Sube la temperatura musical en el Festival de Cambrils

Dos nuevos conciertos han subido la buena temperatura del Festival Internacional de M¨²sica de C¨¢mara de Cambrils (Tarragona), que se prolongar¨¢ a lo largo de todo el mes de agosto. El d¨ªa 1 de julio comenz¨® a celebrarse este importante certamen musical, que se complementa con diversas actividades teatrales y de danza contempor¨¢nea.Las s¨®lidas bases en que se funda la ense?anza musical norteamericana permiten la existencia de muchos grupos de c¨¢mara de buena calidad. Predominan all¨ª los conjuntos de metal, extra¨ªdos de las numerosas bandas locales y capaces de hacer diabluras en todo tipo de m¨²sica, pues en Estados Unidos se han superado los prejuicios que limitan tanto el repertorio eutopeo.

Desde hace a?os, el m¨¢s notable grupo de viento americano es el Annapolis Brass Quintet, integrado por dos trompetas, una trompa y dos trombones. Extraordinario conjunto, capaz de abordar el repertorio renacentista europeo, bien sea de origen vocal o propiamente instrumental (hicieron magistralmente tres piezas de Antonio de Cabez¨®n), los cl¨¢sicos de su pa¨ªs, como Scott Joplin (1868-1918) o los contempor¨¢neos Wilke Reriwick, Errol W. Schlabach, Daniel Pinkham, etc¨¦tera. El Annapolis Brass Quintet lo hace todo con perfecci¨®n y acertada intencionalidad.

Un gran pianista espa?ol

Tras haber ganado varios premios internacionales, y despu¨¦s de realizar una primera gira por Estados Unidos, el pianista espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Pinzolas se ha presentado en el Festival de Cambrils con un recital mixto, en el que se combinaron la normal parte sol¨ªstica con un acompa?amiento a la Coral Sant Esteve de Vila-Seca-Salou.Sin detenernos en la breve y sustanciosa intervenci¨®n de este juvenil coro femenino, buen fruto de la meritoria labor docente de su director, Angel Recasens, es justo resaltar la actuaci¨®n del pianista.

Pinzolas se form¨® en el Conservatorio de Madrid con Manuel Carra, pero vive fuera de nuestro pa¨ªs desde hace casi diez a?os.

Este int¨¦rprete extreme?o de origen navarro es uno de los artistas m¨¢s serios, estudiosos y dotados con que cuenta el pianismo espa?ol. Y parece llegado el momento de proclamarlo as¨ª, tajantemente, cuando a¨²n no le ha sido concedida la oportunidad de hacer su presentaci¨®n con nuestras grandes orquestas. Ni siquiera se le ha podido o¨ªr en recital en alguna de las salas de concierto espa?olas con renombre, l¨¦ase teatro Real e Palau de la M¨²sica de Barcelona.

Sin embargo, al escuchar su concierto dentro del Festival Internacional de Cambrils nos parece que si esta situaci¨®n se mantuviera estar¨ªamos, aparte de al borde del rid¨ªculo, ante una de las mayores injusticias de nuestra vida musical, tan proclive al irreflexivo aplauso de lo for¨¢neo como remisa al elogio de lo propio.

Su versi¨®n de la Appassionala tuvo el fulgor, la tensa fluidez, la hondura expresiva, impl¨ªcitos en esta gran sonata beethoveniana.

A?adir que su Suite Espa?ola, de Alb¨¦niz, estuvo a la misma altura ser¨ªa decir poco. Jam¨¢s hab¨ªamos o¨ªdo estas piezas, m¨¢s dif¨ªciles de lo que se cree en su original pian¨ªstico, aunque trilladas y deformadas por todo tipo de arreglos y p¨¦simas versiones, interpretadas con tal gracia e intensidad evocadoras. Est¨¢ claro que la ausencia de Espa?a de artistas como Jos¨¦ Mar¨ªa Pinzolas es uno de los lastres que soporta nuestra m¨²sica.