Pardo y Sanmart¨ªn planificaron la v¨ªspera el regreso precitado del general Juste

La defensa del comandante Pardo Zancada se articula, en s¨ªntesis, en los siguientes t¨¦rminos:?El comandante de Infanter¨ªa de EM don Ricardo Pardo Zancada, desconocedor por completo hasta el d¨ªa 22 de febrero de 1981 de todo prop¨®sito referente a la operaci¨®n militar que, con la finalidad relatada en el pre¨¢mbulo de la presente conclusi¨®n, habr¨ªa de tener lugar al siguiente d¨ªa, fue llamado por tel¨¦fono desde Valencia por el teniente coronel don Pedro Mas Oliver, ayudante del teniente general Milans del Bosch, capit¨¢n general de aquella regi¨®n, por cuyo encargo le pidi¨® se trasladase aquel mismo d¨ªa, v¨ªspera del lunes 23, a Valencia, para entrevistarse con el general para un asunto importante y urgente.

Previa autorizaci¨®n de su jefe inmediato en el Estado Mayor de la Divisi¨®n, don Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn L¨®pez, a quien enter¨® de los t¨¦rminos de la llamada, se desplaz¨® en autom¨®vil a aquella capital, acudiendo seguidamente a Capitan¨ªa, donde fue recibido por el teniente coronel Mas y, a continuaci¨®n, por el capit¨¢n general, quien le dijo que estaba preparada una operaci¨®n militar de salvaci¨®n nacional, impulsada y respaldada por el Rey, que comenzar¨ªa por la ocupaci¨®n del palacio del Congreso de los Diputados durante la convocada sesi¨®n de investidura y que se consideraba vital el concurso de la Divisi¨®n Acorazada, cuyo mando ¨¦l hab¨ªa ejercido en tiempos, a cuyos fines el teniente general confi¨® al mandante misiones de enlace, que ¨¦ste recibi¨® como honrosas ¨®rdenes, incluida la llamada a La Coru?a del general Torres Rojas, anterior jefe de la Divisi¨®n, cuya presencia en ella interesaba.

Tuvo especial ¨ªnter¨¦s el teniente general Milans en que el comandante Pardo presenciase una conversaci¨®n, que, desde determinado despacho comercial de Valencia, hab¨ªa de sostener dicho teniente general con el general Armada, ¨¦ste desde Madrid, conversaci¨®n que, efectivamente, tuvo lugar en presencia de? comandante, sin que a ¨¦ste le ofreciese duda, a juzgar por cuanto el general Milans le o¨ªa decir, que su interlocutor, con el que aqu¨¦l trat¨® de la operaci¨®n concertada, era el general Armada Comyn. Tras de despedirse del capit¨¢n general, cuyas ¨®rdenes le ofreci¨® cumplir, regres¨® el comandante Pardo a Madrid, donde, pese, a lo avanzado de la hora, visit¨® al coronel San Mart¨ªn, al que dio cuenta de todo, conforme ¨¦ste le hab¨ªa prevenido al tiempo de la salida para Valencia, y se convino en hacerse por el coronel lo necesario para que el jefe de la Divisi¨®n, general Juste, que, con el propio coronel San Mart¨ªn marchaba al d¨ªa siguiente a Zaragoza en viaje de servicio, lo interrumpiese en ruta y regresase a su cuartel general, como as¨ª ocurri¨® al cabo de diversas incidencias y explicaciones, como fue la dada al general Juste de que algo grave iba a ocurrir en la capital de la naci¨®n.

Ya en la sede de la Divisi¨®n Acorazada y en el despacho del general jefe de la misma, se celebr¨®, a primera hora de la tarde de dicho d¨ªa 23, una reuni¨®n extraordinaria, con asistencia de mandos y de miembros del Estado Mayor de la gran unidad, presente el general Torres Rojas, llamado a tal fin a La Coru?a; obtenida por el coronel San Mart¨ªn la venia del general Juste para que el comandante Pardo informara, dio ¨¦ste cuenta, sin omisi¨®n sustancial alguna, de lo sucedido en Valencia y ordenado por el general Milans, anunciando asimismo, sin precisar todav¨ªa en qu¨¦ consist¨ªa, el grave hecho a punto de producirse en Madrid, que no era otro que la ocupaci¨®n del Congreso y, en su vista, el jefe de la Divisi¨®n -no procesado en la causa- prest¨® su conformidad a la cooperaci¨®n de esta Divisi¨®n Acorazada a lo planeado, sin dar previa cuenta al capit¨¢n general de Madrid, plan en el que figuraba el aseguramiento de estaciones de radio y televisi¨®n; a estos fines -y sin que entonces ni despu¨¦s se quebrase la l¨ªnea regular del mando, que ni el comandante Pardo ni nadie trat¨® de alterar pas¨¢ndola a otras manos- tom¨® el general Juste la pertinente decisi¨®n, traducida seguidamente - en ¨®rdenes por el Estado Mayor, en nombre de SE, para su curso a las diversas unidades integrantes de la Divisi¨®n, alguna, de las cuales lleg¨® a salir para cumplir la misi¨®n encomendada, como ocurri¨® con la ocupaci¨®n pasajera de Radiotelevisi¨®n Espa?ola, en Prado del Rey, aunque no as¨ª las dem¨¢s, por ulterior desistimiento del general Juste, quien, tras consultar en la Zarzuela y con la Capitan¨ªa General de la regi¨®n, dio contraorden, que vino a bloquear la operaci¨®n en marcha.

Se conocen detalles

La paralizante determinaci¨®n del general Juste caus¨® perceptible decepci¨®n y descontento en parte del personal de la divisi¨®n, en tanto que iban conoci¨¦ndose detalles de la ocupaci¨®n del Palacio del Congreso por el teniente coronel Tejero con sus fuerzas, visiblemente carente ¨¦ste ya, pasado alg¨²n tiempo, de toda razonable posibilidad de eficaz ayuda exterior, en la que, l¨®gicamente, hubo de confiar en un principio; en determinado momento, a ¨²ltima hora de la noche del 23 y antes de emitirse por radio y televisi¨®n el mensaje de Su Majestad el Rey, discrepante entonces de la operaci¨®n, ya truncada en consecuencia, resuelve espont¨¢nea y repentinamente el comandante Pardo tomar a sus ¨®rdenes cuatro capitanes con un grupo de hombres m¨¢s y acudir con ellos al Palacio de las Cortes.

Nadie prohibe, impide ni estorba al comandante Pardo su salida de la divisi¨®n, pese a no ocultar sus preparativos, y as¨ª, el mando del improvisado grupo, en n¨²mero de 113, muy inferior a la compa?¨ªa motorizada de fusiles, cifrada en 210 seg¨²n las plantillas oficiales, se dirige, en catorce veh¨ªculos ligeros, al palacio del Congreso, en el que penetra el comandante con la exigua fuerza a su mando, present¨¢ndose al teniente coronel Tejero y permaneciendo en el edificio hasta el final.

Exhortado en diversas ocasiones para retirarse, se?aladamente por el coronel San Mart¨ªn que, en su visita, llega a entregarle al efecto la transcripci¨®n escrita de un mensaje verbal de Su Majestad el Rey, en el que, al propio tiempo de indicarle que se retire, se alaba el patriotismo del destinatario y su fidelidad al monarca, m¨®viles, seg¨²n se le dice, de su acci¨®n, no toma en consideraci¨®n, por el momento, el requerimiento recibido, tanto por no venir por conducto del general Milans del Bosch, a cuyas directas ¨®rdenes se consideraba en aquel instante, como, entre otros motivos, por no saber a ciencia cierta si, en aquella coyuntura tan confusa, Su Majestad el Rey, para ¨¦l mentor de la operaci¨®n, estaba coaccionado, as¨ª como tambi¨¦n por no abandonar en la adversidad a sus compa?eros ocupantes del Congreso.

El defensor del comandante Pardo opina que ?los hechos relatados no son constitutivos de delito?, y que ?ninguna responsabilidad criminal incumbe a este procesado, en ning¨²n grado de participaci¨®n, dada la inexistencia de delito?. Y pide la libre absoluci¨®n.