S¨®lo a P¨¦tain y De Gaulle les fue concendido tanto poder
Una Francia emerge, mientras la otra se retira, descuartizada y a la espera de los ?frutos? que pueda ofrecer este cambio hist¨®rico que los franceses remataron el domingo pasado entreg¨¢ndole a un hombre, Fran?ois Mitterrand, los poderes que, a lo largo del presente siglo, s¨®lo les hab¨ªan concedido, en momentos culminantes, de la historia gala, al mariscal P¨¦tain y, al general Charles de Gaulle.Las dos componentes que, directa o indirectamente, han manejado a su antojo el poder pol¨ªtico y econ¨®mico franc¨¦s desde que termin¨® la segunda guerra mundial, han desaparecido del tablero. En primer lugar, la derecha, gestionaria de la vida p¨²blica durante los ¨²ltimos cincuenta a?os, pr¨¢cticamente sin trabas y ausent¨¢ndose de la vida p¨²blica s¨®lo durante brev¨ªsimos per¨ªodos de tiempo, ha sido pulverizada. En segundo lugar, los comunistas, los amos de la paz social y, por ello entre otras razones, aliados objetivos de la derecha, han sido estrangulados por el abrazo de la muerte que: les dio Mitterrand en 1972 al firmar el programa com¨²n de la izquierda.
Esas dos ?v¨ªctimas lo son a manos del hombre precitado, de un partido (el socialista) y de la complicidad de los franceses. Y, por ello, porque democr¨¢ticamente lo han querido los ciudadanos, todo lo sucedido en Francia. desde el pasado d¨ªa 10 de mayo es hist¨®rico En consecuencia: Mitterrand es e primer presidente socialista con las manos completamente libre (pol¨ªticamente) de la historia de la Rep¨²blica gala. Nunca los socialistas hab¨ªan acaparado de manera tan abrumadora el poder legislativo. Nunca la Asamblea Nacional hab¨ªa conocido una renovaci¨®n semejante: 205 nuevos diputados Sociol¨®gicamente, el fregado no es menos revelador del cambio: a la Asamblea, poblada de notables y de funcionarios, le ha sucedido la de los profesores y administrativos, adem¨¢s de quince obreros y otros tantos empleados, el 59% de los diputados socialistas son profesores de primera y segunda ense?anza de la ense?anza superior y cuadros administrativos.
La situaci¨®n francesa es casi ¨²nica en Europa
Las razones de esas transformaciones cristalizadas electoralmente en cuatro consultas sucesivas y que colocan a Francia en una situaci¨®n pr¨¢cticamente ¨²nica en Europa occidental, son vastas y profundas Pero, en ¨²ltima instancia, en estos dos meses electorales cerrados anteayer, las han simplificado y resumido.
La derecha, desconectada de la realidad presente de la sociedad francesa, no encontr¨® m¨¢s recurso ni m¨¢s programa que el cl¨¢sico frente a la izquierda: el miedo, el colectivismo, los ?tanques sovi¨¦ticos a las puertas de Par¨ªs?. Los comunistas, sus ?aliados?, como si se hubiesen equivocado de pa¨ªs, tampoco, le encontraron otro remedio a sus males electorales: ?que paguen los ricos?, ?viva la revoluci¨®n?. De estas dos hecatombes se ha aprovechado el partido socialista, que, por a?adidura, a la vista de los resultados de las unas, parece haberles ofrecido a los franceses el manjar que desean: una transformaci¨®n paulatina de la sociedad, sin cambiarla, lema aparentemente incomprensible para los comunistas e ininteligible para la derecha.
Hoy, en consecuencia, y definitivamente, al cabo del ¨²ltimo voto legislativo, Mitterrand tiene el poder ejecutivo en sus manos, y el legislativo. Y, esto, de la manera m¨¢s amplia, sin precedentes en la Rep¨²blica, salvo cuando en 1968, tras las barricadas de mayo, se form¨® la Asamblea del miedo, ligeramente superior a la socialista actual, que no es la del miedo, sino lo contrario. A este poder pol¨ªtico, absoluto, se a?ade la beligerancia social, puesto que las grandes centrales sindicales son favorables a la izquierda, socialista o comunista.
Mitterrand tiene en sus manos todo el poder pol¨ªtico, pero se le escapa el econ¨®mico. S¨®lo las nacionalizaciones previstas (la banca privada y algunos grupos financieros) compensar¨ªan muy parcialmente ese hueco. El problema de la ?dura realidad?, iniciado al terminar el per¨ªodo electoral, lo configuran esos dos poderes: el pol¨ªtico frente al econ¨®mico. La gesti¨®n socialista se medir¨¢, sobre todo, en el futuro, a partir de la apuesta hecha por los franceses: ?los socialistas nos sacar¨¢n de la crisis econ¨®mica y resolver¨¢n el paro?. Las posibilidades de ¨¦xito de Mitterrand y de la apuesta de los franceses quedan centradas por los elementos apuntados: de un lado, un poder pol¨ªtico y sindical, en manos de un hombre que durante los cinco a?os de duraci¨®n de la legislatura por lo menos podr¨¢ hacer lo que se le antoje. Y del otro, un poder econ¨®mico que podr¨¢ frenar todas las transformaciones profundas, pero que no puede llegar a darse el lujo de perder dinero durante esos cinco a?os m¨ªnimos de poder absoluto que los electores le han otorgado al presidente de la Rep¨²blica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.