La actuaci¨®n de Chick Corea
Por la presente me dirijo a usted para hacer unas aclaraciones respecto de la cr¨ªtica aparecida en el diario de su digna direcci¨®n, firmada por J. M. Costa, referente a la actuaci¨®n de Chick Corea en este teatro-cine Salamanca, de Madrid, el pasado 3 de diciembre.Hac¨ªa referencia el cr¨ªtico al precio de las localidades, consider¨¢ndolo excesivamente alto, cosa en la que estamos de acuerdo, pero que tiene su explicaci¨®n. Explicaci¨®n que se ofreci¨® al p¨²blico en una nota informativa junto a la taquilla. Este precio fue establecido por los organizadores del espect¨¢culo, no teniendo la direcci¨®n del local nada que ver con, ello. A su vez, aqu¨¦llos se vieron obligados a establecer dichos precios debido a los elevad¨ªsimos costes del espect¨¢culo en cuesti¨®n. Chick Corea ten¨ªa la intenci¨®n de ofrecer, y as¨ª lo hizo, un recital de jazz (intimista) y no de jazz-rock, que es habitual en ¨¦l. Bajo estas circunstancias no era posible organizar el espect¨¢culo en un recinto como pudiera ser una plaza de toros o un pabell¨®n de deportes. El jazz se presta a un local cerrado y recogido, lo que evidentemente encarece los precios de las localidades, al ser un aforo m¨¢s reducido.
Por otro lado, el se?or Costa se?alaba que, a esos precios, el teatro estaba medio vac¨ªo. Esto no es exacto. Hubo lleno total en el piso principal, media entrada en el club y casi media entrada en butacas de patio.
Refer¨ªa tambi¨¦n el se?or Costa en el contexto de lo que vengo explicando que eI local no posee un amplio aforo para este tipo de espect¨¢culos. El teatro-cine Salamanca, de Madrid, tiene un aforo de 1.666 localidades y es el tercero en amplitud de Madrid, despu¨¦s del teatro Monumental (que lo supera en muy poco) y del cine Europa.
El negocio del espect¨¢culo, sobre todo en el cine, salvo para los locales de la Gran V¨ªa, es extremadamente dificultoso de sacar adelante. Las recaudaciones de los musicales son importantes, pero se reparten entre innumerables personas, como son los protagonistas del espect¨¢culo, y precisamente la figura que m¨¢s respeto merece; t¨¦cnicos de luz y sonido, abnegados profesionales; los promotores y la empresa del local, que suele efectuar un alquiler. Quiero decir con ello que, dados los riesgos que se corren, una equivocaci¨®n de un cr¨ªtico, como puede ser la referente al aforo del local, puede inducir a criterios err¨®neos y muy perjudiciales -lo que ser¨ªa inevitable si estuviese fundamentada en lo cierto-/empresario del cine Salamanca. Madrid.
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