Relaciones de Espa?a con Latinoam¨¦rica
El senador socialista Fernando Mor¨¢n se ha despachado, alegre y desenfadadamente. con un art¨ªculo en EL PAIS, enjuiciando la pol¨ªtica seguida en las ¨²ltimas d¨¦cadas respecto a Latinoam¨¦rica.Tras una excelente portada sobre lo que es y puede ser aquel continente, pasa a enjuiciar la labor del Instituto de Cultura Hisp¨¢nica con un absoluto desconocimiento de causa.
Aquel ?elefante blanco?, con un presupuesto ?gigantesco?, nada menos que de 15 a 20 millones de pesetas al a?o, a m¨¢s de contribuir decisivamente a romper el cerco exterior, del que despu¨¦s sali¨® el magn¨ªfico per¨ªodo de floraci¨®n y desarrollo del que todav¨ªa estamos viviendo, no s¨®lo sirvi¨® de foro y tertulia de los sectores m¨¢s apegados al pasado. No fue ?una excentricidad cara?, sino un organismo vivo, sin etiquetas pol¨ªticas, que abri¨® un di¨¢logo vivo y fecundo entre las dos orillas como nunca, antes y despu¨¦s, se ha logrado realizar. A nadie se le pregunt¨® de d¨®nde ven¨ªa, sino a d¨®nde iba.
No pretendi¨® imponer un modelo espa?ol, como ahora pedestremente se intenta, sino facilitar un encuentro, un di¨¢logo sobre temas concretos, apoyado en la actividad profesional de los interlocutores.
El respeto mutuo y la no interferencia en los asuntos internos de cada pa¨ªs fueron, y deber¨¢n seguir siendo, las bases cardinales de cualquier pol¨ªtica latinoamericana digna de tal nombre.
Si las bases ideol¨®glcas son flojas, la informaci¨®n sobre instrumentos es paup¨¦rrima. Espa?a no invierte en Am¨¦rica el presupuesto de 234 millones de pesetas de la Direcci¨®n de Relaciones Culturales, sino adem¨¢s los 850 del Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana y otros muchos canales invisibles, pero no por ello menos reales.
No es cierto que la Alianza Francesa, la Dante Alighleri o el Goethe Instituto hagan m¨¢s que nosotros. Ni much¨ªsimo menos. No son t¨¦rminos comparables. As¨ª como tampoco la acci¨®n de las universidades. M¨¢s de 45.000 estudiantes latinoamericanos pasaron por las aulas espa?olas de 1948 a 1975. Incomprensiblemente, esta gran corriente de entendimiento ahora est¨¢ pr¨¢cticamente interrumpida. Y nadie le dedica la menor atenci¨®n. En este aspecto no s¨®lo no hemos crecido, sino que incluso estamos disminuyendo en densidad interlocutoria.
Y en cuanto a la cooperaci¨®n t¨¦cnica, cuanto de importante se hizo est¨¢ en riesgo de arrumbarse.
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No han tenido continuidad las bienales de Arte Hispanoamericanas, la Asociaci¨®n Iberoamericana de Municipalidades, el Instituto Hispano-luso-americano de Derecho Internacional, los Congresos de Cooperaci¨®n Econ¨®mica, la Asociaci¨®n Hispanoamericana de Historia, de Cooperaci¨®n Intelectual, etc¨¦tera. S¨®lo subsisten la Oficina Iberoamericana de Educaci¨®n y la Organizaci¨®n Iberoamericana de Seguridad Social, y sus directivos conocen el escaso eco que encuentran de los organismos p¨²blicos y la insignificante ayuda que reciben./
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