Una declaraci¨®n para envolver bocadillos

La larga espera de Espa?a a Las puertas de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) no parece tener fin. Hasta los m¨¢s pequre?os avances, como la propuesta de una declaraci¨®n conjunta de los jefes de Gobierno y de Estado de los diez tropiezan inexorablemente con la oposici¨®n del Gobierno franc¨¦s.Cierto es que no se puede echar todas las culpas al Gobierno de Fran?ois Mitterrand. Con Giscard d'Estaing las cosas no iban mejor. Pero lo que s¨ª se puede asegurar es que con los socialistas en el El¨ªseo nada ha cambiado. Par¨ªs no s¨®lo est¨¢ dispuesto a congelar las negociaciones agr¨ªcolas con Espa?a mientras que no se llegue a un acuerdo interno que le satisfaga (lo que retrasa la adhesi¨®n de Espa?a como m¨ªnimo un a?o, hasta 1985), sino que adem¨¢s pretende utilizar "el problema espa?ol" como un arma de batalla en sus peleas internas con sus socios del Mercado Com¨²n. Chandenagor, plante¨® aver, en Bruselas pura y simplemente un chantaje: "no habr¨¢ declaraci¨®n sobre Espa?a si no me dan lo que quiero en la reforma de la PAC (Pol¨ªtica Agraria Com¨²n)".
Lo curioso es que, al fin y al cabo, la declaraci¨®n pol¨ªtica tan cuidadosamente preparada por brit¨¢nicos y alemanes no contiene ningun compromiso de acelerar las negociaciones con Madrid. Si no fuera por el enorme inter¨¦s que tiene el Gobierno de Calvo Sotelo por poder presentar algo, aunque sea una limosna, ante la opini¨®n p¨²blica espa?ola, la verdad es que los diez podr¨ªan, tranquilamente, envolver sus bocadillos con ella.
Las cosas est¨¢n en un punto en el que parece que tenemos que agradecer a los diez (si es que finalmente se deciden a ello) un texto ambiguo y lamentable que contiene, como siempre, palmaditas en la espalda y recomendaciones de paciencia. Para colmo, lo ¨²nico que podr¨ªa considerarse como ligeramente positivo, pese a ser redactado en unos t¨¦rminos de gran ambig¨¹edad, podr¨ªa ser uno de los aspectos retocados en Londres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.