La Fundaci¨®n para el Progreso prepara un diagn¨®stico global de la situaci¨®n espa?ola
La Fundaci¨®n para el Progreso y la Democracia est¨¢ elaborando un diagn¨®stico global de la situaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica, social y cultural espa?ola que proyecta dar a conocer en la primavera pr¨®xima, seg¨²n anunciaron ayer en Madrid miembros de la junta rectora de la asociaci¨®n, que se reunieron con un grupo de periodistas. Este informe global, elaborado por miembros de la Fundaci¨®n, podr¨ªa suponer, en palabras de Ram¨®n Tamames, algo similar a lo que en la d¨¦cada de los setenta fue el informe Foessa. Este encuentro de destacados miembros de la Fundaci¨®n con los informadores es debido a la celebraci¨®n, el pr¨®ximo d¨ªa 17 de diciembre, de la asamblea general, con la que concluye la fase constituyente de esta asociaci¨®n, que nace como una plataforma de convergencia de posiciones democr¨¢ticas ideol¨®gicamente diferenciadas o que persigue objetivos regeneradores de la sociedad civil
Una y otra vez insistieron los participantes en el almuerzo en que la Fundaci¨®n ni es un partido ni siquiera un prepartido, aunque miembros de la misma militen activamente en alguno de los partidos existentes. Tampoco se puede descartar, seg¨²n ellos, que personas o sectores hoy integrados en la Fundaci¨®n pasen en un futuro electoral no lejano a defender opciones partidistas concretas, en cuyo caso la Fundaci¨®n har¨¢ p¨²blica tal militancia.
?Lo que la Fundaci¨®n persigue?, afirm¨® Ra¨²l Morodo, uno de los vocales de la junta rectora, ?es tener influencia y no poder?. La totalidad de los miembros presentes de la asociaci¨®n asintieron plenamente cuando Ram¨®n Tamames, uno de los cuatro vicepresidentes de la junta rectora, afirm¨® que el modelo a seguir para la Fundaci¨®n es el que en su d¨ªa fue la Instituci¨®n Libre de Ense?anza.
Cuando se cuestionaba la validez del diagn¨®stico global sobre la sociedad espa?ola ante el peligro de involuci¨®n golpista, Jes¨²s Polanco, presidente de la Fundaci¨®n, afirm¨® que la mejor forma de hacer de Espa?a un pa¨ªs normal era trabajar como si realmente lo fuera. ?A veces da la impresi¨®n de que somos un pa¨ªs de fantasmas: unos obsesionados por los fantasmas del pasado, y otros por los del futuro, cuando Espa?a ha entrado en la modernidad, y sus problemas, propios de una sociedad industrial, no los puede resolver la oficialidad?.
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