Desde la celda 42
Le suplico me permita rendir obligado y fiel homenaje a una joven, bondadosa e inteligente alcaldesa y a todo su pueblo honesto, alegre y desenfadado que es Blanes. Los que por avatares de la vida nos hemos visto obligados a comer en una celda carcelaria o no comer gozando de libertad, los que empujados por el destino hemos dormido durante largos meses sin petate y sin s¨¢banas en el talego o no dormir gozando de esa misma libertad, sino pernoctar debajo de cualquier puente; los que forzados nos hemos visto a rogar ayuda personal mediante reiteradas visitas personales a obispos, gobernadores y alcaldes hasta el l¨ªmite de parecer molestos y enojosos; los que para suplicar (sin acierto alguno) y no obtener ninj¨²n beneficio nos vimos en la necesidad de parecer serviles y sin dignidad escribiendo centenares de cartas e instancias, los que por un delito muy discutible hemos sido y somos la verg¨¹enza.de una familia hasta tal punto que nos han retirado su saludo y su afecto, los que por obligaci¨®n y casi con resignaci¨®n hemos pagado con la c¨¢rcel un mal hecho, los que porjusticia estamos ya purgados, los que fuimos v¨ªctimas de un no saber ser malos de verdad y a la vez v¨ªctimas de una manipulada y arcaica justicia; todos ¨¦sos, delante de la sociedad y familia, seguimos siendo una mancha negra, indigna de su afecto, comprensi¨®n y ayuda; entre esa gente marcada, no por el pecado cometido por todos, sino por haber cumplido con esta sociedad mediante el castigo impuesto, me cuento yo, y por ello, viendo y comprobando que en esta localidad de Blanes, con su muy digna alcaldes¨¢, Mar¨ªa Dolors Oms i Bassols, he encontrado bienvenida, amistad, paz y ayuda, me cabe la satisfacci¨®n de pensar que no todo es ruin y mezquino. Hay, se?or director, gente de coraz¨®n bueno, de mirada limpia y libre de est¨²pidos prejuicios. Hay una alcaldesa del todo digna de ocupar el cargo que ostenta, pues sabe y entiende de bondad y comprensi¨®n. el de la celda 42.
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