Los maestros del impresionismo, reunidos en una muestra internacional

No es ni mucho menos frecuente poder contemplar en nuestro pa¨ªs la obra de grandes maestros internacionales dentro de circuitos comerciales. La raz¨®n es bien sencilla: nuestro mercado no da de s¨ª lo suficiente. No obstante, como la excepci¨®n que confirma la regla esta es precisamente una de las es pecialidades de la galer¨ªa Mun (Hermosilla, 26, Madrid), que ya patrocin¨® en Madrid, antes de instalarse por cuenta propia, una important¨ªsima muestra de E. Boudin. Ahora nos sorprende de nuevo con una antol¨®gica de pintura, cuya simple relaci¨®n nominal de participantes nos hace pensar en ciertas galer¨ªas de Par¨ªs o de Suiza, pero de fondos millonarios. V¨¦ase, si no, la lista: Courbet, Corot, Monet, Renoir, Pissarro, Sisley, Boudin, Bonnard, Degas, etc¨¦tera.Naturalmente, todos estos nombres, como otros menos popularmente conocidos, aunque igualmente museables -L¨¦pine, Jongkind, Lebourg, Monticelli, Iturrino, etc¨¦tera-, ahorran la necesidad de comentarios. Por ello, al margen de resaltar lo excepcional de que aparezcan reunidos aqu¨ª en una exposici¨®n comercial, me limitar¨¦ a citar las piezas que me parecen verdaderamente maestras. Y, entre todas, me permitir¨¦ destacar el soberbio paisaje de Sisley.

Tambi¨¦n producen un fuerte impacto el atardecer de Corot, con sus negros y grises de terciopelo en un ejercicio soberbio de contraluz, o el elegant¨ªsimo Pont neuf de Pissarro, con su gradaci¨®n suave entre el verde, el beis, el malva y el rosa. Bell¨ªsimo a su vez el paisaje de Lebourg, que tiene algo de la pincelada y la construcci¨®n de C¨¦zanne, aunque sea muy diferente su sentido escenogr¨¢fico y el timbre lum¨ªnico, aqu¨ª m¨¢s apegado al efecto naturalista. El Jongkind es realmente bueno; el Bonnard, muy Bonnard; el Monet, un apunte al ¨®leo que se nos presenta como obra pintada en 1886, cuando el artista ya se hallaba instalado en Giberny, pero que no aparece en el cat¨¢logo de la Bortolatto sobre este per¨ªodo.