La incursi¨®n de un submarino sovi¨¦tico en la costa de Suecia pone en peligro las relaciones diplom¨¢ticas entre los dos pa¨ªses
El Gobierno de Suecia decidi¨® ayer, al cabo de una intensa jornada de reuniones y contactos diplom¨¢ticos, encomendar al comandante en jefe de las fuerzas armadas la responsabilidad de una exhaustiva investigaci¨®n sobre las causas que determinaron la incursi¨®n de un submarino sovi¨¦tico en aguas territoriales suecas, y precisamente en una zona militar. Paralelamente con la resoluci¨®n mencionada, Suecia adopt¨® las medidas necesarias para alojar a la tripulaci¨®n del sumergible sovi¨¦tico. Asimismo, la Marina min¨® las aguas alrededor del submarino, en previsi¨®n de cualquier intento de rescate
La Uni¨®n Sovi¨¦tica, por su parte, no solamente comparte la decisi¨®n del Gobierno sueco, sino que lamenta profundamente el incidente, que fuentes de aquel pa¨ªs atribuyen a un desperfecto en el sistema de radar de la nave, que le hizo perder el rumbo y violar el espacio mar¨ªtimo Sueco. Esta fue la versi¨®n proporcionada inicialmente por el capit¨¢n de la nave.Inicialmente, el ministro de Relaciones Exteriores de Suecia, Ola Ullsten, hab¨ªa declarado que esta versi¨®n "era poco cre¨ªble", pero m¨¢s tarde, a trav¨¦s de declaraciones del primer ministro, T. FaelIdin, y de autoridades de la Marina, se advirti¨® una tendencia a no descartarla de plano.
La primera noticia de la presencia del submarino extra?o en aguas territoriales suecas la tuvieron las autoridades a trav¨¦s del aviso de un pescador de la localidad de Sturk?, en las cercan¨ªas de Karlskrona, al sur del pa¨ªs, en cuya costa apareci¨® el submarino. Extra?ado por la presencia de la nave en la superficie y con personal militar extranjero a bordo, decidi¨® dar aviso a la Marina. De inmediato naves de guerra suecas se hicieron presentes en el lugar, tomando contacto con el capit¨¢n de la nave, en un di¨¢logo un tanto dif¨ªcil, ya que el marino sovi¨¦tico no hablaba ingl¨¦s. En las cercan¨ªas del lugar, pero en aguas internacionales, aguardaban diez torpederos sovi¨¦ticos.
A partir de entonces comenz¨® una serie de nerviosas gestiones con el embajador de la URSS en Estocolmo, Michail Jakovlev, a quien el canciller Ullsten le hizo entrega de una nota de protesta redactada en t¨¦rminos en¨¦rgicos. Luego de referirse a las caracter¨ªsticas y ubicaci¨®n de la nave, en aguas suecas y a 15 kil¨®metros de la sede del comando naval de la regi¨®n de Karlskrona, la nota se?ala que "el Gobierno de Suecia considera como muy grave esta grosera transgresi¨®n de su territorio". Al mismo tiempo se estableci¨® una estrecha vigilancia en torno a la nave, mientras fuentes militares declaraban su determinaci¨®n de impedir "por cualquier medio" todo intento de rescate por parte de la Marina sovi¨¦tica.
Paralelamente, la fiscal¨ªa del Gobierno evaluaba la posibilidad de acusar de espionaje al capit¨¢n de la nave, tropezando para ello con algunas dificultades de orden t¨¦cnico, al no existir una legislaci¨®n internacional al respecto. Se record¨®, como punto de referencia, el episodio del avi¨®n esp¨ªa norteamericano U-2 que en 1960 fuera derribado por los sovi¨¦ticos, y su piloto acusado y condenado por espionaje.
Asimismo, el Gobierno sueco prohibi¨® el acceso de cualquier funcionario de la Embajada en Estocolmo al submarino, aunque no impidi¨® la comunicaci¨®n entre la tripulaci¨®n y la sede diplom¨¢tica.
El incidente, que ha venido a ocurrir en un momento de especial susceptibilidad con respecto a los problemas de la defensa, la neutralidad y temas afines, tras la reciente visita del ministro de Defensa de EE UU, Caspar Weinberger, conmovi¨® a los medios pol¨ªticos suecos, lo que se reflej¨® en los titulares y espacio dedicados por la Prensa al incidente. A trav¨¦s de su tratamiento pudo advertirse que los sectores conservadores hicieron hincapi¨¦ en el peligro sovi¨¦tico y, de paso, utilizaron el incidente para atacar a los movimientos por la paz, muy arraigados en el pa¨ªs. Un ex ministro de Defensa, perteneciente al partido conservador, acus¨® d¨ªas atr¨¢s a dichos movimientos "de estar infiltrados de comunistas y otros elementos de estar infiltrados de comunistas y otros elementos de izquierda".
A su vez, la Marina sueca, que qued¨® en una posici¨®n un tanto cr¨ªtica ante el hecho de que una nave extranjera estuviera tantas horas en su territorio sin que fuera detectada, y tuvo que enterarse por el aviso de un pescador, aduce no disponer de medios para realizar una efectiva vigilancia de las costas.
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