Rafael Termes ser¨¢ reelegido presidente de la patronal bancaria, sin oposici¨®n, dentro de ocho d¨ªas
Dentro de ocho d¨ªas, el lunes 8, Rafael Termes ser¨¢ reelegido presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca Privada (AEB), despu¨¦s de que los presidentes de los siete grandes bancos se lo pidieran por unanimidad. Entre los objetivos prioritarios de esta nueva etapa de la AEB figura el de mejorar las relaciones entre la banca y el resto de los empresarios, deterioradas por los altos costes financieros, y posiblemente el de bregar con los socialistas en caso de que ¨¦stos ganasen las pr¨®ximas elecciones generales y aplicasen las ideas de su programa econ¨®mico referidas al sector financiero.
Hace diez d¨ªas, los presidentes de los siete grandes bancos (Aguirre Gonzalo, Esc¨¢mez, Usera, S¨¢nchez Asia¨ªn, Gal¨ªndez, Bot¨ªn y Valls Taberner) tuvieron una reuni¨®n, al final de la cual firmaron un papel en el que, tras consulta directa al interesado, presentaron un¨¢nimemente a Rafael Termes a la reelecci¨®n de la presidencia de la AEB. Con ello atajaban los numerosos rumores de disensiones en el seno de la gran banca sobre el papel de la patronal bancaria, influido directamente por la personalidad de su presidente.La reelecci¨®n de presidente en la AEB no correspond¨ªa hasta el mes de marzo, pero al ser presentado por los siete grandes hace diez d¨ªas, estatutariamente se puede convocar la asamblea general electiva en cualquier momento. Seg¨²n dichos estatutos de la AEB, "el nombramiento de presidente deber¨¢ recaer, a t¨ªtulo personal, en una persona f¨ªsica, representativa de la banca a juicio de los electores y con independencia de su posible adscripci¨®n a una entidad asociada" Presentado por los bancos integrantes del grupo primero (los siete grandes), su designaci¨®n corresponder¨¢ a la asamblea general en votaci¨®n individual y secreta entre los socios de pleno derecho asistentes.... produci¨¦ndose la designaci¨®n por un mandato de cuatro a?os, sin perjuicio de su posible reelecci¨®n".
Candidaturas frustradas
En los ¨²ltimos tiempos se hab¨ªa barajado la posibilidad de que Termes hubiera tenido opositores para la presidencia de la AEB. Concretamente, se mencionaron los nombres de Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez de Letona y de Raimundo Saporta con poco fundamento. L¨®pez de Letona, presidente del Banco de Madrid (del grupo Banesto), podr¨ªa haber sido potenciado precisamente por su relaci¨®n con el primer banco del pais; sin embargo, todo parece indicar que no fue as¨ª, sino que su nombre se baraj¨® en ¨¢reas pr¨®ximas al Banco de Espa?a. Respecto a Raimundo Saporta, su vinculaci¨®n al Banco Exterior le impide ser candidato a la presidencia de AEB, ya que el Exterior no pertenece a dicha asociaci¨®n.As¨ª como la presidencia de AEB recae en una persona f¨ªsica, el resto de los puestos ocupados en los ¨®rganos de gobierno de la patronal bancaria recae en entidades jur¨ªdicas, esto es, en bancos que seleccionan a las personas que les representan y que pueden ser sustituidas en cualquier momento; estas personas tienen que pertenecer al alto aparato de los bancos, esto es, han de tener categor¨ªa de director general hacia arriba. Por ejemplo, en estos momentos los representantes de los siete grandes en el grupo primero del Consejo General son Emilio de Ybarra (Banco de Bilbao), Ricardo Tejero (Central), Jos¨¦ Mar¨ªa Sainz de Vicu?a (Espa?ol de Cr¨¦dito), Alejandro Albert (Hispano Americano), Luis Butrague?o (Ppular), Luis Berg¨¦ (Banco de Santander) y Pedro de Toledo (Vizcaya). En la asamblea pr¨®xima tambi¨¦n habr¨¢ elecciones para las vocal¨ªas del primer, segundo y tercer grupo, y quiz¨¢ del cuarto.
Empresarios y banca
Tras la presentaci¨®n por los siete grandes de Rafael Termes, existe la hip¨®tesis te¨®rica de que en la elecci¨®n los restantes bancos de AEB no respalden con su voto tal presentaci¨®n. Pero ello no ocurrir¨¢; el ambiente palpado por este peri¨®dico en m¨¢s de una decena de bancos medianos y peque?os es de total conformidad con la labor de Termes en el primer periodo al frente de AEB. "Hay muy pocas personas que puedan cumplir el papel mediador entre banca grande, mediana, peque?a y Administraci¨®n como Termes", contest¨® el representante de un banco vinculado al grupo segundo del Consejo General de la entidad. Todo parece indicar que esta opini¨®n est¨¢ bastante generalizada, y ello se plasmar¨¢ en una votaci¨®n casi un¨¢nime a favor de Termes.Al no haber diferentes candidatos tampoco hay necesidad de programa electoral. Sin embargo, Termes y su equipo tendr¨¢n una prioridad en el futuro: mejorar la imagen de la banca entre los empresarios, que la culpan de los altos intereses financieros que pagan. Ha sido bastante frecuente, en cuantos actos p¨²blicos ha asistido Termes en los ¨²ltimos tiempos, la presencia de empresarios que interpelan a la banca por este motivo. En una reuni¨®n masiva de empresarios, hace pocos d¨ªas, un empresario industrial destac¨® en alto que compart¨ªa con la izquierda la idea de que hab¨ªa que nacionalizar la banca para ver si as¨ª se reduc¨ªa el coste del dinero. Es conocida la respuesta de Termes en estos casos: es preciso explicar una y otra vez a muchos empresarios que la banca s¨®lo es el martillo del que se sirve el Gobierno para realizar su pol¨ªtica econ¨®mica.
Incluso hay empresarios que, atendiendo a experiencias de otros paises occidentales, no entienden muy bien la presencia de la AEB dentro de la CEOE, diferenciando muy claramente los intereses de la banca y de los empresarios no financieros. Esta impresi¨®n ha sido combatida en muchas ocasiones por los actuales dirigentes de la c¨²pula patronal, destacando que aunque hay contradicciones secundarias entre banqueros y empresarios, los intereses principales son los mismos. Las discusiones entre Termes y el resto de los empresarios presentes en la junta directiva y en el comit¨¦ ejecutivo de la CEOE han sido calificadas por uno de estos ¨²ltimos como "muy educadas. El problema siempre surge en las asambleas generales o cuando se acude a las bases empresariales, en las que la opini¨®n sobre la banca es claramente desfavorable".
Por otro lado, hay que descartar que el tradicional pragmatismo de los banqueros les haya hecho olvidar la posibilidad de que los socialistas ganen las pr¨®ximas elecciones generales. En este caso se necesitar¨¢ una persona adecuada para el di¨¢logo entre la banca y el Gobierno socialista, y Termes tambi¨¦n parece adecuado para ello. Su presencia en la manifestaci¨®n democr¨¢tica del 27 de febrero pasado bajo el lema, "Por la libertad, la democracia y la Constituci¨®n", figurando al lado de l¨ªderes sindicales y pol¨ªticos de izquierda, ha sido siempre muy bien valorada por ellos, m¨¢xime realizando la comparaci¨®n con otros dirigentes empresariales que brillaron por su ausencia. "Termes es una de las pocas personas en este pa¨ªs al que se le puede aplicar con rigor el calificativo de liberal", respondi¨® a este peri¨®dico un dirigente del PSOE al pregunt¨¢rsele su opini¨®n sobre la presencia del banquero catal¨¢n otros cuatro a?os al frente de la AEB.
Devaluar el papel de la AEB
La actual unanimidad de los siete grandes en torno a la figura de Termes no impide recordar las discordancias habidas en algunos periodos entre algunos de ellos y el presidente de la patronal. En varias ocasiones se ha dicho que fue Termes el que impidi¨® un di¨¢logo di¨¢fano entre el anterior jefe de Gobierno y la Banca. Las relaciones entre Adolfo Su¨¢rez y los banqueros nunca fueron ni frecuentes ni fluidas, y esta falta de entendimiento sirvi¨® para que muchos analistas explicasen la caida de Su¨¢rez por presi¨®n de los "poderes f¨¢cticos", no s¨®lo militares, sino financieros.Poco tiempo despu¨¦s de que Calvo Sotelo (un hombre ligado a la banca anteriormente) fuese nombrado presidente del Gobierno, celebr¨® una reuni¨®n con los siete grandes en la sede del Banco de Espa?a, a la que asisti¨® Termes. En ella, Aguirre Gonzalo, presidente de Banesto, dir¨ªa que "los siete grandes bancos que estamos aqu¨ª queremos un interlocutor directo con el Gobierno". Ello tuvo una interpretaci¨®n que minusvaloraba el papel de intermediaria de la AEB en beneficio de un di¨¢logo directo gran banca-Gobierno, disminuyendo el papel de la patronal a un contenido meramente sindical. La realidad ha roto esta interpretaci¨®n.
Por ¨²ltimo, cabe hacer otra precisi¨®n sobre el papel de Termes. "He votado a UCD", afirm¨® en las elecciones de 1979, mientras introduc¨ªa su voto en la urna ante los fot¨®grafos. Esta definici¨®n centrista del banquero hace pensar en la importancia de su opini¨®n cara a la financiaci¨®n de las pr¨®ximas contiendas electorales.
"La Banca tiene el suficiente sentido com¨²n para pensar que UCD tiene que salir adelante en las pr¨®ximas elecciones, entendiendo por UCD el espacio pol¨ªtico del centrismo, no una definici¨®n exacta del partido del Gobierno en su actual configuraci¨®n", declaraba recientemente el presidente de uno de los siete grandes a EL PAIS. Nuevamente el pragmatismo de esta capa del empresariado financiero recuerda los informes sociol¨®gicos que expresan el voto minoritario de los espa?oles a la derecha pura. Y Termes puede servir de canal que impida la ruptura del centro sociol¨®gico.
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