"Sacar agua del pozo, hablar con la gente, orde?ar una vaca, vivir de mis manos"
El ni?o Pablo Picasso, primer hijo de Jos¨¦ Ruiz Blasco y Mar¨ªa Picasso L¨®pez, una familia peque?o-burguesa, comenz¨® muy pronto a acumular im¨¢genes de su vida, que m¨¢s tarde, pero no mucho m¨¢s tarde, desarrollar¨ªa en sus pinturas. Mujeres, payasos, su amor al mar y al cielo azul, al Mediterr¨¢neo, en definitiva, y a los colores, pasar¨¢n despu¨¦s de su infancia repetidas veces, con exactitud extraordinaria, por su proceso creativo. A los nueve a?os Pablo Picasso, cuando sal¨ªa de una corrida de toros a la que le hab¨ªa llevado su padre, vi¨® un caballo destripado. Esta imagen de un ser descoyuntado quedar¨¢ reflejada posteriormente en muchas de sus obras, incluido el Guernica.
La pintura fue un medi¨® natural para Picasso, ya que su padre era pintor, profesor de dise?o en la Escuela de Bellas Artes y conservador de museo. En el estudio de su padre, Pablo Ruiz Picasso traz¨® sus primeras l¨ªneas sobre pedazos de lienzo y los embadurn¨® de colores. Su pintura se presentaba ya entonces con cierta carga de rebeld¨ªa y hasta parec¨ªa revolucionaria, hecho que le llev¨® a decir a Mu?oz Pegrain ante el padre de Picasso: ?Jos¨¦: dedica a este ni?o a otra cosa, porque tu hijo nunca ser¨¢ pintor?.
A los diez a?os, en 1891, el ni?o Pablo Picasso, dibujante ya incansable de toros, de rostros, de palomas, march¨® con su familia a La Coru?a. All¨ª comenz¨® a ilustrar las revistas que enviaba a sus parientes de M¨¢laga. A sus catorce a?os pint¨® ya La ni?a de los pies desnudos, que era la criadilla de la casa y probablemente la mujer con la que tuvo su primer escarceo amoroso.
Barcelona, punto de partida
Con catorce a?os cumplidos, en 1895, Picasso march¨® con su familia a vivir a Barcelona. Es aqu¨ª donde su padre le cedi¨® los trastos de pintar, porque se dio cuenta, entre otras cosas, de la precocidad de su hijo. En esta ciudad acometi¨® ya obras de envergadura, como Ciencia y caridad, y otras de car¨¢cter m¨¢s acad¨¦mico. A los quince a?os ten¨ªa ya un estudio propio, asist¨ªa a las tertulias de Els Quatre Gats y entr¨® en contacto con autores del modernismo catal¨¢n, como Rusi?ol, Nonell, Romeu. En el ambiente de arte de Barcelona es donde Pablo Picasso se hizo pintor.
Tras un viaje a Madrid, donde vivi¨® intensamente el arte de los maestros cl¨¢sicos principalmente del Greco y Velazquez, regres¨® a Barcelona en 1898 deprimido y convaleciente de una escarlatina que hab¨ªa sufrido en Madrid. Su amigo Pallar¨¦s le llev¨® a un pueblo de Tarragona llamado Horta. ?En Horta?, dijo despu¨¦s Picasso, ?aprend¨ª cuanto s¨¦. A cuidar un caballo, a dar de comer a las gallinas, a sacar agua del pozo, a hablar con la gente, a equilibrar la carga de un burro, a orde?ar una vaca, a cocer bien el arroz, a tomar fuego del hogar. Es decir, a vivir de mis manos?. Horta ser¨ªa m¨¢s adelante la cuna del cubismo de Picasso, representado en La balsa de Horta.
La exposici¨®n de Bellas Artes de 1896 incluy¨® ya un cuadro de Picasso, La primera comuni¨®n, que sali¨® al precio de 1.500 pesetas. En 1900 inaugur¨® en Els Quatre Gats su primera exposici¨®n individual, en la que mostr¨® un conjunto de retratos de corte moderno. La Barcelona modernista de los noventa orient¨® definitivamente la trayectoria de Picasso.
Par¨ªs, 1900
La Exposici¨®n,Universal de Par¨ªs en 1900 marc¨® el culmen no s¨®lo del siglo, cuyo cambio se conmemoraba entonces, sino tambi¨¦n de toda la cultura europea y consiguientemente mundial. De-gas, Monet y Renoir estaban en pleno apogeo en pintura. En literatura, Flaubert, Baudelaire y Rimbaud marcaban la vanguardia. Zola y Mallarm¨¦ no les iban a la zaga. Madame Curie anticipaba el feminismo y el desarrollo de la ciencia. Picasso fue uno m¨¢s de los cuarenta millones de turistas que visitaron ese a?o la Exposici¨®n Universal. Acababa de cumplir diecinueve a?os.
Picasso hall¨® en Par¨ªs no s¨®lo su ambiente para crear, sino tambi¨¦n otra cosa muy importante: su independencia econ¨®mica. Aunque regres¨® pronto a Espa?a, a su ¨²ltima Barcelona, volvi¨® a instalarse definitivamente en Par¨ªs en 1904. Picasso penetraba de esta forma en el centro mundial del arte con un bagaje pict¨®rico bastante considerable y con una experiencia bohemia conseguida en los ambientes de los cafetines y el barrio chino de Barcelona.
Desde su instalaci¨®n en Par¨ªs hasta 1907, aproximadamente, Picasso atraves¨® lo que se ha llamado, tras su per¨ªodo azul de Barce-
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lona, una ¨¦poca rosa, en la que se pudo comprobar cierta influencia de Toulouse Lautrec y de C¨¦zanne.
Las se?oritas de Avi?¨®n (1906-1907) marc¨®, probablemente, la primera ruptura de Picasso con su obra anterior y el inicio del cubismo. Durante el per¨ªodo 1908-1912 a Picasso se le consider¨®, junto con Braque, como el m¨¢ximo art¨ªfice del cubismo, un cubismo que pas¨® por dos fases: una anal¨ªtica y otra sint¨¦tica.
Al estallar la primera guerra mundial, Picasso atraves¨® por una fase de incertidumbre pict¨®rica que se reflej¨® en una postura creativa de cubismo acad¨¦mico, y en 1919 se comprob¨® en su obra un inicio de vuelta a lo cl¨¢sico.
El per¨ªodo 1925-1937 se caracteriz¨® por su marcado acento surrealista. M¨²sicos, naturalezas muertas y minotauros son temas que utiliz¨® de una forma violenta y hasta desfiguradora, con referencias siempre a un clima primitivo. De esta ¨¦poca es el Guernica. En 1936, el Gobierno de la Rep¨²blica le encarg¨® a Picasso que pintara un mural para el pabell¨®n espa?ol de la Gran Exposici¨®n de Par¨ªs de 1937. Seg¨²n algunos testimonios, fue la c¨®lera que le produjo la noticia de la destrucci¨®n de Guernica por un bombardeo la que movi¨® a Picasso a ponerse a pintar el ¨®leo cuando llevaba casi un a?o desde que le hab¨ªan encargado el cuadro sin comenzar a pintarlo.
A partir de la segunda guerra mundial, Picasso se apart¨® de las corrientes de vanguardia estereotipada. Pint¨® cuadros con naturalezas muertas y figuras y paisajes. Terminada la guerra, se instal¨® en el Mediterr¨¢neo franc¨¦s y recorri¨® Antibes, Golfo Juan, Vallauris y Mougins, entre otros lugares. Previamente, en 1944, a la edad de 63 a?os, se hab¨ªa afiliado al Partido Comunista franc¨¦s. De este largo y creativo per¨ªodo, hasta que muri¨® en Mougins el 8 de abril de 1973, han quedado obras suyas tales como La alegr¨ªa de vivir, Dos mujeres desnudas, series en torno a Vel¨¢zquez (con Las Meninas incluida), El hombre de la oveja, La guerra y la paz, Mujeres de Argel, El entierro del conde de Orgaz. En 1972 pint¨® su ¨²ltimo cuadro, titulado Personnage a l'oiseau. El cuerpo de Picasso fue enterrado en el castillo de Vauvenargues.
Influencia de la mujer
Para Picasso, el primer amor, el ¨²nico constante, es su af¨¢n de creaci¨®n, su trabajo; pero aun as¨ª existieron dos grandes influencias en su vida: las mujeres y sus amigos. Picasso hab¨ªa descubierto de muy ni?o, en M¨¢laga, precisamente por medio de una mujer, las diferencias sexuales. El peque?o Pablo se encontr¨® con una mujer en cueros en la caseta de ba?o de la playa de M¨¢laga. A causa de su escasa estatura, s¨®lo alcanz¨® a ver hasta la altura del pubis, y durante mucho tiempo tuvo la creencia de que las mujeres eran, sobre todo, una selva de pelos.
?Cuando amo a una mujer?, dijo Picasso, ?su amor lo llena todo, y en especial, mi pintura?. Por ello, quiz¨¢ Picasso am¨® de una forma estable, por lo menos, a siete mujeres. La primera fue Fernanda Olivier, que acompa?¨® al pintor en su bohemia y estrecheces desde 1905 a 1912. M¨¢s tarde pasar¨ªan por su vida Marcelle Humbert (1912-1916), Olga Khoklova (1917-1932). Mar¨ªa Ther¨¨se Walter (1932-1935), Dora Maar (1932-1935), Fran?oise Gilot (1943-1954) y Jacqueline Roque, esposa, con quien convivi¨® durante los ¨²ltimos diecinueve a?os de la vida del pintor.
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