Altos funcionarios norteamericanos visitar¨¢n Marruecos
El secretario norteamericano de Estado para la Defensa, Caspar Weinberger, acompa?ado del vicedirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), almirante Robert Inman, efectuar¨¢ una visita de varias horas a Marruecos el pr¨®ximo jueves.Poco tiempo despu¨¦s, y a mediados de diciembre, vendr¨¢ a Marruecos con m¨¢s tiempo el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Alexander Haig. Estos dos importantes secretarios de Estado cerrar¨¢n la ronda de los frecuentes intercambios entre norteamericanos y marroqu¨ªes, que debe culminar con el viaje a Washington del rey Hassan II a principios de enero.
Estas visitas de car¨¢cter pol¨ªtico complementan otros significativos contactos entre ministros marroqu¨ªes (el ¨²ltimo en viajar a Washigton ha sido el titular de Comercio y Turismo, Azzedine Guessus) y norteamericanos, que sugieren que Estados Unidos se dispone a recuperar en Marruecos el papel que ya jugaba en los a?os inmediatos a la independencia, cuando a¨²n manten¨ªa tres bases militares en el reino alau¨ª.
Esta vez la riada norteamericana hacia Marruecos no es solamente militar, como podr¨ªa pensarse despu¨¦s de los acuerdos de cooperaci¨®n en ese dominio, esbozados durante la visita a Rabat en noviembre del secretario adjunto para la Seguridad Internacional, Francis J. West, sino que Norteam¨¦rica parece decidida a alcanzar un papel predominante en la econom¨ªa marroqu¨ª.
Estas ambiciones s¨®lo pueden llevarse a cabo en detrimento de la influencia francesa, lo cual parece preocupar desde ahora a los pol¨ªticos franceses.
Resulta algo significativo que este despliegue norteamericano hacia el rey Hassan II tenga lugar cuando el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, efect¨²a una estancia hist¨®rica en Argelia, y cuando cada d¨ªa resulta m¨¢s claro el distanciamiento pol¨ªtico de Francia y Marruecos, que ya se hace ostensible en el terreno de la informaci¨®n francesa.
Estados Unidos, como ya se ha dicho en otro momento, est¨¢ decidido a hacer de Marruecos un ejemplo de solidaridad con los amigos en la adversidad, necesario, al parecer, entre los pa¨ªses cercanos ideol¨®gicamente a Washington despu¨¦s de la ca¨ªda del sha de Ir¨¢n y del reciente asesinato del presidente egipcio, Sadat.
Las palabras extraordinariamente calurosas hacia Marruecos y su soberano pronunciadas con motivo de la presentaci¨®n de credenciales el mes pasado por el nuevo embajador norteamericano en Rabat, Joseph Reed, no pasaron inadvertidas en la capital del reino.
Dijo Reed que "Estados Unidos aplaude y apoya totalmente las iniciativas de hombre de Estado tomadas por su majestad con respecto al cese del fuego y el refer¨¦ndum en el Sahara occidental.
Esta paz en Oriente Pr¨®ximo ha quedado justamente en entredicho despu¨¦s del fracaso de la 12? cumbre ¨¢rabe de Fez, que, aunque descrito por el soberano marroqu¨ª como una "simple interrupci¨®n para mayor reflexi¨®n", es, a juzgar por las declaraciones ya hechas por los dirigentes de los pa¨ªses de la cumbre del rechazo, una aut¨¦ntica profundizaci¨®n del foso que separa a ¨¢rabes moderados y radicales.
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