EE UU promete modificar su pol¨ªtica monetaria cuando haya controlado la inflaci¨®n
?Hay caminos diferentes en nuestros objetivos macroecon¨®micos comunes?, zanj¨® lapidariamente uno de los consejeros econ¨®micos del presidente norteamericano, Ronald Reagan, indicando que EE UU continuar¨¢ en la v¨ªa de una intervenci¨®n en la pol¨ªtica monetaria, como arma para reducir la inflaci¨®n interna americana. Poco sensibles a las peticiones europeas para que Washington reduzca los tipos de inter¨¦s bancario (superiores al 20%), la cumbre econ¨®mica de los siete primeros dirigentes de los pa¨ªses industrializados del bloque capitalista s¨®lo podr¨¢ ocultar sus profundas diferencias al t¨¦rmino de la reuni¨®n, si consigue redactar un sibilino comunicado final que acerque las divergencias.
La primera jornada de la cumbre pas¨® revista a la coyuntura econ¨®mica internacional, surgida a ra¨ªz de la acentuaci¨®n de la crisis, que provoca incluso escenas de violencia social en algunos pa¨ªses (Reino Unido) y supone una advertencia para otros con niveles de desempleo que rozan el 10% real de la poblaci¨®n activa.El gran tema de la cumbre de Ottawa est¨¢ centrado en la continuidad por parte de la Administraci¨®n Reagan de una pol¨ªtica monetaria iniciada, en realidad, durante el ¨²ltimo a?o de la ex Administraci¨®n Carter. Paul Volker, el responsable del Sistema Federal de la Reserva estadounidense, aplica altos ¨ªndices de inter¨¦s interbancario para frenar una demanda que incita la inflaci¨®n en EE UU, tema considerado como ?enemigo p¨²blico n¨²mero uno? por los actuales dirigentes econ¨®micos americanos.
Encajado dentro del contexto general de la pol¨ªtica econ¨®mica de la Administraci¨®n Reagan (reducci¨®n del presupuesto y disminuci¨®n de los impuestos), la l¨ªnea de altos ¨ªndices de inter¨¦s bancario en EE UU perjudica a los europeos.
Con claridad y firmeza, los dos principales l¨ªderes de Europa occidental, el canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Helmut Schmidt, y el presidente de Francia, Fran?ois Mitterrand, pidieron durante la primera jornada de la cumbre de Ottawa que EE UU reduzca considerablemente sus tipos de inter¨¦s antes de fin de a?o.
Posturas apoyadas por el primer ministro italiano, Giovani Spadolini, por el primer ministro japon¨¦s, Zenko SuzukI, por el presidente de la Comisi¨®n Europea, Gaston Thom, y, con menor entusiasmo, por el primer ministro de Canad¨¢, Pierre Trudeau (por el v¨ªnculo estrecho de su pa¨ªs a la econom¨ªa de EE UU y a la zona d¨®lar), y por la primer ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, cuya pol¨ªtica monetarista a ultranza, aplicada desde hace dos a?os, no logra superar, sino acentuar, la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica brit¨¢nica.
?S¨®lo bajar¨¢n cuando baje la inflaci¨®n?, se limit¨® a replicar el presidente estadounidense, Ronald Reagan, a las protestas de europeos y japoneses. Dispuesto a llevar la estrategia hasta el fin, Reagan se ampara en el pretexto de que los dirigentes europeos ?nunca est¨¢n satisfechos? de los medios econ¨®micos que practica EE UU. ?Se quejan cuando el d¨®lar est¨¢ devaluado y se quejan cuando est¨¢ fuerte?, ironizan los consejeros econ¨®micos de Reagan, fieles ejecutores de una doctrina econ¨®mica superliberal, que s¨®lo puede cambiar si EE UU teme que haya serias consecuencias para la seguridad occidental, con crisis en la OTAN.
"Di¨¢logo Norte-Sur"
Tambi¨¦n hay puntos de vista diferentes entre Europa y EE UU, cuando se analizaron en Ottawa las perspectivas de las relaciones entre pa¨ªses industrializados y pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Carente de materias primas y con necesidad de exportar productos manufacturados, Europa occidental aplica una pol¨ªtica de cooperaci¨®n con los pa¨ªses del Tercer Mundo.
Apoyados por Canad¨¢, que desea desmarcarse cada vez m¨¢s de su tutela washingtoniana, los europeos desean estimular el denominado di¨¢logo NorteSur, cuya pr¨®xima etapa se desarrollar¨¢ en Canc¨²n (M¨¦xico), a mediados de octubre. Reacia a toda operaci¨®n con matices p¨²blicos, la Administraci¨®n Reagan defendi¨® en Ottawa una postura de incitar y dejar en manos del capital privado el desarrollo del Tercer Mundo. Alexander Haig record¨®, sin embargo, que EE UU ya desempe?a una programa de est¨ªmulo al desarrollo en Jamaica, operaci¨®n que servir¨¢ de prueba para el futuro minipl¨¢n Marshal estadounidense en la zona del Caribe, donde EE UU desea asociar a Canad¨¢, M¨¦xico y Venezuela.
En la primera sesi¨®n, los participantes en la cumbre econ¨®mica de Ottawa analizaron los problemas que afectan a la econom¨ªa mundial, destacando el desempleo, la inflaci¨®n, los tipos de cambio, el precio del petr¨®leo, los tipos de inter¨¦s, como principales puntos.
Con un c¨¢ntico un¨¢nime al deseo de mantener el ?libre cambio? comercial, el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand. pidi¨® que se elabore una lista de los obst¨¢culos que actualmente dificultan el libre comercio. Estados Unidos, en su l¨ªnea de presi¨®n econ¨®mica sobre los pa¨ªses del Este, consigui¨® la promesa de sus aliados para convocar una sesi¨®n extraordinaria del Comit¨¦ Econ¨®mico de la OTAN. en oto?o, para analizar el conflicto de las relaciones Este-Oeste y el impacto del comercio sobre la seguridad occidental.
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