Ofrece un ri?¨®n y un ojo
Dada la situaci¨®n tan precaria y miserable en que me encuentro desde hace tiempo, y que m¨¢s adelante le explicar¨¦, ofrezco uno de mis ri?ones y uno de mis ojos, como m¨ªnimo cada uno de ellos, por diez mill¨®nes de pesetas, a aquellas personas necesitadas de ellos y que puedan costearlo. Pero estoy dispuesto, incluso, a darlos por algo menos, dependiendo de las circunstancias y de si se trata de una persona muy necesitada. Tambi¨¦n estoy dispuesto a aceptar el dinero a plazos, con las debidas garant¨ªas, si la persona necesitada no lo puede hacer en efectivo.Es posible que parezca exagerado ofrecer un ri?¨®n y un ojo, pero con las dos cosas tengo el doble de posibilidades de salir lo m¨¢s pronto posible de esta situaci¨®n.
Desde hace algo m¨¢s de dos a?os, me encuentro en una situaci¨®n en la que la deses peraci¨®n es el pan m¨ªo de cada d¨ªa. Salir de este callej¨®n se me est¨¢ haciendo muy cuesta arriba. No creo que a la persona interesada en una parte de.mi cuerpo le interesen mis problemas y mi vida en s¨ª, pero usted, que es, por decirlo de alguna manera, quien va a lanzar mi petici¨®n al mundo, creo que s¨ª querr¨¢ sabor el motivo que me induce a dar este paso.
A consecuencia de los problemas familiares por los que atraves¨® mi adolescencia y que traumatizaron totalmente mi esp¨ªritu, siempre me he visto incapacitado para sortear ciertas dificultades. Dificultades que surgen en la vida de las personas y que a m¨ª me parecen monta?as insalvables, cuando son, simplemente, montoncitos de arena. A consecuencia de la poca y mala preparaci¨®n de que adolezco y de la traumatizaci¨®n (ya m¨¢s mitigada) que padezco, nunca me ha sido posible llevar, no digo una vida normal, digo a¨²n m¨¢s que eso: digo... llevar la vida.
Siempre, nunca, he estado a la al tura de las circunstancias. No piense que por tal motivo soy un retrasado mental; a veces noto el clip que me falta; otras, observo c¨®mo domino a la perfecci¨®n todas las situaciones, pero cuando estas situaciones o circunstancias afectan a mi esp¨ªritu, a mis sentimientos, me superan y anulan en m¨ª todo razonamiento razonable, y aqu¨ª es donde est¨¢ ese clip que me falla. Yo me veo en pie, sobre una mesa est¨¦ril, pateando el suelo, viendo que mis l¨¢grimas no impiden la impotencia en donde se sumerge mi alma para superar ciertas situaciones, y mi vida se rompe una y otra vez, y... ya estoy cansado, muy cansado. He vuelto a comenzar tantas veces, que cada vez se me hace m¨¢s dif¨ªcil, por mi agotamiento interior.
He tenido muy buenos trabajos en mi dilatada existencia y siempre me he rodeado de gente encantadora... Pero todo lo he ido rechazando, una y otra vez, cuando me ve¨ªa incapaz de superar ciertas dificultades de tipo sentimental, humano o como quiera llam¨¢rsele. Ahora tengo 33 a?os, pero a veces pienso que tengo mil, y otras... que tengo diecis¨¦is. Con el ofrecimiento que hago del ri?¨®n y del ojo, doy un grito, un grito desesperado por la vida. Una vida que ya bien poco me dice pero que me aferro a ella con desesperaci¨®n... por miedo a lo des conocido.
Los ¨²ltimos a?os los voy sorteando econ¨®micamente, yendo a las temporadas agr¨ªcolas como la recogida de peras, manzanas, vendimias, naranjas y otros trabajos del campo. Tambi¨¦n, a veces, vendo cualquier cosa que compro a por mayor, en mercados y ferias de pueblo. Por tales motivos, mi econom¨ªa no llega al m¨ªnimo y siempre me veo en la m¨¢s completa de las miserias. Voy como la oca, de miseria en miseria y tiro por que me toca.
Con el dinero que obtendr¨ªa del ri?¨®n o del ojo pienso comprarme una granja, tanto agr¨ªcola como de animales. Es el sue?o de toda m vida. En ella tratar¨¦ de rehacer mi existencia, de una vez por todas, y procurar¨¦ que la felicidad, si es que llega, esta vez no se me escape de las manos.
Quiero hacer constar que me encuentro en perfecta salud y que nunca he padecido enfermedades graves. Mis ri?ones est¨¢n en per fecto estado y mis ojos, que son de color marr¨®n oscuro, en vista compiten con la mejor.
No puedo dar la direcci¨®n de donde vivo, ya que es una casita que me encontr¨¦ deshabitada en las afueras del pueblo y que en cualquier momento se presenta el due?o y puede echarme.
La direcci¨®n que tengo para dar a todas aquellas personas interesadas con mi ofrecimiento es la lista de Correos de Castell¨®n de la Plana, en donde pueden ponerse en contacto conmigo./ .
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.