El Reino Unido recela de la CEE diez a?os despu¨¦s de su adhesi¨®n
Ayer hizo justo diez a?os que el entonces primer ministro brit¨¢nico, Edward Heath, puso su firma en Bruselas al pie del tratado de ingreso del Reino Unido en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). Las burbujas del champa?a que se descorch¨® en aquella hist¨®rica ocasi¨®n han desaparecido en el aire. Una d¨¦cada despu¨¦s, el Reino Unido no se siente dispuesto a celebraciones de este tipo. A pesar de lo que dicen las estad¨ªsticas, persisten muchas dudas sobre los beneficios que sacaron los brit¨¢nicos con ese decisivo paso.Hoy d¨ªa, cualquier debate sobre estas ventajas viene camuflado en una espesa niebla de confusos datos. Al coincidir la entrada del Reino Unido en la Comunidad en 1973 con la crisis econ¨®mica mundial, ni siquiera los brit¨¢nicos procomunitarios pueden defender con profunda convicci¨®n su pol¨ªtica.
A pesar de ganar acceso a un mercado de doscientos millones de personas, la ansiada modernizaci¨®n de la industria brit¨¢nica se ha retrasado, el paro ha aumentado y los capitales parecen haber salido del pa¨ªs en vez de entrar. Pero en 1972 Estados Unidos dedic¨® un 12% de sus inversiones en Europa al Reino Unido. En 1981 esta cifra hab¨ªa subido a un 60%, gracias a que el Reino Unido estaba en la CEE. Para los ingleses, acostumbrados a una cesta de la compra barata, los alimentos se han encarecido.
Pero hay cifras que hablan por s¨ª solas: en 1973, el Reino Unido ten¨ªa un d¨¦ficit de 1.400 millones de libras en su balanza comercial con la CEE; en 1980 lograba un super¨¢vit de veinticinco millones de libras, que se espera, cuando se disponga de las ¨²ltimas estad¨ªsticas, haya llegado a unos quinientos millones de libras en 1981. En 1981, un 42% de las exportaciones brit¨¢nicas fueron a la CEE.
Los anticomunitarios no gustan demasiado de estad¨ªsticas. Los laboristas est¨¢n ya firmemente decididos a retirar al Reino Unido de la CEE si ganan las pr¨®ximas elecciones y los sondeos muestran que una mayor¨ªa absoluta de la poblaci¨®n est¨¢ en contra de la Comunidad Europea. Pero no resulta f¨¢cil prever el futuro del Reino Unido fuera de la CEE, al haber perdido mercados en sus antiguas colonias.
Si los problemas de la pol¨ªtica agr¨ªcola comunitaria y de la pesca son importantes, el argumento anticomunitario tiene profundas ra¨ªces en la cultura pol¨ªtica brit¨¢nica. Muchos brit¨¢nicos se sienten diferentes de los habitantes del continente. "No tiene sentido jugar al cr¨ªquet si los dem¨¢s est¨¢n jugando al f¨²tbol", se?al¨® a este corresponsal una diputada laborista al explicar las peculiaridades brit¨¢nicas.
De un modo general, los brit¨¢nicos son reacios al concepto de supranacionalidad. Esta es una de las razones, como indic¨® el ministro ,de Defensa, John Nott, por la que conservan su propia disuasi¨®n nuclear.
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