Progresiva, aunque lenta, mejor¨ªa del estado de salud del Papa

El nuevo parte m¨¦dico hecho p¨²blico ayer por el equipo de especialistas que tratan la enfermedad del Papa fue un jarro de agua fr¨ªa para quienes esperaban en el Vaticano que Juan Pablo II estuviese ya hoy en su residencia veraniega de Castelgandolfo, a veinte kil¨®metros de Roma, en los Castelli Romani. Los m¨¦dicos afirman que "desde el punto de vista cl¨ªnico, la enfermedad no puede considerarse a¨²n extinguida". M¨¢s a¨²n, en esta semana el Papa ha tenido m¨¢s fiebre que en la pasada. La misma Radio Vaticana inici¨® ayer su bolet¨ªn informativo con estas palabras: "Progresiva, aunque lenta, mejor¨ªa de las condiciones de salud del Santo Padre".El parte m¨¦dico afirma que el Papa ha sido sometido de nuevo a toda una serie de an¨¢lisis hematoqu¨ªmicos, microbiol¨®gicos, cardiol¨®gicos y radiol¨®gicos. El resultado ha sido que "existe una mejor¨ªa significativa de la f¨®rmula leucocitaria". Esta afirmaci¨®n ha sorprendido a los observadores, que se han preguntado inmediatamente si entonces es cierto que el Papa tiene alterada su sangre. ?Por qu¨¦ se habla de mejor¨ªa de la f¨®rmula leucocitaria si nunca se hab¨ªa dicho que estuviera alterada? Fue esta la primera pregunta que los periodistas hicieron ayer al director del policl¨ªnico Gemelli, Emilio Tresalti, cuando acab¨® de leer el parte m¨¦dico. Tresalti lo explic¨® diciendo que uno de los s¨ªntomas de la infecci¨®n de virus citomeg¨¢lico es la alteraci¨®n de la proporci¨®n normal en la sangre de los varios grupos de gl¨®bulos blancos. Pero a?adi¨® que esta alteraci¨®n "se est¨¢ acercando ya a sus valores normales".

Dijo tambi¨¦n el director del policl¨ªnico que por ahora el Papa tiene que seguir hospitalizado, por lo menos hasta que no se cure perfectamente de su infecci¨®n viral, la cual podr¨ªa durar a¨²n otras tres semanas m¨¢s. Y tampoco se hacen hip¨®tesis sobre la fecha en que Juan Pablo II podr¨¢ ser operado de nuevo para restituir a su intestino las funciones normales.

El parte m¨¦dico confirma de alg¨²n modo la preocupaci¨®n que existe en una parte de la curia romana de que esta enfermedad del Papa podr¨ªa resultar m¨¢s larga de lo que los optimistas esperaban. Y de que, en realidad, el organismo del papa Wojtyla no est¨¢ reaccionando con rapidez.