Cr¨ªticas eclesi¨¢sticas a la obra "Un tal Jes¨²s", de Mar¨ªa L¨®pez Vigil
Mar¨ªa L¨®pez Vigil, la periodista cubano-espa?ola reclentemente liberada de la polic¨ªa salvadore?a, es la autora, junto a su hermano Jos¨¦ Ignacio, de la obra Un tal Jes¨²s, que reconstruye la vida de Jes¨²s en 144 relatos, grabados en 33 casetes. La acogida en amplios sectores latinoamericanos contrasta con la ofensiva de algunos prelados del CELAM que la acusan de ?irrespetuosa, soez y comunista?. Es un relato dirigido al pueblo latinoamericano y ambientado con las experiencias de opresi¨®n y liberaci¨®n contempor¨¢neas. Jes¨²s, por ejemplo, aparece como un joven israelita sin formaci¨®n, medio analfabeto y que s¨®lo progresiva mente adquiere conciencia de su misi¨®n excepcional. Se le llama el Moreno, expresi¨®n cari?osa en Latinoam¨¦rica. Es un Jes¨²s humano, algo burl¨®n, con sentido del humor y buen conversador. Como jornalero no especializado combina el frecuente paro con peque?as chapuzas. Frecuenta a los pescadores, borrachos, viejos, la gente de los cafetines y prostitutas. Como cualquier campesino poco habituado al mar, se marea cuando sube en barca, y Mar¨ªa Magdalena parece vivir en alg¨²n burdel de las ciudades caribe?as.
Mar¨ªa, su madre, es una mujer de pueblo, con las naturales preocupaciones de una madre con un hijo mozo y en paro. ?Mira a mi hijo c¨®mo est¨¢ ?, dice en un di¨¢logo, ?sin trabajo fijo, ni porvenir. 30 a?os ya y... . , nada... Todos sus amigos est¨¢n ya casados, criando hijos ... ?. Subyace al relato la latinoamericana teolog¨ªa de la liberaci¨®n, de los Guti¨¦rrez, Boff, Sobrino y Assmann y un conocimiento minucioso de las tierras palestinas que los autores han visitado detenidamente para ajustar los relatos a la situaci¨®n actual. La obra, en la que han invertido m¨¢s de tres a?os, est¨¢ financiada por la instituci¨®n alemana Serpal y cuenta con el imprimatur eclesi¨¢stico de Madrid, firmado por Mart¨ªn Patino.
Consciente de lo inusual del trabajo, autores y editores han sometido el conjunto de la obra, desde junio de 1980, a una serie de experimentos destinados a calibrar la reacci¨®n de los oyentes. Los estudios previos revelaban que un 60% la acepta bien, un 30% pone reparos menores y un 10% la ataca violentamente. En la primavera de 1981 se inicia la distribuci¨®n.
Poco tiempo despu¨¦s comienza a dejarse sentir la oposici¨®n de algunos altos prelados latinoamericanos. El arzobispo de San Jos¨¦ de Costa Rica dice de ella ?que es anticlerical y emplea un lenguaje soez?. Y se pregunta: ??Qu¨¦ tal esas cintas en manos de los protestantes de nuestro pa¨ªs y en manos de los comunistas de nuestra patria??. L¨®pez Trujillo, el secretario del CELAM y conocido por su beligerancia contra la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, escribe en Roma: ?Se inventan episodios que no aparecen en los evangelios. Algunos son irreverentes?.
L¨®pez Vigil responde recordando que a Caravaglio le llamaron los eclesi¨¢sticos de su tiempo el Maldito porque pint¨® la Vocaci¨®n de Mateo, ambient¨¢ndola en los bajos fondos romanos, que tambi¨¦n frecuentaba Jes¨²s. A pesar del esc¨¢ndalo de entonces, hoy se dice misa en un altar que preside el cuadro de Caravaglio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.