundido por la polic¨ªa espa?ola y francesa, contrasta con la pobreza de medios con la que se embarcaron en este asalto al Banco Central y la amplitud de los objetivos. Once personas, con un armamento obsoleto (pistolas antiguas y una metralleta de la segunda guerra mundial, oxidada y en p¨¦simas condiciones), se aventuran a controlar a m¨¢s de 250 personas en un edificio de cinco plantas y s¨®tano, cada una de ellas de 750 metros cuadrados de superficie divididos en m¨²ltiples despachos y dependencias, sin contar -incluso- con walkie talkies para comunicarse entre ellos. En m¨²ltiples ocasiones tienen que emplear a rehenes para vigilar la posible aparici¨®n de la polic¨ªa. Y en estas condiciones, lo cual a?ade oscuridad al asunto, estos profesionales del atraco se permiten dar plazos de 72 horas, fingirse golpistas (una puesta en escena que requiere tiempo de preparaci¨®n) y reclamar la libertad de implicados en el 23 de febrero y solicitar aviones para huir al extranjero. Ochocientos cincuenta millones de pesetas est¨¢n all¨ª desde el primer momento y pr¨¢cticamente ni los tocan.
?C¨®mo funcionaron los equipos de seguridad del banco? El edificio tiene tres c¨¢maras de televisi¨®n, dos que vigilan el patio de operaciones y otra dirigida al primer piso, que nadie -ni directivos del banco ni rehenes- saben si funcionaron. Si hay im¨¢genes internas del asalto, ?qu¨¦ im¨¢genes son estas?; y si no las hay, ?por qu¨¦ no las hay? Por otra parte, pese a que uno de los vigilantes jurados desarm¨® moment¨¢neamente a un asaltante, no deja de ser extra?a la escasa resistencia a los ocupantes.
Se ha dicho que no se negoci¨® con los asaltantes, pero tanto los terroristas como los forzados Portavoces -en una conversaci¨®n telef¨®nica con Rovira Tarazona, a las siete de la tarde del domingo, o¨ªda por varios rehenes- acusan a las autoridades de ?incumplimiento de lo acordado?. La posibilidad de un desenlace r¨¢pido y pac¨ªfico, que horas antes hab¨ªan dejado entrever los asaltantes a los rehenes, avalan la sospecha de un posible pacto. La negativa de Ram¨®n Roll¨¢n, el cajero, a hacer ning¨²n tipo de declaraci¨®n priva a la opini¨®n p¨²blica del conocimiento de estas inc¨®gnitas. La existencia de unas llamadas de solidaridad de un denominado ?legionario rojo? o ?legionario de honor? tampoco han sido desmentidas.
Por ¨²ltimo, todav¨ªa est¨¢ por despejar la identidad del N¨²mero Dos y de las ?centurias amarillas? a las que se refiri¨® el general Prieto, y la relaci¨®n como confidente del N¨²mero Uno con la polic¨ªa. Por otra parte, algunos rehenes se han marchado de vacaciones sin que la polic¨ªa les haya llamado a declarar.
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