Israel, una sociedad esc¨¦ptica tentada por el autoritarismo
La crisis econ¨®mica, los escasos frutos de la paz con Egipto, la rivalidad entre jud¨ªos del norte y jud¨ªos sefard¨ªes, la hemorragia demogr¨¢fica de los que abandonan la tierra prometida, han acabado con el esp¨ªritu pionero que anim¨® a los fundadores de Estado hebreo. La sociedad israel¨ª es, en v¨ªsperas de elecciones, una sociedad decepcionada y esc¨¦ptica. En un pa¨ªs fuertemente politizado, con un alto ¨ªndice de participaci¨®n electoral, la mitad de los electores no sab¨ªan hace un a?o por qui¨¦n votar¨ªan y, fen¨®meno inhabitual, los ¨²ltimos sondeos, se?alaban que el 30% de los votantes permanec¨ªan a¨²n indecisos, mientras el 25% opinaba que "gane quien gane, nada cambiar¨¢".
"Aqu¨ª no se vive, se sobrevive", la frase del mec¨¢nico israel¨ª de un garaje de Jerusal¨¦n podr¨ªa ser repetida por muchos de sus compatriotas. La decepci¨®n, el desaliento de un importante sector de la poblaci¨®n tienen sus primeras causas en la desastrosa situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs.Con una inflaci¨®n de tres cifras, el sofisticado sistema de relaci¨®n entre sueldos y ahorros ha acabado por distorsionarse. La p¨¦rdida media del poder adquisitivo por familia fue en 1980, seg¨²n un banco de Israel, de un 9%, que se a?ade al 3% de 1979 y al 6% que el Ministerio tiene previsto para este a?o.En total, en los tres ¨²ltimos a?os del mandato de Beguin, el ciudadano medio israel¨ª habr¨¢ perdido un 18% de su capacidad adquisitiva.
Para paliar los efectos de la inflaci¨®n (131,9%, en 1980) algunas profesiones liberales, como dentistas o abogados, cuyo trato con sus clientes puede prolongarse durante varios meses, exigen ser pagadas en divisas y los propietarios de pisos anuncian en la Prensa sus alquileres en d¨®lares. En casi todos los hoteles y en numerosos comercios se agradece incluso, el pago en d¨®lares, divisa que tiende paulatinamente a sustituir a la moneda nacional, el shekel.
La industria militar
"Aqu¨ª, lo ¨²nico que de verdad funciona", comenta un diplom¨¢tico occidental, "es la industria electr¨®nica o inform¨¢tica con aplicaciones civiles, pero, sobre todo, militares". Israel export¨® el a?o pasado 95.000 millones de pesetas en aparatos electr¨®nicos destinados a los ej¨¦rcitos de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN). Israel es tambi¨¦n el primer productor mundial de l¨¢ser quirurgicos, vende sistemas de regad¨ªo programados por ordenador y construy¨® el a?o pasado en el desierto de Neguev una de las dos primeras centrales telef¨®nicas solares del mundo.
La delicada situaci¨®n econ¨®mica que atraviesa el pa¨ªs es la causa principal de las renuncias a instalarse en Israel de entre los aspirantes a inmigrar a la tierra b¨ªblica, seg¨²n ponen de relieve varios sondeos.
Cifras no oficiales, pero de absoluta solvencia, indican que el a?o pasado s¨®lo 21.000 nuevos inmigrantes llegaron a Israel, mientras entre 30.000 y 33.000 ciudadanos israel¨ªes abandonaron definitivamente su pa¨ªs.
Basta con acercarse una ma?ana cualquiera al Consulado de Estados Unidos en Tel Aviv para ver la cola de gente que acude a tramitar un visado norteamericano. M¨¢s de 425.000 israel¨ªes han emigrado a Estados Unidos desde 1948 y otros 400.000 poseen la doble nacionalidad, israel¨ª y estadounidense. Poco a poco, paulatinamente, la tierra prometida se vac¨ªa.
Adem¨¢s de perder a sus hombres, Israel pierde tambi¨¦n su cohesi¨®n social. "Asistimos a algo que llamar¨ªa una vuelta al tribalismo", explica Allen Shapiro, catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico en la Universidad de Haifa. Nunca 31 partidos representantes de grupos de inmigrantes o portavoces de opciones pol¨ªtico-religiosas tan diferentes hab¨ªan concurrido en unos comicios.
Todos desfilan en las emisiones de propaganda que prolongan el telediario, desde el partido de los nuevos inmigrantes sovi¨¦ticos, que se dirige en ruso, sin subt¨ªtulos, a los telespectadores, hasta el partido Kaj, del rabino ultraortodoxo de Kahanah, que propone condenar a cinco a?os de c¨¢rcel a cualquier "macho" ¨¢rabe que se atreva a mantener relaciones sexuales con una mujer jud¨ªa.
Pero, sobre todo, ocho de las listas electorales se disputan los sufragios de los jud¨ªos sefard¨ªes -60% de la poblaci¨®n- que, por haber llegado tarde a la fundaci¨®n del Estado. de Israel y poseer una peor preparaci¨®n intelectual, est¨¢n subrepresentados en los ¨®rganos de poder ( 17% de los diputados del Kneset y 12% de los ministros).
La resurecci¨®n de Beguin
Antes de convocar en enero las elecciones anticipadas de junio, Men¨¢jem Beguin, con una asombrosa intuici¨®n que le reconocen sus adversarios, se percat¨® de dos cosas: la desorientaci¨®n del electorado popular, principalmente sefard¨ª, y su deseo inconsciente de un r¨¦gimen fuerte.
Para recuperar a su electorado, b¨¢sicamente de extracci¨®n popular, el nuevo ministro de Hacienda de Beguin, Yoram Aridor, no dud¨® en disminuir dr¨¢sticamente los impuestos de lujo que gravan veh¨ªculos particulares, aparatos electrodom¨¦stics y televisores y en reducir la fuerte presi¨®n fiscal a la que est¨¢n sometidos los asalariados peor remunerados.
Mientras los precios bajaban artificialmente, el aumento neto del poder adquisitivo de Jos asalariados se cifra para mayo y junio en un 17%. De golpe, los ciudadanos recuperan sus niveles de ingresos de mediados de 1978. Mientras, las arcas del Estado se vac¨ªan a marchas forzadas.
"Los israel¨ªes saben que es un alivio moment¨¢neo, por dos o tres meses, nada m¨¢s, pero aprovechan al m¨¢ximo este par¨¦ntesis de abundancia", comenta Amnok Kapeliuk, autor de varios libros sobre Israel y redactor del diario Al-Hamishmar, del ala izquierda del laborismo.
Lo cierto es que el primer ministro, ha logrado su prop¨®sito: sacar a sus electores del estado let¨¢rgico para hacerles sentirse euf¨®ricos. Los sondeos electorales lo demuestran, los m¨ªtines lo confirman: los israel¨ªes vuelven a tener fe en Beguin.
Sus m¨ªtines, ayer en Kfar Hamaccabiah Hmy, en Tel Aviv, son aut¨¦nticos delirios en los que, cuando el orador del Likud grita desde la tribuna: "Gobernaremos cuatro a?os m¨¢s", la muchedumbre enfervorecida repite hasta la saciedad: "Beguin, rey de Israel".
El rey es el eje de toda la campa?a electoral del Likud, mientras los laboristas centran su propaganda en torno a un equipo de Gobierno.
Shimon Peres lo afirma y lo repite en cada una de sus reuniones elector ales: "Beguin es directa y personalmente responsable. de la violencia, Begu¨ªn es un peligro, para la democracia". Teddy Kolleck, alcalde, de Jerusal¨¦n, es a¨²n m¨¢s tajante: "Beguin propicia un culto hist¨¦rico de la personalidad, ¨®ptimo cultivo del fascismo".
?No es acaso, en el fondo, lo que casi la mitad de los israel¨ªes parecen desear? Interrogados en febrero por el instituto Dahaf, el que acert¨® con m¨¢s precisi¨®n los resultados de los comicios de 1977, sobre si para resolver los problemas de Israel eran partidarios de "cambiar el sistema pol¨ªtico e instaurar un resumen fuerte", el 40,9% de los encuestados respondieron positivamente; el 41,4%, de forma negativa, y el 17,8%. prefer¨ªa no opinar.
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