El Parlamento brit¨¢nico reconoce algunas de las tesis espa?olas sobre Gibraltar
La comisi¨®n de relaciones exteriores del Parlamento brit¨¢nico har¨¢ p¨²blico un informe, probablemente hoy, sobre las relaciones hispano-brit¨¢nicas y el problema de Gibraltar, en el que se reconocen muchas de las tesis espa?olas sobre el contencioso del Pe?¨®n. La comisi¨®n, en su documento, pone en duda la britanidad del istmo del Pe?¨®n, considera posible una autonom¨ªa para la poblaci¨®n gibraltare?a en el marco de la Constituci¨®n espa?ola y viable econ¨®mica y militarmente, una base de utilizaci¨®n conjunta.
Estas son en s¨ªntesis las principales conclusiones a las que llega el documento, a las que hay que a?adir otras de suma importancia en el actual bloqueo de la negociaci¨®n hispano-brit¨¢nica sobre Gibraltar, partiendo del llamado acuerdo de Lisboa. Se trata de que la comisi¨®n de parlamentarios brit¨¢nicos estima que la apertura de la verja o de la frontera por parte espa?ola debe ir acompa?ada de las simult¨¢nea concesi¨®n de todos los derechos a los trabajadores espa?oles que circulen por Gibraltar, al mismo nivel que los tienen los ciudadanos de los, pa¨ªses de las Comunidades Europeas. Asimismo, insta al Gobierno brit¨¢nico a acelerar la reforma legislativa que permita la aplicaci¨®n de estas ventajas para los espa?oles antes de la integraci¨®n hispana en la CEE, que los propios parlamentarios sit¨²an en 1984.La comisi¨®n de relaciones exteriores del Parlamento brit¨¢nico, integrada por diputados de la mayor¨ªa conservadora y de la oposici¨®n laborista y liberal visit¨®, Espa?a en abril de este a?o, bajo la presidencia de su l¨ªder, sir Anthony Kershhaw, y mantuvieron diversas conversaciones sobre las relaciones hispano-brit¨¢nicas, la situaci¨®n interna espa?ola y, esencialmente, el problema,de Gibraltar.
El informe, que se ha redactado ampliamente y que ser¨¢ sometido a debate en un futuro no lejano por la C¨¢mara de los comunes, parece obtener la conclusi¨®n de que las relaciones entre Espa?a y el Reino Unido deben tener muchos puntos de acuerdo y contacto con intereses comunes, pol¨ªticos y econ¨®micos muy fuertes, que sobrepasan, con mucho, el contencioso sobre Gibraltar, que hoy bloquea las relaciones entre los dos pa¨ªses.
No ha de gustar mucho al Foreigri Office el contenido y las conclusiones del trabajo parlamentario en lo que se refiere al bloqueo de la negociaci¨®n de Gibraltar, aunque se supone que s¨ª servir¨¢ al Gobierno de excusa y argumento ante su opini¨®n p¨²blica para justificar un giro radical de la pol¨ªtica brit¨¢nica sobre el futuro de la colonia gibraltare?a.
En Londres parece tenerse ya la conciencia de que la cuesti¨®n de Gibraltar tiene que ser zanjada antes o despu¨¦s, y se espera que el Gobierno de Madrid, en sus planes para la integraci¨®n de Espa?a en la OTAN, la incluya como condici¨®n imprescindible. Las relaciones del Gobierno de Margaret Thatcher con la Administraci¨®n de Ronald Reagan son muy estrechas, sobre todo en las cuestiones estrat¨¦gicas defensivas, y es por ello por lo que en v¨ªsperas del debate parlamentario espa?ol sobre el ingreso en la OTAN, y ante las posibles consecuencias y resultados de dicho debate, las negociaciones de Gibraltar queden seriamente ligadas al tema del ingreso de Espa?a en la OTAN e incluso a la renegociaci¨®n de la presencia de tropas norteamericanas en Espa?a.
No hace mucho tiempo que la Prensa brit¨¢nica reproduc¨ªa informaciones sobre la posible utilizaci¨®n conjunta en el marco de la OTAN de la base de Gibraltar. Utilizaci¨®n en la que podr¨ªan participar tambi¨¦n las fuerzas norteamericanas navales del Mediterr¨¢neo, que son, de verdad, las m¨¢s importantes de la OTAN que navegan por el Mediterr¨¢neo, y que podr¨ªan utilizar la base gibraltare?a. Adem¨¢s ya es conocida la decisi¨®n brit¨¢nica de suspender para el a?o 1983 o 1984 las subvenciones a Imilitar naval de Gibraltar, y en especial a los astilleros que constituyen el punto de apoyo econ¨®mico de la colonia brit¨¢nica en el Pe?¨®n.
Todo ello, y a pesar del incidente que provoc¨® la presencia en Gibraltar de los pr¨ªncipes de Gales, Carlos y Diana, hace indicar que de aqu¨ª a final de a?o se abre una amplia prespectiva negociadora entre Madrid y Londres que pasar¨¢ inevitablemente por Washington. Un campo de negociaci¨®n sometido, en lo que a Espa?a se refiere, a la rigidez del calendario atl¨¢ntico impuesto por el Gobierno del presidente Calvo Sotelo, lo que ha de situar a los negociadores hispanosen dificultades de tiempo para conseguir las contrapartidas que la posici¨®n estrat¨¦gica de Espa?a permitir¨ªa obtener de Washington y Londres en un momento de expansi¨®n militar y armamentista de la Alianza Atl¨¢ntica.
El documento de los parlamentarios brit¨¢nicos tambi¨¦n va a causar sus efectos en la poblaci¨®n gibraltare?a, donde sus l¨ªderes pol¨ªticos empiezan a preocuparse seriamente sobre su futuro. En ¨¦l incluso se hacen referencias a la conquista de Gibraltar, poniendo en entredicho algunas de las viejas tesis brit¨¢nicas.
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