Garc¨ªa Sabell: "La democracia espa?ola se juega mucho en la consecuci¨®n de la autonom¨ªa gallega"
El presidente de la Real Academia Gallega, Domingo Garc¨ªa Sabell, ha decidido entrar en la vida pol¨ªtica y asumir el cargo de delegado del Gobierno en Galicia porque considera que, ante la perspectiva de que su tierra logre tener instituciones para el autogobierno, no cabe la inhibici¨®n. Afirma que todos los partidos se juegan mucho en las elecciones que se celebrar¨¢n el 20 de octubre, al tiempo que es consciente de que puede quemar su prestigio en la nueva misi¨®n en la que, a sus 72 a?os, se ha embarcado. El doctor compostelano insiste en que no se siente obligado a identificarse con UCD y no duda en criticar la gesti¨®n realizada por el partido del Gobierno al frente de la preautonom¨ªa gallega.
Pregunta. Hace dos meses usted manifest¨® a este peri¨®dico que no asumir¨ªa cargos pol¨ªticos, salvo en el caso de que las circunstancias fuesen tan graves que le obligasen a acceder a ellos. ?Ha asumido el de delegado del Gobierno en Galicia porque la situaci¨®n de esta regi¨®n es angustiosa?Respuesta. Las circunstancias, m¨¢s que graves, son confusas y con riesgo de desorientaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica. Esto justifica sobradamente mi entrada en la actividad pol¨ªtica. La confusi¨®n est¨¢ originada por no haberse realizado una informaci¨®n clara y rigurosa sobre la autonom¨ªa; si a esto se a?aden las crisis internas de tipo personal, que trascienden a la calle, se comprende ese estado de ¨¢nimo lleno de dudas, de desconfianza y, en definitiva, de alejamiento que existe en buena parte del pueblo gallego.
P. ?Intenga el Gobierno prestigiar la autonom¨ªa con su nombramiento ante la incapacidad de UCD de ofrecer, al menos por ahora, una oferta unitaria ante las elecciones gallegas?
R. No creo que haya sido escogido por esto. El Gobierno, como tal, no tiene m¨¢s que una opci¨®n: la de hacer patente su prop¨®sito autonomista. Por eso ha nombrado un delegado que toda su vida ha sido autonomista y seguir¨¢ si¨¦ndolo, y al que no le ha impuesto ning¨²n condicionamiento ni le ha sugerido consigna alguna. Quiz¨¢ ha pensado que, por mi condici¨®n de independiente, puedo abrir en torno a la autonom¨ªa de Galicia un espacio pol¨ªtico amplio en el que pueden insertarse todas las pol¨ªticas imaginables, siempre que se enmarquen en el ¨¢mbito de la Constituci¨®n.
P. Durante los ¨²ltimos a?os, usted ha emitido opiniones muy cr¨ªticas hacia los Gobiernos centristas. Suscribi¨® un dur¨ªsimo comunicado. en el oto?o de 1979, cuando se estaba elaborando el Estatuto de Autonom¨ªa: ?Es UCD m¨¢s progresista ahora?
R. Ha habido un cambio enorme entre la pol¨ªtica auton¨®mica de los ?interiores Gobiernos y el actual. Es evidente la diferencia de planteamientos entre la decisi¨®n de introducir la famosa disposici¨®n transitoria tercera en el Estatuto gallego, hecho por el que todos protestamos, y mi nombramiento como delegado. Hay un giro copernicano de la concepci¨®n autonomista del Gobierno, al menos en lo que se refiere a Galicia.
P. ?Va a contar Galicia con un tratamiento privilegiado, ya que tanto los nacionalistas vascos corno los catalanes afirman que Calvo Sotelo y sus ministros est¨¢n recortando sus respectivos estatutos?
R. Ellos parten de tina realidad distinta, tienen un Gobierno y un Parlamento en pleno funcionamiento. Lo que ocurra dentro de alg¨²n tiempo en Galicia no tenemos que prejuzgarlo por lo que acontece fuera. Cuando llegue el momento de los problemas, hablaremos, y entonces veremos en qu¨¦ consiste ese autonomismo.
P. ?Piensa que UCD, cuya inhibici¨®n en el refer¨¦ndum de diciembre fue manifiesta, est¨¢ realmente interesada en potenciar la autonom¨ªa gallega?
R. No s¨¦ lo que piensan los ucedistas, no estoy en su cabeza. Yo me atengo a los hechos, y ¨¦stos demuestran que una fracci¨®n considerable de UCD es decididamente autonomista. Desde el refer¨¦ndum de diciembre hasta las elecciones del 20 de octubre las cosas han cambiado, sin duda alguna. En la consecuci¨®n de la autonom¨ªa gallega se juega hoy mucho; no s¨®lo UCD y los dem¨¢s partidos, sino la propia democracia espa?ola, y eso lo saben todos. De modo que, aunque s¨®lo sea por instinto de conservaci¨®n, la actitud autonomista es inevitable.
'Es casi seguro que voy a quemarme en el cargo'
P. ?La trascendencia de lograr la autonom¨ªa es lo que ha impulsado a usted y a otros intelectuales independientes a entrar en pol¨ªtica y, en su caso, aceptar el cargo de delegado del Gobierno, o bien, como han hecho compa?eros suyos de la Academia Gallega, acudir a las elecciones en las listas de los principales partidos?
R. Con toda seguridad hemos decidido participar de un modo directo en pol¨ªtica porque probablemente esta es la ¨²ltima oportunidad para alcanzar la autonom¨ªa. O se llega a ella ahora o no se llegar¨¢ nunca. Los intelectuales han sido conscientes de esta situaci¨®n l¨ªmite y hemos decidido entrar en la lucha con todas sus consecuencias. El problema pol¨ªtico se nos ha convertido en un problema ¨¦tico, en una cuesti¨®n de conciencia. Si la autonom¨ªa fracasa que no sea porque nosotros nos hemos marginado del esfuerzo para llevarla adelante. Si no tengo ¨¦xito en mi gesti¨®n regresar¨¦ a casa con la conciencia tranquila y no podr¨¦ atribuir a nadie ese fracaso. sino a mi propia incapacidad. en cambio, si me abstengo, estar¨¦ en mi hogar incontaminado y as¨¦ptico, pero con un gran peso moral sobre mis espaldas.
P. ?No le inquieta a una persona que ha permanecido siempre en el mundo de la cultura pasar a un puesto en el que habr¨¢ de tomar decisiones pol¨ªticas importantes?
R. Aceptar este cargo supone un cambio radical en mi vida. Estoy ahora en una empresa pol¨ªtica, que no es mi vocaci¨®n profunda, y soy consciente de que corro el riesgo casi seguro de que voy a quemarme, pero tengo que hacerlo por mi pa¨ªs.
P. ?Se ha imaginado que le pueden acusar de ser el guardi¨¢n puesto por Madrid para defender el centralismo?
R. Me tiene sin ciudado. Cuando uno ha pasado cuarenta a?os en la oposici¨®n, diecisiete de ellos con una prohibici¨®n de escribir y hablar en p¨²blico, con insultos y calumnias, ese tipo de apreciaciones no le afecta. No pienso ni enterarme de los improperios y chascarrlllos. Tengo la piel suficientemente cori¨¢cea por los golpes que me ha dado la vida para no preocuparme de eso.
'No tengo nada que ver con UCD'
P. Aunque usted insiste en resaltar su condici¨®n de galleguista independiente, ?no opina que la misi¨®n que le han encomendado implica una cierta identificaci¨®n con UCD, el partido del Gobierno?
R. Yo no tengo nada que ver con UCD. Se me ha ofrecido un puesto para que desde ¨¦l, en la medida de mis fuerzas y de lo que las leyes me concedan, encauce y sirva de intermediario entre un poder y otro para desarrollar la autonom¨ªa. Eso lo realizar¨¦ sin obligaci¨®n de identificarme con el idearlo pol¨ªtico de UCD. Lo har¨ªa igual si el Gobierno fuese socialista o de Alianza Popular. Defender¨¦ los criterios que marca la Constituci¨®n para las autonom¨ªas, y esos criterios no han sido elaborados exclusivamente por UCD; han sido realizados por un Congreso y un Senado. No tengo condicionamiento de ninguna clase, no me han impuesto restricci¨®n alguna y no me han hecho sugerencias. Espero que no se ejerzan sobre m¨ª presiones que rocen la integridad de mi pensamiento, si llegasen a producirse me ir¨ªa. No tengo ning¨²n apego a los cargos.
P. ?C¨®mo valora los tres a?os transcurridos de preautonom¨ªa gallega cuando faltan dos meses para la elecci¨®n de un Gobierno y un Parlamento aut¨®nomos?
R. La preautonom¨ªa ha sido bastante deficitaria, alguna conseller¨ªa de la Xunta funcion¨® bien, pero han sido las menos. Pudo hacerse mucha m¨¢s labor de la que se ha realizado, las transferencias han sido pocas, pero a pesar de ello el saldo no puede ser positivo.
P. Considera coherente entonces que UCD, el partido que ha controlado la preautonom¨ªa gallega, haya elegido como candidato para la presidencia de la Xunta que surgir¨¢ de las elecciones de octubre a Jos¨¦ Quiroga, el hombre que ha dirigido la instituci¨®n durante la mayor parte de sus tres a?os de existencia?
R. Es un problema en el que no entro; no le concierne al delegado del Gobierno. Es un tema del partido en el que no entro ni salgo. Otra cosa es la opini¨®n que particularmente pueda tener cada uno.
P. ?Qu¨¦ puede aportar la autonom¨ªa a Galicia?
R. Puede aportar ventajas de todo tipo: pol¨ªticas, socioecon¨®micas, culturales, etc¨¦tera. Si la autonom¨ªa es administrada correctamente, las ventajas son mayores que los inconvenientes, y desde luego ser¨¢ m¨¢s ¨²til que el centralismo.
'Un nivel de participaci¨®n satisfactorio, el 20 de octubre, estar¨ªa para m¨ª entre el 40% y el 50%'
P. ?Tiene el pueblo gallego suficiente madurez pol¨ªtica para acceder al autogobierno?
R. Pienso que est¨¢ maduro en un aspecto emocional; es indiscutible que siente a su tierra como algo propio. Le faltan, sin embargo, elementos doctrinales que no le han ense?ado. Es necesario que adquiera el conocimiento de lo que ¨¦l mismo es: al gallego hay que ense?arle a ser gallego. Por eso me parece que las campa?as electorales de todos los partidos, ante las elecciones, deber¨ªan consistir en mostrar , desde la perspectiva de cada grupo pol¨ªtico, con sencillez y claridad, en qu¨¦ consiste la autonom¨ªa. Si las campa?as tienen un alto contenido pedag¨®gico y se hacen con seriedad, tengo la impresi¨®n de que el pueblo va a ilusionarse y habr¨¢ un porcentaje digno de participaci¨®n. En caso contrario, si la propaganda electoral se enfoca desde una perspectiva restringida, todos ir¨¢n al fracaso, con las graves consecuencias que eso va a tener para Galicia y para Espa?a.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa para usted un porcentaje aceptable de participaci¨®n el 20 de octubre.
R. Un nivel de participaci¨®n satisfactorio estar¨ªa para m¨ª entre el 40% y el 50%.
P. ?A qu¨¦ atribuye el elevado nivel de abstenci¨®n que se viene registrando en Galicia y que en el refer¨¦ndum del Estatuto fue del 75%.
R. Hay una constelaci¨®n de causas muy complejas. En la campa?a del refer¨¦ndum hubo pasividad y desorientaci¨®n. No se le puede decir al pueblo que el Estatuto no vale para nada y de pronto indicarle que sirve para mucho, porque eso crea desconfianza, y la desconfianza provoca escepticismo, y este, a su vez, origina pasividad, y por ello la gente se inhibe. A todo eso hay que a?adir toda una vida de inexperiencia pol¨ªtica, porque ?qu¨¦ son los a?os de la Rep¨²blica dentro del curso de los ¨²ltimos siglos? En realidad, no ha habido m¨¢s que ligeros chispazos de libertad.
P. El desinter¨¦s ante las urnas, ?no est¨¢ motivado tambi¨¦n por un desencanto ante los partidos Pol¨ªticos?
R. Es muy posible que haya un poco de esto. Los partidos tienen que corregirlo r¨¢pidamente y terminar con esa gran enfermedad que es el personalismo. Una de las cosas que debieran hacer en Galicia es cambiar la imagen del pol¨ªtico, de forma que deje de ser alguien que promete muchas cosas y en cambio vaya a la realidad concreta, que es la que entiende el pueblo.
P. Por ¨²ltimo, ?cu¨¢les son, a su juicio, las razones por las que Galicia ha votado tradicionalmente a la derecha?
R. Galicia es un pa¨ªs conservador por naturaleza y por circunstancias sociol¨®gicas. Es una tierra de peque?os propietarios y por eso tiende a apoyar a quien cree que le permitir¨¢ conservar sus propiedades, y siempre desconf¨ªa de lo que es novedad. El gallego es enormemente realista y no se f¨ªa de los idearios muy ut¨®picos. Adem¨¢s es un hombre dado a la convivencia y de car¨¢cter muy pac¨ªfico, por eso Galicia ha dado una l¨ªrica y no una ¨¦pica. Por otra parte, el gallego ha recibido muchos palos a lo largo de los siglos y acostumbra a decir: ?A m¨ª, lo m¨ªo, y que me dejen de historias?.
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