Calvo Sotelo vendi¨® optimismo y libertad para salir de la crisis ante varios centenares de empresarios
Un mensaje de optimismo ante la crisis econ¨®mica y una reiterada defensa de la libertad, junto a la afirmaci¨®n de que no habr¨¢ elecciones generales hasta 1983, fueron los aspectos m¨¢s destacados de la intervenci¨®n del presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, en un almuerzo-coloquio con varios centenares de empresarios organizado con motivo del 25? aniversario de la Asociaci¨®n para el Progreso de la Direcci¨®n, que preside el liberal Antonio Garrigues Walker.Calvo Sotelo, que se mostr¨® inusualmente brillante y no dud¨® en descalificar cort¨¦s pero firmemente algunas pretensiones proteccionistas que aparec¨ªan en algunas preguntas, inici¨® su intervenci¨®n -en respuesta a las palabras de presentaci¨®n de Garrigues Walker- significando la importancia de que una instituci¨®n liberal y abierta como APD hubiese cumplido veinticinco a?os, ?per¨ªodo tan dilatado que s¨®lo suele ser superado por los reg¨ªmenes autoritarios?.
Calvo Sotelo, consciente del auditorio a que se enfrentaba (all¨ª estaban desde Sol¨ªs Ruiz y L¨®pez de Letona. a conspicuos liberales y socialdem¨®cratas), asegur¨® de entrada que se encontraba muy a gusto entre hombres de empresa. ?He vivido en la empresa cerca e veinticinco a?os. y he aprendido mucho?. Para a continuaci¨®n referirse a la desconfianza habitual de los empresarios hacia los pol¨ªticos: ?Alguna tranquilidad pueden tener ustedes cuando saben que alguien que ha aprendido casi todo en la empresa preside el Gobierno?.
Tras esta introducci¨®n, que caus¨® cierto efecto, el presidente del Gobierno bas¨® su exposici¨®n en dos temas econ¨®micos de actualidad: el decreto de reconversi¨®n industrial y el acuerdo sobre empleo -que todav¨ªa no ha sido ratificado- entre empresarios, sindicatos y Gobierno. Sobre el primero de los temas, Calvo Sotelo insisti¨® en la necesidad de que la industria s e adapte a la actual situaci¨®n de la demanda y se?al¨® que el decreto-ley es el marco inicial para reestructurar la industria espa?ola.
Sobre el segundo tema manifest¨® que ?las gentes desconf¨ªan de los pol¨ªticos porque piensan que no se ocupan de sus problemas, pero el hecho, del acuerdo sobre el desempleo demuestra que las clases dirigentes -empresarios, sindicatos y Gobierno- han sido sensibles a los problemas cotidianos de la gente. El acuerdo no supone una soluci¨®n inmediata a los problemas, pero s¨ª establece un marco para resolverlos?.
Tras destacar la voluntad pol¨ªtica del Gobierno de llevar adelante estos acuerdos, y la lecci¨®n de responsabilidad y solidaridad que han dado los sindicatos y los empresarios, Calvo Sotelo detall¨® algunas de las medidas aportadas por su Gabinete al problema de la crisis y el desempleo:
- Una pol¨ªtica monetaria que permita un crecimiento del cr¨¦dito al sector privado en 1982 de tres puntos.
- Mantenimiento de la actual fiscalidad, con un incremento del 0,5% en la presi¨®n, mediante una mejor gesti¨®n y corrigiendo el fraude.
- Contenci¨®n del d¨¦ficit presupuestario, de manera que se mueva en torno al 3,6 o 3,7% del PlB.
- Vigilancia estricta del presupuesto de la Seguridad- Social de manera que el crecimiento real se sit¨²e entre el 10% y el 11 %, excluidas las pensiones, y el crecimiento total, entorno al 14 %.
- Reforma del sistema de la Seguridad Social que permita reducir el peso sobre los costes de trabajo en m¨¢s de un punto.
- Inclusi¨®n en los Presupuestos de 1982 de medidas para fomento del ahorro, a trav¨¦s de un sistema de cuotas bloqueadas, e iniciaci¨®n de un proceso de acercamiento de las vigentes desgravaciones para evitar el privilegio a determinados t¨ªtulos de renta fija.
- Apoyo del Gobierno a la reducci¨®n de los costes financieros y los m¨¢rgenes de intermediaci¨®n, orientando debidamente su pol¨ªtica de deuda p¨²blica.
En respuesta a Enrique Fuentes Quintana, que alab¨® el acuerdo sobre empleo por cuanto signinca una contenci¨®n en los incrementos de costes. salariales y an factor psicol¨®gico que permita la recuperaci¨®n, peroque, rijo str¨® su inquietud por la escasa vigencia del acuerdo, Calvo Sotelo (tras recordar a Keynes: ?Todo pol¨ªtico es esclavo de un economista vivo?, y decir que los pol¨ªticos espa?oles eran, si no esclavos, disc¨ªpulos de Fuentes Quintana), afirm¨®: ?Tengo el prop¨®sito de revisar el acuerdo de empleo todas las primaveras ?.
A la pregunta del profesor Fuentes sobre si el Gobierno se iba a atrever a afrontar la impopularidad de restringir el gasto en los Presupuestos, el presidente le respondi¨® con una cita de Hegel. ?Habl¨® de la terquedad de los hechos, porque no sab¨ªa del presupuesto. Los presupuestos son tercos, pero vamos a hacer el esfuerzo, por impopular que resulte, de restringir gastos. Esto no quiere decir que en un solo a?o pueda superarse la inercia de algunos ministerios en los presupuestos de a?os anteriores?.
Calvo Sotelo comparti¨® con el profesor Fuentes su preocupaci¨®n por la liberalizaci¨®n de la econom¨ªa y el juego de la iniciativa privada. ?En todos los pa¨ªses suele haber un sector que espera siempre m¨¢s del Gobierno, pero suele estar a la izquierda, junto a otro a la derecha que cree m¨¢s en el mercado., Aqu¨ª nos falta este sector, porque quiz¨¢ hemos estado acostumbrados a vivir en una econom¨ªa, intervenida que funcionaba a trav¨¦s del BOE. Pero no basta escribir en el BOE para que los problemas se resuelvan?.
La er¨®tica de la inversi¨®n
El presidente del Gobierno respondi¨® con singular firmeza a Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez. de Letona, que se quej¨® de la banda salarial acordada en el acuerdo sobre empleo y critic¨® la reforma fiscal en cuanto que no estimulaba el ahorro y la inversi¨®n. Calvo Sotelo le record¨® a L¨®pez de Letona que en el AMI, renovado hace unos meses por la CEOE, el 11% era el extremo m¨ªrilmo de una banda salarial que acababa en el 15%. Afirm¨® que estaban retocando en algunos aspectos el tema fiscal, pero que en ning¨²n caso hac¨ªan contrarreforma, y anadi¨® que ?el acto de inversi¨®n tiene algo de er¨®tico. Hace falta tener el .almac¨¦n vac¨ªo, las m¨¢quinas en producci¨®n y el reclamo de una demanda. Entonces es atractivo invertir, independientemente de que el acto se produzca en el mejor lecho del palacio de Versalles o debajo de un puente?. En resumen, el presidente no cree que la inversi¨®n dependa de los est¨ªmulos fiscales del Gobierno. ?Yo, cuando estaba en la empresa y ten¨ªa que decidir inversiones, lo hac¨ªa cuando ¨¦stas eran convenientes. Si luego el Gobierno dictaba medidas que favorecieran aquellas inversiones, nos reun¨ªamos para felicitarnos en consejo de administraci¨®n por los beneficios adicionales que nos deparaban sobre inversiones ya decididas?.
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