Yvon Gattaz, designado nuevo presidente de la patronal gala
Yvon Gattaz suceder¨¢ a Fran?ois Ceyrac en la presidencia del Consejo Nacional de la Patronal Francesa (CNPF). Este "cambio en la continuidad" se produce en un momento crucial de la vida de este pa¨ªs. En seis meses de poder, el Gobierno socialista no ha conseguido convencer a la patronal para que colabore con su proyecto econ¨®mico-social. Gattaz va a asumir un poder del que depende, en gran medida, el estallido de una guerra civil econ¨®mica en Francia.
El CNPF es la organizaci¨®n patronal francesa por excelencia. Los 535 miembros que componen su asamblea general representan todas las actividades del pa¨ªs, de todas las tallas. Esta asamblea es la que elegir¨¢, el pr¨®ximo mes de diciembre, como nuevo jefe de los patronos, a Gattaz, designado ayer por el consejo ejecutivo del CNPF para reemplazar a Ceyrac, que concluye su mandato. La relevancia de este cambio se debe al contexto pol¨ªtico en el que se produce, es decir, al nuevo poder socialista, y, de manera m¨¢s precisa, a su pol¨ªtica econ¨®mica y social, a¨²n no aceptada abiertamente por la patronal. ?Qu¨¦ ocurre en Francia seis meses despu¨¦s de la toma del poder por el socialismo, encarnado por el presidente Fran?ois Mitterrand? La actualidad de las ¨²ltimas 48 horas ofrece una primera respuesta a la cuesti¨®n planteada: la Confederaci¨®n General de Peque?as y Medianas Empresas acaba de celebrar su asamblea general, y su presidente, Ren¨¦ Bernasconi, a modo de conclusi¨®n, declar¨®: "Queremos afirmar que ya no creemos en el di¨¢logo", con el Gobierno, se entiende. A su vez, ayer mismo, Ceyrac, el presidente de la patronal, que dimitir¨¢ oficialmente el pr¨®ximo diciembre, se manifest¨® en el mismo sentido: "Se nos acusa de ser el obst¨¢culo n¨²mero uno, la fuerza de oposici¨®n. Pero nosotros no somos los responsables, sino que s¨®lo es el proyecto, que no se adapta al terreno" (se refiere al proyecto econ¨®mico-social del Gobierno). El mismo Ceyrac concluy¨®: "Tengo la impresi¨®n de que la situaci¨®n actual es mucho m¨¢s grave que la de 1936, y muy diferente".Estas posiciones quieren decir que, en seis meses, las reticencias de los patronos franceses respecto al poder mitterrandista se han agravado, a la vista de la puesta en marcha de su pol¨ªtica econ¨®mica y social. La suerte de este proyecto del nuevo poder, en el momento actual, depende fundamentalmente de dos decisiones por parte de la patronal: que esta ¨²ltima invierta y, consecuentemente, que cree puestos de trabajo. Durante las dos ¨²ltimas semanas, el primer ministro, Pierre Mauroy, ha recorrido toda la geograf¨ªa francesa predicando ese evangelio. La respuesta, por muy relativa que fuere, se la ofreci¨® ayer un sondeo realizado con motivo de la asamblea general, precipitada, de las peque?as y medianas empresas. El 83% de estas ¨²ltimas se dice dispuesto a no contratar ni a un empleado en los seis pr¨®ximos meses, y el 56% contesta no a la inversi¨®n productiva.
Las cifras, los comentarios, la actitud rebelde, en suma, de los jefes de empresa franceses se debe a aspectos muy precisos de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. En primer lugar, la nacionalizaci¨®n de la banca, que podr¨ªa, en opini¨®n de los patronos, "orientar el cr¨¦dito hacia las empresas buenecitas". El impuesto sobre la fortuna y los nuevos derechos de los trabajadores en la empresa son otras dos p¨ªldoras no digeridas. Y, de una manera m¨¢s global, el discurso oficial no es apreciado: al primer ministro, Mauroy, se le acusa de solicitar, como indispensable, la colaboraci¨®n de la patronal y, al mismo tiempo, de amenazarla, "de no portarse bien". A?¨¢dase que, seis meses despu¨¦s de la toma del poder, el paro, la inflaci¨®n y el comercio exterior se han degradado, y esto envalentona a los medios econ¨®micos, que desde el primer momento se inquietaron ante el triunfo de Mitterrand. Una parte de la patronal, sin duda, juega a la pol¨ªtica de tierra quemada.
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