Granada agasaja, a uno de sus hijos pr¨®digos, el artista Jos¨¦ Guerrero
Desde 1950 vive en Nueva York y tiene la nacionalidad norteamericana
Residente desde 1950 en la ciudad metropolitana de Nueva York, donde tres a?os m¨¢s tarde adquiri¨® la nacionalidad norteamericana, el pintor espa?ol Jos¨¦ Guerrero, hijo pr¨®digo de Granada, es objeto estos d¨ªa, de un emotivo homenaje por parte del Ayuntamiento de su ciudad natal, que ha abierto en varios lugares de la ciudad una triple exposici¨®n antol¨®gica de su obra gr¨¢fica, actualmente representada en museos y colecciones p¨²blicas de todas las ciudades importantes de Europa y Am¨¦rica.
?Uno se tiene que ir de los sitios porque no le queda otro remedio. Yo aqu¨ª me asfixiaba, no ten¨ªa un ambiente propicio para mi trabajo. Hab¨ªa una gente muy reaccionaria, como la ha habido siempre en esta ciudad, y me hubiera sido imposible llegar donde he llegado, hacer lo que he hecho qued¨¢ndome aqu¨ª?, ha declarado a EL PAIS Jos¨¦ Guerrero, con motivo de la inauguraci¨®n en Granada de la exposici¨®n antol¨®gica organizada por el Ayuntamiento de la ciudad ?en reconocimiento de los valores de uno de sus m¨¢s destacados hijos y artistas?.Nacido en 1914, en la casa n¨²mero uno de la calle de Horno de Haza, Jos¨¦ Garc¨ªa Guerrero se inici¨® en el mundo de la pintura en la Escuela granadina de Artes y Oficios, donde ingres¨® como alumno nocturno antes de cumplir los diecisiete a?os de edad. En 1934, tras un incidente protagonizado en la clase de color con su profesor titular, el acad¨¦mico Gabriel Morcillo, Guerrero embadurn¨® de negro el lienzo en el que pintaba y abandon¨® la escuela, adonde ha regresado ahora, al cabo de casi medio siglo, para colgar en sus salas una de las partes que componen la antolog¨ªa de su obra.
?Aquellos eran unos a?os muy dif¨ªciles en todos los sentidos?, recuerda el pintor. ?La cuesti¨®n acad¨¦mica de Granada, como en el resto de Espa?a, se encontraba entonces fatal, no como ahora. Afortunadamente, ya esta Granada no es como la de antes, sino una ciudad viva que me interesa. En estos momentos parece que existe aqu¨ª un ambiente cultural bastante aceptable, que al menos no obliga a los artistas j¨®venes a emigrar?.
El consejo de Garc¨ªa Lorca
Casualmente, el primero en aconsejar a Guerrero que ?echara sus pinceles al aire y se fuera de Granada? fue el propio Federico Garc¨ªa Lorca, quien en 1935 le recomend¨® que se marchara a pintar a Madrid. Entusiasmado en aquella misma fecha con la obra del alem¨¢n Hans Bloch, que entonces expon¨ªa en Granada y cuyo conocimiento influir¨ªa decisivamente en su carrera, el artista no pudo, sin embargo, poner en pr¨¢ctica el consejo de su paisano Lorca hasta 1940, una vez concluida la guerra civil.A partir de entonces, tras su paso obligado por la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, de cuyo cuadro de profesores Guerrero recuerda con especial ¨¦nfasis a V¨¢zquez D¨ªaz y a Lafuente Ferrari, el granadino vivir¨ªa sucesivamente en Par¨ªs, Berna, Roma -donde conoci¨® a la que luego seda su esposa, la periodista estadounidense Roxane W. Pollock-, Bruselas, Londres y Filadelfia, adonde lleg¨® en 1949 y de donde, unos meses m¨¢s tarde, se traslad¨® a Nueva York para fijar all¨ª su residencia definitiva, no sin dejar de visitar temporalmente Espa?a casi todos los a?os.
?Aunque yo no creo en las nacionalidades, sino en el hombre, y pienso que ni el hombre ni el arte tienen fronteras, nunca he dejado por ello de sentirme espa?ol?, afirma Jos¨¦ Guerrero. ?Por supuesto?, a?ade inmediatamente, ?sigo siendo tan granadino como he sido siempre?.
La muestra, que permanecer¨¢ abierta en sus tres escenarlos hasta el pr¨®ximo 8 de julio, ha sido preparada por el teniente de alcalde Jos¨¦ Miguel Castillo en colaboraci¨®n con el director de la Escuela de Artes y Oficios, Francisco Salazar, y el de la galer¨ªa Laguada, Francisco Morales, y pretende ser ?el m¨ªnimo homenaje de reconocimiento que, en nombre de la ciudad de Granada, se puede rendir a Jos¨¦ Guerrero como pintor y como persona?.
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