Un 30% del congreso no votar¨¢ a favor de Carrillo si ¨¦ste mantiene su modelo de partido
Alrededor de un 30% de los delegados al X Congreso del PCE podr¨ªa abstenerse o votar en contra del informe de gesti¨®n de Santiago Carrillo, caso de que ¨¦ste no asuma hoy algunas de las cr¨ªticas planteadas por el sector renovador, que ha anunciado la abstenci¨®n. El informe se debati¨® ayer, pero la votaci¨®n se efectuar¨¢ hoy, y su resultado es decisivo para conocer la relaci¨®n de fuerzas y las posibilidades aparentemente muy escasas de llegar a un pacto entre las tendencias de cara al Comit¨¦ Central.
Los delegados que intervinieron ayer en el debate sobre el informe de Carrillo reflejaron p¨²blicamente, con absoluta transparencia, el grado de tensi¨®n a que se ha llegado. Los oficialistas mantienen dos tipos de posiciones: una cerrada defensa de la unidad del partido, que consideran amenazada por las tendencias o fracciones y una convergencia t¨¢ctica con Carrillo como mal menor, respecto a otros problemas, que es el caso concreto del PSUC. Este sector, representado por su secretario general, Francesc Frutos, prefiere apoyarse en Carrillo para defenderse mejor del ala dura de su organizaci¨®n, y no tiene entusiasmo alguno por la posibilidad de que una legalizaci¨®n de tendencias permita instalarse a los prosovi¨¦ticos en bases estables.Por su parte, renovadores y federalistas critican con dureza no s¨®lo al secretario general, sino a los sectores que le siguen y que parecen dispuestos a ?luchar m¨¢s contra el enemigo interior? que contra los adversarios pol¨ªticos del partido, como pusieron ayer de manifiesto algunos de sus portavoces. El mecanismo existente en el PCE para la expres¨ª¨®n de las minor¨ªas les ha permitido plantear claramente sus posiciones, pero el sector mayoritario desea cortar toda posibilidad de progreso de su tendencia pol¨ªtica, y ello va a reflejarse especialmente en la composic¨ª¨®n de los nuevos ¨®rganos de direcci¨®n, para los cuales no se hab¨ªa abierto ayer negociaci¨®n alguna, al menos hasta el cierre de esta edici¨®n.
El informe de gesti¨®n presentado por Santiago Carrillo al congreso podr¨ªa recibir el voto favorable de un 70% de los delegados, el voto en contra de un 5% y alrededor de un 25% de abstenciones. Estas ¨²ltimas constituyen el dato m¨¢s significativo, puesto que, adem¨¢s de corresponder al sector contestatario m¨¢s amplio -renovadores y federalistas-, suponen un incremento considerable de la disidencia respecto al congreso anterior.
Esta situaci¨®n se debe, fundamentalmente, a las divergencias entre los diversos sectores sobre la organizaci¨®n y funcionamiento de su propio partido, puesto que en pol¨ªtica exterior y en buena parte de los temas de pol¨ªtica nacional hay un acuerdo mucho m¨¢s amplio. Bien es verdad que los problemas internos absorben tanto a los delegados que apenas se ha profundizado en el debate de las posiciones del PCE sobre la situaci¨®n pol¨ªtica.
Divergencia sobre el partido
Seg¨²n uno de sus m¨¢s cualificados portavoces, Jaime Ballesteros, el sector oficialista concibe un partido en el que no pueden dedicarse todos los esfuerzos al trabajo institucional y a la pol¨ªtica por arriba, sino ?recuperar el trabajo pol¨ªtico directo sobre el tejido social? y hacer verdad que el PCE ?es tambi¨¦n un partido de combate?.El partido que conciben los oficialistas es favorable a las autonom¨ªas a nivel del Estado, ?pero eso no implica la federalizaci¨®n del PCE? -porque la clase obrera es ¨²nica, y por tanto no se puede debilitar al partido con reflejos mec¨¢nicos de las autonom¨ªas a ni vel estatal-. A su vez, la institucionalizaci¨®n de corrientes o tendencias ?ser¨ªa un retroceso a las vieja f¨®rmulas soc¨ªaldem¨®cratas?, y su pondr¨ªa el agrupamiento seg¨²n unas u otras plataformas o l¨ªderes.
Frente a esta concepci¨®n, renovadores y federalistas comparten la idea de que el PCE no debe dedicarse s¨®lo a trabajar en las instituciones, pero precisamente acusan a la actual direcci¨®n de ser la culpable de la desmovilizaci¨®n y consideran que llega tarde la rectificaci¨®n, cuando se han marchado 60.000 militantes. Asimismo defienden la federalizaci¨®n y las corrientes de opini¨®n para legalizar lo que de hecho existe, esto es que no puede sostenerse un modeio de partido en que el trabajo pol¨ªtico ha de hacerse en forma absoluta mente ?vertical? -de comit¨¦s y asambleas inferiores a superiores, y viceversa.
No obstante, los renovadores niegan que su intento sea el de legalizar las fracciones o romper el partido en tendencias organizadas; acusan a Carrillo de haber llevado el debate a ese terreno, sabedor de que as¨ª pone de su lado a un sector de militantes que no ha participado en esta batalla y tiene miedo a la confusi¨®n; y afirman que estar¨ªan dispuestos a retirar cualquier t¨¦rmino equ¨ªvoco, siempre que se garanticen los derechos de expresi¨®n de los militantes y no puedan producirse sanciones por ello. As¨ª se entr¨® en el debate de comisiones.
Cinco horas de forcejeo
La primera de estas comisiones, la de candidaturas, tiene vital importancia para el futuro del partido, ya que sus miembros proponen a los candidatos del nuevo Comit¨¦ Central, ¨®rgano este que, a su vez, determina qu¨ªenes van a ser los centros de decisi¨®n del PCE, tales como el comit¨¦ ejecutivo, el secretariado, el director de Mundo Obrero, el de la revista Nuestra Bandera, el secretario general y el presidente del partido. Un dato revelador del poder de esta comisi¨®n lo constituye el hecho de que es la ¨²nica que tiene vetado el acceso de los medios informativos.Por su parte, la comisi¨®n de estatutos tan solo hab¨ªa debatido en sus cinco primeras horas de trabajo cuatro art¨ªculos de los 52 que tiene el proyecto. El retraso fue debido a que de los 24 miembros que integran, en representaci¨®n de Madrid, la comisi¨®n de Estatutos, tan s¨®lo siete pertenecen al sector renovador, lo que provoc¨® la indignaci¨®n de sus portavoces, ya que consideraban que el voto mayoritario de la conferencia de Madrid no estaba representado, aun en contra de las propias normas del reglamento interno. Los renovadores se acogieron precisamente a estas normas, una de las cuales dice que ?la distribuc¨ª¨®n se har¨¢ reflejando las votaciones de las correspondientes conferencias o congresos sobre las cuestiones esenciales de cada tesis y de los estatutos?, para exigir una mayor representaci¨®n.
Tras mucho forcejeo, se lleg¨® finalmente a un pacto entre caballeros, seg¨²n el cual se les aseguraba la posibilidad de defender en el pleno previsto para hoy sus posiciones mayoritarias. Para poder lograrlo se acord¨® el compromiso por parte de los oficialistas de votar las propuestas de los renovadores en n¨²mero suficiente para que ¨¦stos alcanzaran una representaci¨®n de un cuarto del total de la comisi¨®n,
cifra exigida para poder hacer uso de la palabra en las sesiones plenarias.
Una vez solucionado este tema, se pas¨® al debate de las enmiendas a los distintos art¨ªculos del proyecto de estatutos. Respecto a la que pretend¨ªa dar un car¨¢cter federal al Partido Comunista de Espa?a, el portavoz de la delegaci¨®n aragonesa explic¨® que era de vital importancia para el partido reconocer en los estatutos su car¨¢cter federal, ?y as¨ª?, dijo, ?evitar¨ªamos que se repitieran cosas como la que nos pas¨® en Arag¨®n, cuando los comunistas hab¨ªamos decidido apoyar la v¨ªa del 151 para conseguir la autonom¨ªa de la regi¨®n, y despu¨¦s nos lleg¨® una orden de la direcci¨®n de Madrid para que la v¨ªa utilizada fuera la 143 de la Constituci¨®n?. Esta enmienda no prosper¨®.
El pleno debatir¨¢ las corrientes de opini¨®n
Los renovadores fueron derrotados tambi¨¦n -pero podr¨¢n defenderlo en el pleno- en los siguientes temas: derecho de expresi¨®n de las minor¨ªas, no s¨®lo a nivel individual, sino como grupos o firmas colectivas; definici¨®n de las tendencias organizadas como aqu¨¦llas que se oponen a la ejecuci¨®n de la pol¨ªtica del partido y que tienen direcci¨®n, recursos econ¨®micos y medios de expresi¨®n propios; que se aprueben las corrientes de opini¨®n y su derecho a expresarse p¨²blicamente en cualquier medio de comunicaci¨®n social; y si fracasara todo lo anterior, que al menos se permita esa libertad de expresi¨®n, en cualquier medio, en per¨ªodos precongresuales.Los argumentos de los oficialisitas van en el sentido de rechazar la definici¨®n citada de ?tendencia organizada?, por entender que esa es la definici¨®n de un partido dentro del partido; y en materia de corrientes de opini¨®n, S¨¢nchez Montero hizo una contraoferta, en el sentido de reconocer la libertad total de expresi¨®n y cr¨ªtica en los cauces org¨¢nicos y, Prensa del partido. Un miembro de la delegaci¨®n valenciana fue a¨²n m¨¢s lejos, al proponer -y se defender¨¢ en el pleno- que se prohiba la expresi¨®n en los medios de comunicaci¨®n que no pertenezcan al partido, por tratarse de ?medios burgueses e intoxicadores de los valores comunistas?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.