Practicar la democracia
El pr¨®ximo 20 de octubre Galicia va a elegir el primer Parlamento regional, de acuerdo con su estatuto. Desde que el antiguo reino de Galicia se disolvi¨®, tras la labor uniforrnista de las Cortes de C¨¢diz, la regi¨®n gallega va a disponer, por vez primera, de ¨®rganos de autogobierno, y con ellos de coordinaci¨®n de las cuatro actuales provincias, y de una voz clara y potente en el conjunto del pa¨ªs.Desde la c¨¦lebre frase de los guerreros gallegos, que se pelearon entre s¨ª, antes de enfrentarse al enemigo, en la toma de Antequera, ?somos galegos e non nos entendemos?, lo normal en nuestra Galicia ha sido la exacerbaci¨®n individualista, las pugnas familiares, los pleitos ruinosos, el enfrentamiento entre ciudades y comarcas. La regi¨®n lo ha pagado caro; y las pugnas entre los viejos feudales y los m¨¢s recientes caciques han sido en contra del inter¨¦s de Galicia y de Espa?a entera. El gallego ha cooperado en ultramar, en sus ejemplares centros gallegos y casas de Galicia, mucho m¨¢s que en su tierra y en pol¨ªt¨ªca.
Ahora vamos a tener la ocasi¨®n de hacerlo, de modo institucional y permanente. Pero todo tendr¨¢ un valor menos efectivo si no est¨¢ respaldado por una participaci¨®n Importante de la mayor¨ªa de los gallegos.
No tengo duda de que la mayor¨ªa de los gallegos es tradicional y conservadora; que valora el legado cristiano y jacobeo y la continuidad familiar; la propiedad y un sentido profundo de la libertad y del derecho, del orden y la autoridad. Est¨¢ en contra de los incendiarios de nuestros montes; de la subida arbitraria de la fiscalidad, de la permisividad en la moral p¨²blica, de la inseguridad de las vidas y las haciendas.
La ?inefable Xunta?
Pero est¨¢ cansada y aburrida; se le pidi¨® que votara en 1976 la ley de Reforma Pol¨ªtica; en 1977, en las elecciones generales; en 1978, la ratificaci¨®n de la nueva Constituci¨®n; en 1979, en nuevas (e innecesarias) elecciones generales, y en las municipales; en 1980, el propio estatuto. La abstenci¨®n subi¨® del 30% a m¨¢s del 70% en cuatro a?os; ahora le pedimos que elija el Parlamento en 1981; y se prev¨¦n nuevas elecciones generales en 1982 y municipales en 1983. El gallego es austero y sobrio, y todo esto le parece poco rentable, sobre todo porque su suerte no ha mejorado, las promesas no se han cumplido y la inefable Xunta preauton¨®mica ha sido incapaz de hacer nada. Dedica el 1 % de su presupuesto a agricultura, en una regi¨®n en que el 80% son agricultores; tuvo que quemar sus folletos de turismo, y cuando lleg¨® el desastre del mejill¨®n, todos han o¨ªdo al consejero de Pesca limitarse a decir que las culpas eran de Madrid, donde tambi¨¦n gobierna UCD.
Pero debe notarse que el 20 de octubre habr¨¢ elecciones, en cualquier caso que los que salgan, aunque sea, con un peque?o porcentaje, har¨¢n las leyes auton¨®micas, y que, adem¨¢s, unas elecciones gallegas, en las que concurren los cuatro grandes partidos nacionales, y que est¨¢n relativamente proximas a las elecciones generales, est¨¢n destinadas a tener una gran influencia general. Porque hay gallegos en todas partes: en Barcelona ), Bilbao, como en Madrid o Valeiicia, o como en Buenos Aires o en Caracas.
Por encima de todo, es hora ya de que comprendamos todos que un sistema democr¨¢tico de libertades s¨®lo se defiende eficazmente practic¨¢ndolo. Si queremos que nuestro sistema pol¨ªtico no se parezca al que prevalece en algunos pa¨ªses de Centroam¨¦rica, hlemos de defenderlo acostumbr¨¢ndonos a defender nuestros valores b¨¢sicos en las urnas.
El 20 de octubre es, pues, importante para Galicia, para Espa?a y para el sistema democr¨¢tico. Alianza Popular, que ha presentado un programa serio de gobierno (me temo que el ¨²nico), y unas candidaturas irnportantes, ha dado adem¨¢s todo el respaldo que como partido nacional pod¨ªa ofrecer a un experimento serio de regionalismo aut¨¦ntico, tan alejado de una visi¨®n centralista como de absurdas actitudes nacionalistas ni menos separatistas. Espera as¨ª contribuir a que ganen Galicia, la democracia y Espa?a. En Lo que de nosotros dependa, tendrernos una autonom¨ªa real, austera, eficaz, realista, ejemplar e ilusionadora para todos los gallegos y para las dem¨¢s regiones de Espa?a.
Manuel Fraga Iribarne es presidente de Alianza Popular.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.