El partido contra M¨¦xico, de madrugada
La selecci¨®n espa?ola que disputar¨¢ el pr¨®ximo mundial no es en su totalidad la que se encuentra de gira por Am¨¦rica. Aunque se ha venido diciendo que Santamar¨ªa hab¨ªa decidido los veintid¨®s hombres definitivos con los cuales iba a trabajar de aqu¨ª a junio venidero, en la larga escala efectuada en el aeropuerto de Nueva York manifest¨® que no ha olvidado la existencia de hombres como Quini y L¨®pez Ufarte, por citar unos ejemplos, con los que espera poder contar la pr¨®xima temporada.
La gira por Am¨¦rica, que hoy tiene su primera prueba en M¨¦xico, va a servir probablemente para conceder las ¨²ltimas oportunidades a algunos jugadores. Es m¨¢s que probable que de los que actuaron en Oporto tengamos ya m¨¢s de una baja definitiva.El partido de Portugal fue decepcionante por el modo en que se emplearon algunos. Un m¨ªnimo ritmo hubiera podido permitir incluso la victoria. Portugal gan¨® por el simple hecho de que puso m¨¢s fuerza en el segundo per¨ªodo, a pesar de que fue en este tiempo cuando la defensa espa?ola tuvo m¨¢s coordinaci¨®n. Pero el partido de Portugal sirvi¨® para comprobar que un mundial no puede prepararse sobre la base de tener a los jugadores inactivos durante un largo per¨ªodo. El prolongado descanso deja a los futbolistas fuera de forma. Los hombres de la Real Sociedad, por ejemplo, que llevaban m¨¢s de un mes sin disputar un encuentro de competici¨®n, acusaron notablemente ese per¨ªodo de reposo, ¨²nicamente interrumpido por los entrenamientos. La forma no se adquiere s¨®lo con la preparaci¨®n. Es necesario en todo momento intercalar partidos formales.
Para la madrugada de ma?ana est¨¢ previssto en el estadio Azteca, obra del arquitecto madrile?o F¨¦lix Candelas -el mismo que iba a realizar el frustrado nuevo estadio del Madrid- el encuentro contra la selecci¨®n mexicana, en el que Santamar¨ªa podr¨¢ alinear a los hombres del Barcelona y Sp¨®rting que a causa de la final de Copa no pudieron participar en Oporto. Santamar¨ªa parece decidido a dar entrada en la defensa a Alexanco como l¨ªbero y poner a Gerardo en el lateral derecho. Para la izquierda contar¨¢ con Camacho, que al fin podr¨¢ actuar en su verdadero lugar. La sorpresa de Santamar¨ªa podr¨ªa estar en la ubicaci¨®n de Gordillo en el centro del campo, teor¨ªa t¨¦cnica que en principio parece una originalidad peligrosa. Contra Francia en el Manzanares ya cumpli¨® una misi¨®n semejante Camacho, pero quiz¨¢ Gordillo no se acople en esa demarcaci¨®n.
El sportinguista Joaqu¨ªn volver¨¢ al equipo en su puesto habitual y delante Santamar¨ªa mantendr¨¢ a Juanito, a pesar de que la presencia del madridista no hace feliz a algunos compa?eros por su an¨¢rquica forma dejugar. Santamar¨ªa razona el mantenimiento del madridista en el hecho de que incluso en Oporto, donde no tuvo una buena actuaci¨®n, las cuatro mejores ocasiones de gol del equipo fueron provocadas por sus centros.
Seg¨²n todos los indicios, y de acuerdo con los jugadores que han venido a la gira, el equipo de hoy podr¨¢ considerarse el titular de la selecci¨®n. Para el jueves, en Puebla, Santamar¨ªa modificar¨¢ sustancialmente la formaci¨®n. Entre otras cosas, porque cuenta con que el cansancio y la altura hagan alguna mella.
La altura es el tema m¨¢s controvertido. Se piensa que es una locura llegar a M¨¦xico sin tiempo para habituarse; por el contrario, hay quien considera que la situaci¨®n actual es la m¨¢s id¨®nea, porque una estancia media es la que causa mayores problemas. Dicho de otro modo, parece que de no contar con una larga habituaci¨®n a la altura es mejor llegar y jugar. Ahora bien, desde el punto de vista m¨¦dico -el del doctor Guill¨¦n- lo que en modo alguno debe hacerse es jugar aqu¨ª a base de largas carreras. Hay que hacer correr la pelota en lugar de desplazar al hombre. Justamente esta teor¨ªa m¨¦dica coincide con los deseos del entrenador, que insiste una y otra vez ante sus hombres para que no sean carteros. Es decir, que no le lleven el bal¨®n al, compa?ero hasta los pies.
Un viaje de largo recorrido
La larga gira por Suram¨¦rica se inici¨® el domingo desde Povoa de Varzim con un viaje por carretera hasta Oporto. El siguiente paso fue el avi¨®n hasta Lisboa, en donde hubo una peque?a excursi¨®n por la ciudad para matar las horas de espera. De nuevo en avi¨®n se embarc¨® hasta Nueva York, en donde adem¨¢s de las cuatro horas previstas en el aeropuerto hubo noventa minutos de propina dentro del aparato por la larga cola en el aeropuerto Kennedy. En total, losjugadores tuvieron que soportar veintis¨¦is horas de viaje, una p¨¦sima comida en el avi¨®n de la TWA y los inconvenientes del cambio horario.
Los jugadores soportan beat¨ªficamente este viaje. Aunque algunos se sienten molestos con el plan, en modo alguno lo manifiestan p¨²blicamente. Lo m¨¢s que se obtiene de ellos es una respuesta ambigua: ?A nosotros nos llaman para esto y no podemos hacer otra cosa que venir?. No gusta la expedici¨®n, pero se soporta.
El partido contra M¨¦xico va a ser una prueba a considerar, puesto que la experiencia portuguesa ha sido tomada a beneficio de inventario.
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