Mitterrand bloquea la venta a la URSS de material electr¨®nico para el gasoducto europeo
Al tiempo que la Uni¨®n Sovi¨¦tica iniciaba ayer negociaciones con un consorcio alem¨¢n sobre el suministro de gas natural a la Rep¨²blica Federal de Alemania, el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, decid¨ªa en Par¨ªs pensarse dos veces la venta a Mosc¨² de material electr¨®nico necesario en la construcci¨®n del gasoducto que unir¨¢ los ricos yacimientos de gas natural en Siberia con Europa.Las dudas del nuevo Gobierno franc¨¦s parecen ser el resultado del encuentro entre el presidente Reagan y el mandatario franc¨¦s en Virginia. Fuentes informadas de la capital gala se?alaron ayer que Mitterrand ha decidido fortalecer los controles sobre la exportaci¨®n a los paises del Este de material sensible de utilizaci¨®n militar.
El material afectado por las reservas francesas iba a ser suministrado por la firma Thomson-CSF y el acuerdo englobaba m¨¢s de 600 millones de d¨®lares durante los pr¨®ximos diez a?os. Su destino era la vigilancia del gasoducto y el control electr¨®nico de posibles aver¨ªas.
La decisi¨®n francesa sobre esta venta, seg¨²n indican las fuentes francesas, no se adoptar¨¢ hasta la pr¨®xima semana, cuando una delegaci¨®n norteamericana encabezada por representantes de los departamentos de Defensa, Estado, Comercio y Energ¨ªa llegue a Paris para ultimar los detalles finales de un posible acuerdo franco-estadounidense.
El terna del gasoducto Siberia-Europa se ha convertido en una de las "patatas calientes" en las relaciones econ¨®micas entre los gobiernos europeos y Washington. Europa, dependiente en un amplio porcentaje del petr¨®leo del Oriente Pr¨®ximo, mira hacia el gas siberiano como una alternativa energ¨¦tica para los a?os noventa.
La nueva Administraci¨®n Reagan, sin embargo, ha modificado la anterior postura no belicista de Carter sobre el tema y contempla el caso dentro del esquema de las relaciones Este-Oeste. Seg¨²n Reagan, el gasoducto multiplicar¨ªa la dependencia europea de fuentes energ¨¦ticas fuera de su control y trasladar¨ªa a Mosc¨² muchas de las decisiones que los europeos deben adoptar por s¨ª mismos.
Seis pa¨ªses europeos se beneficiar¨ªan, en una primera fase, del gasoducto sovi¨¦tico, cuya construcci¨®n se considera como el "negocio del siglo" para muchas empresas de ingenier¨ªa, material de construcci¨®n y bienes de equipo de Occidente. Pero el potencial del gasoducto es enorme porque no se descarta que incluso pueda llegar hasta Espa?a, si alg¨²n d¨ªa se llega a concretar la uni¨®n gasista de Francia y Espa?a.
La RFA, directamente beneficiada
La Rep¨²blica Federal de Alemania es el principal pa¨ªs beneficiario de este gasoducto, ya que su uni¨®n con Siberia podr¨ªa ser un hecho antes de tres a?os. Las negociaciones que ayer comenzaron en Hamburgo entre dos delegaciones alemana y sovi¨¦tica se centran sobre el suministro de 12.000 millones de metros c¨²bicos de gas al a?o dentro de un paquete, con el resto de pa¨ªses europeos, de 40.000 millones de metros c¨²bicos.El suministro de gas natural siberiano est¨¢ previsto que dure veinte a?os a partir de los primeros env¨ªos en 1984. La plena capacidad de entregas se alcanzar¨ªa en 1987.
En las negociaciones, los alemanes han exigido que, pese a las fuertes inversiones a realizar, el precio no supere al que Europa disfruta actualmente.
El gasoducto est¨¢ previsto que atraviese Checoslovaquia, Austria, Hungr¨ªa y llegue hasta Italia en varios canales. En total, el gasoducto tendr¨¢ m¨¢s de 4.500 kil¨®metros, en un tubo de 1,4 metros de di¨¢metro, a una presi¨®n de 75 atm¨®sferas.
El canciller alem¨¢n, Helmudt Schmidt, es uno de los m¨¢s firmes abogados de la construcci¨®n del gasoducto, y esto le ha costado m¨¢s de un disgusto con la Administraci¨®n Reagan. En la ¨²ltima cumbre econ¨®mica de Otawa, el tema del gasoducto enfrent¨® a los l¨ªderes de Europa y Estados Unidos y el presidente Reagan se vio forzado a prometer alternativas en el caso de que el gasoducto no sea construido. Lo que Reagan promet¨ªa era sustituir el gas sovi¨¦tico con petr¨®leo de Alaska o de otras zonas, en el caso de que los sovi¨¦ticos, una vez establecido el suministro, amenazasen a Europa con un embargo.
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