Desarrollismo frente a modernismo.
El Madrid de la teja y, en no pocos casos, del adobe sigue queriendo subsistir por m¨¢s que se empe?en en hacerlo desaparecer las grandes construcciones que empezaron a hacer acto de presencia en la trama urbana all¨¢ por los a?os cincuenta. Las moles del edificio Espa?a y de la Torre de Madrid rompen de un solo golpe, como con orgullo mal disimulado, el mar de tejados marrones del antiguo Madrid, de la ciudad que nuestros abuelos todav¨ªa quieren recordar, aunque las torres de Madrid aparecidas por doquier casi ni les dejen. Pero puede que todo se reduzca a acostumbrar nuestros ojos a un paisaje determinado. A lo mejor resulta que lo que a esos mismos abuelos, hace ya bastantes a?os, les pudo parecer una aberraci¨®n (un edificio de esas caracter¨ªsticas en plena plaza de la Cibeles), hoy est¨¢ tan integrado en el paisaje madrile?o que si nos llegaran a quitar, por la raz¨®n que fuera, el Palacio de Comunicaciones o Correos, como todo el mundo lo llama, esta ciudad nuestra dejarla de ser un poco nuestro Madrid.
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