Lem¨®niz y el Gobierno vasco
LA COMUNICACION del Gobierno de Vitoria al Parlamento de la comunidad aut¨®noma vasca sobre Lem¨®niz se ha ocupado de la pol¨ªtica energ¨¦tica m¨¢s adecuada para Euskadi y de los problemas espec¨ªficos que plantea la construcci¨®n de una central nuclear en las fronteras del Gran Bilbao. El Ejecutivo vasco detalla las diversas acciones emprendidas para cerciorarse de que las instalaciones de Lem¨®niz se ajustan a unos requisitos homologables con los establecidos por los pa¨ªses industrializados m¨¢s exigentes en cuestiones de seguridad nuclear. Una vez comprobadas esas garant¨ªas, el Gobierno de Vitoria presenta en los hechos la disyuntiva de un refer¨¦ndum popular sobre Lem¨®niz o de un mayor control de la central nuclear por las instituciones auton¨®micas.El Gobierno monocolor del PNV ha encontrado, sin embargo, una seria oposici¨®n en el Parlamento vasco. Los socialistas, los comunistas y Euskadiko Ezkerra protestan por lo que consideran -no sin raz¨®n- una pol¨ªtica de hechos consumados, desconf¨ªan de la seguridad de la central nuclear y critican su localizaci¨®n. En lo que respecta a la seguridad de la central nuclear, los ciudadanos tienen pleno derecho a recibir respuestas concluyentes para todas sus preguntas y a que las autoridades aclaren sus temores y preocupaciones. El tono exasperado y pasional de algunas campa?as antinucleares -en Vitoria puede leerse en una pintada callejera el lema Ecolog¨ªa o muerte- hace todav¨ªa m¨¢s inexcusable una explicaci¨®n racional y serena de los poderes p¨²blicos sobre los riesgos comparados de la energ¨ªa at¨®mica y de otras tecnolog¨ªas, peligrosas pero imprescidibles en una sociedad industrial. Los defensores de las centrales nucleares no deben, en cualquier caso, ceder a la tentaci¨®n de transformar la necesidad en virtud o de acusar a sus cr¨ªticos de intenciones aviesas. En cuanto al emplazamiento en Lem¨®niz, y pese a las numerosas irregularidades administrativas que acompa?aron a las fases iniciales. de su construcci¨®n, no parece que el hecho sea remediable, dadas las enormes inversiones ya realizadas. De a?adidura, los opositores a esta central no ofrecen ninguna localizaci¨®n alternativa dentro del Pa¨ªs Vasco ni sugieren el desenganche de una red el¨¦ctrica nacional parcialmente alimentada por las centrales nucleares en funcionamiento en el resto de Espa?a.
La dimensi¨®n estatal de la pol¨ªtica energ¨¦tica qued¨® definida con la aprobaci¨®n por las Cortes Generales, en el verano de 1979, del Plan Energ¨¦tico Nacional, guiado por el principio de disminuir la dependencia exterior y de lograr una estructura m¨¢s equilibrada en la oferta energ¨¦tica. La petici¨®n del Gobierno de Vitoria de un refer¨¦ndum consultivo sobre Lem¨®niz, "cuya celebraci¨®n corresponde autorizar al Gobierno del Estado", plantea un complicado problema pol¨ªtico y constitucional. Aun cuando el presidente del poder ejecutivo considerara -cosa altamente improbable- la conveniencia de atribuir a la localizaci¨®n de la central vizca¨ªna el car¨¢cter de "decisi¨®n pol¨ªtica de especial trascendencia" merecedora de un refer¨¦ndum consultivo, surgir¨ªa de inmediato la dificultad de se?alar cu¨¢les deber¨ªan ser los votantes que respondieran a la pregunta. Si la decisi¨®n fuera atribuida al cuerpo electoral espa?ol en su conjunto, los vascos podr¨ªan protestar de que su voz quedara ahogada por la abrumadora mayor¨ªa de los ciudadanos de otros territorios. Pero si ¨²nicamente fueran llamados a consulta los habitantes del Pa¨ªs Vasco, las dem¨¢s comunidades aut¨®nomas reclamar¨ªan el derecho a opinar sobre las plantas nucleares ya instaladas, en construcci¨®n o proyectadas en sus propios territorios.
El Gobierno de Vitoria, en cualquier caso, apunta como alternativa al refer¨¦ndum un mayor control de Lem¨®niz por las instituciones auton¨®micas. Ahora bien, la comunicaci¨®n al Parlamento vasco detalla las garant¨ªas para la seguridad de la central nuclear que se est¨¢n adoptando. De otro lado, la obligaci¨®n de cualquier autoridad es vigilar para que nadie infrinja los controles y las normas de car¨¢cter general, m¨¢xime en una materia tan delicada como la producci¨®n de electricidad en una central nuclear. ?Se trata entonces de reivindicar la propiedad de Lem¨®niz para las instituciones de autogobierno, o de pedir una participaci¨®n en sus ¨®rganos directivos? En tal caso, ser¨ªa necesario nacionalizar Lem¨®niz, total o parcialmente, y cargar las partidas correspondientes a esa compra a los presupuestos de la comunidad aut¨®noma de Euskadi. En Alemania existen ejemplos de propiedad mixta con participaci¨®n de los Estados federados y del Estado federal. Si ¨¦sta es la orientaci¨®n sugerida por el Gobierno de Vitoria, merece ser discutida y sometida a debate en las Cortes Generales. Pero la ambig¨¹edad en torno a Lem¨®niz ser¨ªa un juego peligroso, entre otras cosas porque las emociones populares suscitadas por la localizaci¨®n de esta central nuclear y por las irregularidades administrativas que rodearon su construcci¨®n han sido ya manipuladas por los terroristas para justificar atroces cr¨ªmenes.
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