La Asamblea francesa rechaza la moci¨®n de censura contra el gobierno de Pierre Mauroy
La reserva y la circunspecci¨®n por parte de los medios econ¨®micos y financieros, y una relativa satisfacci¨®n por parte de los sindicatos, han acogido el plan econ¨®mico y social del nuevo poder franc¨¦s, expuesto anteayer por el primer ministro, Pierre Mauroy. La moci¨®n de censura depositada en la Asamblea Nacional por el grupo chiraquista de la oposici¨®n fue ampliamente rechazada por la mayor¨ªa absoluta de la que dispone el Gobierno.
El dobierno miterranista ha jugado la carta m¨¢s decisiva de su existencia, desde que lleg¨® al poder hace cuatro meses, al presentarle al pa¨ªs el instrumento, econ¨®mico social con el que cuenta realizar las promesas que le hizo a los franceses, cuando era candidato- el actual presidente, Fran?ois Mitterrand: salir de la crisis econ¨®mica, es dec¨ªr, reducir el paro y frenar la subida de precios. Es el mal de todos los pa¨ªses industrializados. Para ello, el primer ministro, Mauroy, resumi¨® su arsenal guerrero: un nuevo crecimiento (3%), es decir, una reactivaci¨®n de la econom¨ªa, con el fin de vencer lo que los socialistas consideran como el mal origen de todos los males de la crisis, el desempleo.Los analistas m¨¢s objetivos recordaban ayer que, hasta la fecha, el d¨¦ficit presupuestario ha sido generador d¨¦ inflaci¨®n y de paro. Los t¨¦cnicos de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), en efecto, como los del Fondo Monetario Internacional, son esc¨¦pticos ante tal doctrina. A m¨¢s largo plazo, la nueva Administraci¨®n, hasta el presente, tampoco ha convenc¨ªdo de que las nacionalizaciones y la planificaci¨®n, dos de los vectores determinantes de su estrategia econ¨®mica, produzcan necesariamente los efectos positivos que se le atribuyen. Algunas medidas anunciadas son aprobadas por la patronal, por los sindicatos y por los expertos.
El paquete de medidas sociales destinadas a domesticar el desempleo a partir del eje conductor, cons¨ªstente en repartir el trabajo, tambi¨¦n ha causado m¨¢s desilusi¨®n que entusiasmo. "La idea, seg¨²n la cual, para disminuir el n¨²mero deparados hay que repartir el trabajo disponible, procede de una visi¨®n est¨¢tica de la econom¨ªa", opinaba el diario independiente Le Monde, favorable pol¨ªticamente al acceso del mitterrandismo al poder, pero reticente por lo que toca a su doctrina econ¨®mica.
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