El Levante arrastra una deuda de 280 millones
Cuatro socios del Levante aspiran a conseguir la presidencia del club. Doscientos ochenta millones de pesetas de deuda no asustan a los cuatro candidatos, que prometen, bajo diferentes prismas, la resoluci¨®n de los males de esta vieja y entra?able entidad valenciana, que en los ¨²ltimos a?os ha vivido los m¨¢s escandalosos avatares de su historia. Vicente Llucha, Juan Antonio Mart¨ª, Antonio Aragon¨¦s y Federico Cort¨¦s luchan por conseguir las firmas necesarias para que sus candidaturas sean firmes el pr¨®ximo viernes. En estos momentos se desconoce si el Levante podr¨¢ participar en la pr¨®xima Liga.
Los 280 millones de pesetas de endeudamiento que arrastra la entidad, de ejercicios anteriores, no parecen arredrar a estos esforzados presidenciables, cada uno de los cuales cree poseer la p¨®cima m¨¢gica con la que afrontar los m¨²ltiples pagos a medio plazo.Los miedos, las pegas y las retracciones surgen cuando, por parte del gerente del club, se da cuenta a los candidatos de los sesenta millones de pesetas que es indispensable desembolsar inmediatamente si se quiere comenzar la Liga el pr¨®ximo d¨ªa 6 de septiembre, con el desplazamiento de los azulgranas a Salamanca.
As¨ª, mientras uno de estos pretendientes, Vicente Lluch, se muestra partidario de llegar a un quim¨¦rico pacto con la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, la Asociaci¨®n de Futbolistas Espa?oles (AFE) y los jugadores, otro rival suyo, Juan Antonio Mart¨ª, ha prometido hacer frente a los pagos inmediatos con cuarenta millones de pesetas de su bolsillo. Mart¨ª, que ya fue vicepresidente de la entidad con la anterior directiva de Francisco Aznar, dimiti¨® de su cargo al no acceder aquel presidente a su solicitud de dimisi¨®n, para que ocupara su puesto un representante de un grupo financiero promovido por Mart¨ª, que estaba dispuesto a aceptar todos los gastos del club, siempre y cuando uno de sus miembros ostentara la presidencia. Variopinto y nervioso personaje, Mart¨ª ha sabido rodearse de un equipo de trabajo que est¨¢ promocionando a marchas forzadas su figura en los medios de comunicaci¨®n valencianos. Conocidos periodistas locales se han prestado a apoyarle en su campa?a electoral y cuenta, adem¨¢s, con el parentesco de uno de los altos funcionarios del Consejo preauton¨®mico. Su programa, imaginativo y rocambolesco en muchos aspectos, trata de buscar canales de financiaci¨®n ajenos al f¨²tbol -incluyendo un hipot¨¦tico recital de Julio Iglesias en el estadio azulgrana-, y cuenta con el apoyo de Alfonso Cabeza, quien ha prometido un partido del Atl¨¦tico de Madrid contra el Levante el pr¨®ximo d¨ªa 12, en el estadio levantinista. Amparado en el considerable aval que significa la propiedad de los antiguos terrenos del tiro de pich¨®n, recientemente adquiridos por ¨¦l, Mart¨ª, en una esforzada lecci¨®n de marketing, se ha lanzado al mercado, pero ello no ha evitado ciertas cr¨ªticas sobre su anterior gesti¨®n como vicepresidente, y sobre su prop¨®sito inicial de continuar con la nefasta pol¨ªtica de caballo blanco, que tan desastrosos antecedentes tiene en el Levante. No obstante, Mart¨ª se ha apresurado a declarar que el fomento de la cantera y la creaci¨®n de recursos deportivos propios constituyen la meta final de su programa.
Frente a esta pol¨ªtica habr¨ªa que situar la de otros dos candidatos: Vicente Lluch y Antonio Aragon¨¦s. El primero, levantinista de viejo cu?o y de ideolog¨ªa socialdem¨®crata, ha sido el valedor y defensor del club ante el Ayuntamiento de Valencia en los m¨²ltiples contenciosos urban¨ªsticos mantenidos por ambas instituciones. Lluch no quiere parchear la actual situaci¨®n a base de aportaciones econ¨®micas personales, y es partidario de que la entidad se adecue a su situaci¨®n real viviendo de los recursos propios, aunque ello implique un descenso de categor¨ªa. De ah¨ª que intente llegar a esos pactos que ahora mismo parecen dif¨ªcilmente alcanzables.
En esta misma l¨ªnea de realismo y austeridad se muestra Antonio Aragon¨¦s, conocido personaje del Grao, barrio valenciano levantinista por excelencia. No obstante, Aragon¨¦s aporta su ayuda financiera personal para salvar moment¨¢neamente la crisis. En su candidatura se alinean ex directivos de reconocido carisma ante la afici¨®n.
Por ¨²ltimo, Federico Cort¨¦s, ex vicepresidente con Aznar, a quien sustituy¨® tras su reciente dimisi¨®n, representa el continuismo, y sobre ¨¦l pesa el estigma de la pol¨ªtica azulgrana ¨²ltima y sus nefastos resultados.
Mientras tanto, todos los jugadores de la plantilla han denunciado sus contratos, ya que se les adeuda la ficha de la anterior temporada, lo que asciende a un montante total de 38 millones de pesetas. Aquellos futbolistas cuyo contrato finalizaba en junio de este a?o han recuperado reglamentariamente la libertad y se han apresurado a fichar por otros equipos. A esta desbandada de jugadores hay que a?adir tambi¨¦n las deudas pendientes con empleados, compa?¨ªas suministradoras de agua y luz, y los efectos bancarios firmados por directivos anteriores para hacer frente a los pagos a la Federaci¨®n y a la AFE, organismo este que acept¨® la cancelaci¨®n de la deuda de dieciocho millones de pesetas en la temporada 1980-1981 mediante unos efectos mensuales de 1.200.000 pesetas, aceptados por Federico Cort¨¦s y su socio en la explotaci¨®n de Tenis Levante, Peregr¨ªn Monz¨®.
El Levante no ha percibido todav¨ªa el importe de los quinientos abonos de otros tantos socios del tenis, que deb¨ªan ser dados de alta autom¨¢ticamente como abonados al f¨²tbol, tal y como est¨¢ estipulado en el contrato de cesi¨®n y explotaci¨®n de terrenos e instalaciones del referido polideportivo a Cort¨¦s y Monz¨®, por parte del Levante. Estos dos ex dirigentes, a los que el club debe los avales que firmaron durante su mandato, se muestran dispuestos a no pagar lo prometido como ¨²nico medio de resarcirse de las deudas que el club tiene con ellos. Por otra parte, Federico Cort¨¦s, de cara a las elecciones, puede hacer valer ante las pe?as la p¨®liza bancaria que aqu¨¦llas firmaron mancomunadamente por un importe de quince millones de pesetas para ayudar al club de sus amores, y que est¨¢ a punto de cancelarse sin que el club les haya devuelto el pr¨¦stamo concedido.
As¨ª las cosas, no parece probable en estos trances una alianza de candidatos siguiendo la pauta marcada en las dos ¨²ltimas convocatorias electorales, en las que prevaleci¨® el consenso.
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