Barcelona rinde homenaje a Llorens Artigas con una gran exposici¨®n de la obra del ceramista
Cuando est¨¢ a punto de cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento, que se produjo al 11 de diciembre de 1980, Josep Artigas, com¨²nmente llamado Pepito por sus amigos y conocidos, es objeto de un m¨²ltiple homenaje que tiene como centro la gran exposici¨®n organizada por el Ayuntamiento de Barcelona en el palacio de la Virreina, sito en las mismas Ramblas, y, como complemento, la colectiva de homenaje al maestro que la Escuela Massana, a trav¨¦s de sus disc¨ªpulos m¨¢s directos -hoy casi todos son profesores de esta instituci¨®n-, le tributa en la sala de exposiciones de la obra cultural de la Caja de Pensiones (Montcada, 14).
Tambi¨¦n han aparecido varias publicaciones y art¨ªculos especializados entre los que cabe destacar el libro de Francesc Miralles (Francese Miralles, actual director de la Escuela Massana, A L'entorn de Llorens Artigas, de ediciones de Nou Art Thor), en el que de una forma exhaustiva se estudia la vida y la obra del gran ceramista, despu¨¦s de un intenso rastreo por la bibliograf¨ªa catalana y la documentaci¨®n familiar. Las fotograf¨ªas de Catal¨¢ Roca contribuyen a dar mayor realce a esta magn¨ªfica monograf¨ªa. Conferencias, programas especiales de radio y televisi¨®n han creado un ambiente muy propicio hacia Llorens Artigas, que se refleja en la masiva respuesta del p¨²blico hacia estas iniciativas.El centro de todos estos homenajes lo constituye la exposici¨®n de la Virreina, que permanecer¨¢ abierta hasta el 10 de enero y, que ha sido coordinada por Trinidad S¨¢nchez-Pacheco, directora del Museo de la Cer¨¢mica de Barcelona; Marlette Llorens Gardy, hija del ceramista, y Elolsa Sendra, responsable de las exposiciones municipales. El montaje ha corrido a cargo de los arquitectos Bosch, Botey y Cruspinera, expertos en exhibiciones de cer¨¢mica.
En su conjunto, podemos decir que, tanto en la forma como en el fondo, el objetivo final se consigue sin caer en exhuberantes montajes y sin sobrecargar el n¨²mero de obras y datos que se ponen a la consideraci¨®n de los visitantes.
Dos ¨¢mbitos
La muestra consta de dos ¨¢mbitos muy definidos, el primero, que nos presenta el mundo de Llorens Artigas a trav¨¦s de fotograf¨ªas de laCobra y la vida del homenajeado, pinturas de su ¨¦poca, particularmente los ¨®leos de Olga Sacharoff, Francesc Domingo y Josep Amat, buenos amigos de Pepito, los apuntes de sus formularios, etc¨¦tera, y el segundo, dedicado especialmente a la obra, que re¨²ne m¨¢s de 180 piezas de cer¨¢mica y algunas de vidrio, decorados en el Taller de Gol, como divertimento, y que Llorens Artigas ten¨ªa por constumbre regalar a los ¨ªntimos. Complementan este ¨¢mbito algunos dibujos y proyectos para sus jarrones, as¨ª como aquellas obras realizadas en colaboraci¨®n con Dufy, Rubio i Tuduri, Marquet, Eudald Serra y Joan Mir¨®.
De los muchos homenajes que se han tributado estos ¨²ltimos a?os, este es el m¨¢s completo y exhaustivo. Nunca como ahora tuvimos oportunidad de seguir el hilo conductor de la larga y fruct¨ªfera carrera de este artista que luch¨® por recuperar las inmensas posibilidades pl¨¢sticas de una especialidad artesanal, que con el paso de los a?os hab¨ªa deienerado e incluso hab¨ªa perdido su identidad.
Personaje pintoresco
M¨¢s all¨¢ de la rica an¨¦cdota humana de este pintoresco personaje que Josep Pla nos recoge en unos de sus Homenots, cabe considerar el papel desempe?ado por Llorens Artigas dentro de la cer¨¢mica como una labor depuradora, simplificadora e investigadora como puro deporte de ornamentaci¨®n y decorat¨ªvos. Llorens Artigas propone la realizaci¨®n de superficies lisas, simples, mates o brillantes, de colores austeros y gradaciones muy entonadas. Algo semejante ocurrir¨¢ en cuanto a las formas, que siempre har¨¢ a partir del torno, en numerables variaciones, fiel a la idea de vasija o jarr¨®n, con una tendencia a acentuar la verticalidad de sus vol¨²menes. La suavidad de las curvas y, la serenidad de los esmaltes le apartan de cualquier espectacularidad formal, porque lo que le interesa de verdad es el dominio de la t¨¦cnica y el de los materiales. En este aspecto fue un aut¨¦ntico investigador del arte cer¨¢mico como lo atestiguan sus formularios (ya en poder del Museo de la Cer¨¢mica de Barcelona), as¨ª como los varios libros que escribi¨® y que fueron traducidos a otros idiomas.La gran labor de Llorens Artigas est¨¢ precisamente en saber revalorizar la materia, descubrir las enormes posibilidades del color y crear una obra de tan alta calidad que, como afirma Pierre Courthion, logra entrar de lleno en el arte occidental.
Su inter¨¦s por conseguir del gres cocido a alta temperatura todo lo que ¨¦ste diera de s¨ª, le llev¨® a estudiar la cer¨¢mica antigua, la popular espa?ola y la japonesa, de forma que extrajo una s¨ªntesis que se refleja sobre todo en esa desnudez progresiva de la forma, que resume hasta la quintaesencia en sus a?os de madurez y en el dorninio siempre conflictivo de los esmaltes, de los que arrancar¨¢ registros hasta entonces impensables.
En m¨¢s de una ocasi¨®n nos describi¨® su tarea como un combate con las pastas, los libros, los colores y el fuego. Todo ello, dominado por una est¨¦tica que aprendi¨® del Noucentisme, particularmente en L'Escola de Bells Oficis (Escuela de Bellos Oficios), de la que fue secretario y coordinador, que antepon¨ªa el esp¨ªritu de la ?obra bien hecha? a cualquier otro objetivo o meta.
Algo tan sencillo es lo que ha hecho universal de verdad a este maestro de ceramistas, gran artista del siglo XX, cuyos restos descansan muy cerca de su horno, en el cementerio de Gallifa, peque?o pueblo cercano a Barcelona, en el que instalar¨ªa en 1951 su residencia y taller.
Babelia
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