Contra viento y marea
SANTIAGO CARRILLO convoc¨® ayer una rueda de Prensa para comentar la declaraci¨®n del Comit¨¦ Central del PCE, reunido el ¨²ltimo fin de semana, sobre el golpe de Estado en Polonia.Buena parte de los an¨¢lisis y valoraciones de Santiago Carrillo podr¨ªan ser suscritos sin dificultad no s¨®lo por los socialistas, sino tambi¨¦n por cualquier observador de la derecha democr¨¢tica, sin perjuicio de las considerables discrepancias que les separar¨ªan a la hora de extraer las conclusiones. El secretario general del PCE ha se?alado el rotundo fracaso de la exportaci¨®n por la Uni¨®n Sovi¨¦tica de su modelo pol¨ªtico y econ¨®mico a los pa¨ªses de Europa oriental, as¨ª como, de su tentativa de mantenerlo contra viento y marea pese a su evidente quiebra. Carrillo ha avanzado en su razonamiento y ha indicado que ese modelo exportado no es s¨®lo inadecuado para los pa¨ªses de Europa occidental, entre ellos Espa?a, por su falta de atractivos, sino que tambi¨¦n se halla en contradicci¨®n con el desarrollo econ¨®mico y social de todos los pa¨ªses del Este, incluida la propia Uni¨®n Sovi¨¦tica. El diagn¨®stico esbozado por el secretario general del PCE sobre el futuro del llamado socialismo real se aleja espectacularmente de las viejas concepciones comunistas para acercarse a las predicciones de la izquierda y del centro democr¨¢ticos. Seg¨²n Carrillo, la experiencia demuestra que las estructuras de poder en los pa¨ªses del ¨¢rea sovi¨¦tica no podr¨¢n sobrevivir a la larga y tendr¨¢n que dejar paso, a fin de impedir que una contrarrevoluci¨®n las destruya hasta los cimientos, a una renovaci¨®n democr¨¢tica, bien realizada desde dentro -como intent¨® Dubchek en Checoslovaquia en 1968-, por el aparato-comunista, bien forzada desde fuera -como viene sucediendo en Polonia desde agosto de 1980-, a trav¨¦s de una revoluci¨®n pol¨ªtica.
Santiago Carrillo contin¨²a, sin embargo, atenazado por la insuperable dificultad de hacer compatible su fidelidad a la revoluci¨®n rusa de 1917 con el rechazo del modelo sovi¨¦tico. Porque la identificaci¨®n entre las ideas de la Revoluci¨®n de Octubre y el sistema establecido en la URSS no es un error de los int¨¦rpretes o exegetas, sino una conclusi¨®n llena de l¨®gica y respetuosa con los hechos hist¨®ricos. La contraposici¨®n entre un leninismo bueno, que habr¨ªa caracterizado los a?os iniciales de la Rusia sovi¨¦tica, y un estalinismo perverso, traidor a la herencia recibida, no resiste un an¨¢lisis serio. Asimismo, las alusiones del secretario general del PCE al fracaso del modelo socialdem¨®crata y la condena retrospectiva de los partidos socialistas en los ¨²ltimos setenta a?os, emparejados en su declive hist¨®rico con ese callej¨®n sin salida en el que se hallan las formaciones econ¨®mico-sociales de los pa¨ªses del Este, no parecen tener otra intenci¨®n que fundamentar la pretensi¨®n de que ser¨ªan precisamente los comunistas los ¨²nicos que, tras despreciar durante m¨¢s de medio siglo los valores y los objetivos del socialismo democr¨¢tico, estar¨ªan en condiciones de real izar sus metas. Conclusi¨®n a todas luces m¨¢s que exagerada.
La crisis del PCE, que alcanza un nuevo r¨¦cord con la masiva dimisi¨®n de los cargos p¨²blicos electos en los municipios de la provincia de Madrid y su solidaridad con los concejales comunistas expulsados del Ayuntamiento de la capital, demuestra, por lo dem¨¢s, que los elogiables esfuerzos de su actual direcci¨®n por deshacerse de las hipotecas que representaba el alineamiento con la pol¨ªtica exterior de la URS S y la admiraci¨®n por el modelo sovi¨¦tico no se extienden en modo alguno a la suavizaci¨®n o eliminaci¨®n de las pr¨¢cticas autoritarias asociadas al llamado centralismo democr¨¢tico. Sin embargo, tambi¨¦n cabr¨ªa extender a este terreno esa necesidad de un proceso de renovaci¨®n democr¨¢tica predicada por Santiago Carrillo para los sistemas pol¨ªtico-estatales de los pa¨ªses del Este y esa condena de la obcecaci¨®n en mantener contra viento y marea un modelo organizativo importado igualmente del partido bolchevique sovi¨¦tico. Por que resultar¨ªa un esc¨¢ndalo a la polaca que los concejales elegidos por los ciudadanos desaparecieran por el escotill¨®n de las purgas intrapartidistas, dejando la vida municipal de un buen n¨²mero de municipios madrile?os en un estado tal de precariedad que podr¨ªa hacer necesaria la designaci¨®n de comisiones gestoras hasta las pr¨®ximas elecciones. El PCE no tendr¨ªa como castigo a su obstinaci¨®n una revoluci¨®n pol¨ªtica como en Polonia, sino algo mucho menos dram¨¢tico y bastante m¨¢s eficaz: la p¨¦rdida de una buena parte de su respaldo electoral.
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