Dos polic¨ªas, heridos de bala en un extra?o atraco registrado en un banco de Valencia
Un singular atraco se registr¨® ayer en una sucursal del Banco de Santander en Valencia. Los atracadores no se llevaron la totalidad del dinero que conten¨ªa la caja y se cifra el bot¨ªn en algo m¨¢s de un mill¨®n de pesetas, seg¨²n fuentes de la entidad bancaria. Despu¨¦s de haberse marchado, cuando dos polic¨ªas nacionales estaban recogiendo la informaci¨®n de los hechos, los mismos atracadores, o bien otra persona o personas, dispararon contra ellos caus¨¢ndoles heridas de cierta consideraci¨®n. A ¨²ltima hora de la tarde de ayer se desconoc¨ªa la identidad de los delincuentes, as¨ª como si los hechos tuvieron motivaciones terroristas.
El atraco fue perpetrado contra la oficina n¨²mero cuatro del Banco de Santander, situada en el n¨²mero 49 de la avenida del Antiguo Reino de Valencia. El edificio, de cinco pisos y bajo. en el que est¨¢ ubicada la oficina, tiene una entrada por la que se accede a la escalera y tambi¨¦n a una puerta que comunica con el banco por la que suelen entrar los empleados.Los atracadores esperaron en el interior de, este portal, desde antes de las ocho de la ma?ana, a que fueran llegando los once empleados de la sucursal. Conforme acud¨ªan les enca?onaban y les ordenaban colocarse boca abajo en el suelo. Cuando estuvieron todos, pidieron al director de la oficina y al cajero que abriesen la caja, que cuenta con un sistema de apertura retardado. Los delincuentes aguardaron con gran tranquilidad a que la caja se abriese por su sistema retardado. Tomaron la mayor parte del dinero, dejando dos sacos pesados de moneda fraccionaria y otras cantidades que al parecer no vieron, lo Introdujeron en una bolsa y huyeron. Previamente se hab¨ªan apoderado del documento nacional de identidad de cuatro de los empleados.
Una vez que los atracadores salieron de la oficina, al parecer por la puerta de servicio, los empleados llamaron a la polic¨ªa. Inmediatamente acudi¨® un coche zeta que circulaba por las proximidades de la oficina y recibi¨® por radio la orden de acudir. En ese momento eran aproximadamente las 8.30 horas. Dos cabos de la Polic¨ªa Nacional que iban en el veh¨ªculo, Francisco Cremades Manaut y Fernando Navarrete del Arco, comenzaron a tomar nota de las declaraciones de los empleados, mientras que el otro ocupante del coche, un polic¨ªa conductor, se ocupaba de dejar ¨¦ste en un lugar que no estorbase al tr¨¢fico.
Unos diez minutos despu¨¦s de la llegada de los polic¨ªas comenzaron a sonar disparos procedentes de la puerta de servicio. Los empleados se echaron nuevamente al suelo y los polic¨ªas nacionalee intentaron protegerse tras dos columnas que hay en el local. Estos ¨²ltimos resultaron heridos y poco despu¨¦s, tras una nueva llamada a la polic¨ªa, eran conducidos al Hospital Cl¨ªnico de Valencia.
Fernando Navarrete fue intervenido durante media hora a causa de una herida en una pierna producida por el rebote de una bala. En cuanto a Francisco Cremades, fue intervenido por espacio de tres horas. Presentaba un impacto en un antebrazo con orificio de entrada y salida, y otra herida m¨¢s grave, producida por un proyectil que le entr¨® por un gl¨²teo y le estall¨® el cuello del f¨¦mur. Aunque el proyectil le fue extra¨ªdo, hay peligro de infecci¨®n durante 48 horas, seg¨²n fuentes del hospital. Los dos polic¨ªas se encontraban ayer tarde bajo los efectos de la anestesia y no hab¨ªan podido prestar declaraci¨®n.
Los empleados no pod¨ªan dar una descripci¨®n de la persona o personas que dispararon, ya que al parecer, no las vieron. La polilic¨ªa recogi¨® catorce casquillos de calibre nueve mil¨ªmetros largo y uno del nueve corto. Los catorce disparos del mismo calibre podr¨ªan pertenecer a la misma arma o a dos probablemente pistolas, y el del nueve corto indica que deb¨ªa haber probablemente una pistola m¨¢s. Los disparos se hicieron seguidos, aunque no en r¨¢faga lo que inclina a pensar que no hubo armas autom¨¢ticas.
Seg¨²n fuentes policiales, los cabos de la Polic¨ªa Nacional no repelieron la agresi¨®n por lo que el casquillo del nueve corto no pertenecer¨ªa al arma regamentaria de ninguno de ellos.
Al no haber prestado declaraci¨®n, no se ten¨ªan ayer datos sobre si los polic¨ªas heridos pudieron ver al agresor o agresores, aunque algunos empleados creen haber o¨ªdo decir a uno de los polic¨ªas las palabras ?es una t¨ªa?. Algunos testigos afirman haber visto salir del edif¨ªcio, despu¨¦s de producirse el tiroteo, a una mujer joven, rubia, de algo m¨¢s de un 1,60 metros de estatura con una blusa blanca, una falda azul y un bolso grande marr¨®n.
En cuanto a los atrcadores, parece que nadie les vio salir. Los empleados del banco les describieron como dos hombres j¨®nenes, uno de ellos de veinticinco a?os, vestido de oscuro con gafas verdes, cabello oscuro rizado y con entradas. El otro, m¨¢s bajo y quiz¨¢ algo m¨¢s joven cubr¨ªa su rostro con una media y parece que ten¨ªa el pelo liso. Ambos llevaban pistolas semiocultas con peri¨®dicos y se les oy¨® pronbunciar frases como ?lo tienes claro?,?no avises a la polic¨ªa? y sobre la caja?.z
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