Un vodevil lamentable
La comisi¨®n tripartita sobre Seguridad Social ha llegado adonde era previsible que llegase. El proceso que ha conducido al desenlace por todos conocido merece una breve explicaci¨®n.El profesor Fuentes Quintana ha se?alado tres razones de peso para explicar la falta de acuerdo: la desconfianza hacia la posible instrumentalizaci¨®n de los acuerdos alcanzables, las concepciones profundamente divergentes y la falta de voluntad negociadora de la CEOE. Suscribo las tres razones, aunque, a mi entender, carece el an¨¢lisis del elemento fundamental: el comportamiento fr¨ªvolo e irresponsable del Gobierno respecto de la comisi¨®n.
La historia se inicia con la presentaci¨®n del llamado Libro Verde, m¨¢s bien un folleto de 31 p¨¢ginas a tres espacios y con amplios m¨¢rgenes, cuyas ¨²nicas cifras consist¨ªan en la numeraci¨®n de las p¨¢ginas y que ha merecido el siguiente comentario del ilustre profesor Luis E. de la Villa: "La madera se divide en dos grandes categor¨ªas, que son: madera de construcci¨®n y madera de fuego. Pues bien, se?ores, para resumir mi ponencia del modo m¨¢s breve posible, la propuesta que discutimos no pertenece, a mi modo de ver, a la categor¨ªa de madera de construcci¨®n".
Comentarios semejantes mereci¨® la propuesta del Gobierno por parte de los integrantes de la comisi¨®n. Pese a ello, durante mes y medio se neg¨® a poner a disposici¨®n de las partes un trabajo elaborado durante: seis meses por la Administraci¨®n denominado Libro Rojo, y que al no coincidir con las tesis reprivatizadoras del Gobierno hab¨ªa sido sustra¨ªdo de la circulaci¨®n. Las; reiteradas peticiones de los sindicatos de ampliar el plazo de disensi¨®n, al objeto de realizar un an¨¢lisis riguroso de un tema tan complejo, fueron sistem¨¢ticamente denegadas. Para terminar de aderezar el vodevil, cada fin de semana aparec¨ªan unas declaraciones del ministro de Trabajo y Seguridad Social expresando las decisiones que iban a tomar, algunas tan llamativas como ¨¦sta:
"Yo creo que para antes del verano podr¨ªa estar preparado el proyecto de reforma, pensando siempre que esta ser¨¢ la Seguridad Social de los espa?oles del a?o 2000". (Diario 16 2-1-1982).
?Y para qu¨¦ estamos aqu¨ª?, pregunt¨¢bamos ingenuamente los sindicatos. No obtuvimos respuesta, aunque es obvia. El Gobierno, sin pens¨¢rselo demasiado, consider¨® que de la comisi¨®n pod¨ªa salir una enumeraci¨®n ambigua de cuestiones que poder instrumentalizar, en particular, los fondos de pensiones y una visi¨®n catastrofista y de bancarrota de la Seguridad Social, al tiempo que descargaba sobre las partes sociales una desastrosa gesti¨®n de la que ¨¦l y s¨®lo ¨¦l es responsable. Ante la reacci¨®n de los sindicatos, la indignaci¨®n que se propaga entre catedr¨¢ticos y profesionales de la materia, el descontento que se manifiesta por parte de sectores empresariales a los que los intereses de la banca y las compa?¨ªas de seguros les son ajenos e incluso antag¨®nicos, y la opini¨®n p¨²blica, que comienza a interesarse en el tema, el Gobierno arr¨ªa velas. La CEOE se siente enga?ada al ver que la dejan sola apechugando con la reprivatizaci¨®n y reacciona en primera instancia contra los sindicatos y la monopolizaci¨®n de la Seguridad Social, para terminar buscando un chivo expiatorio, el presidente de la comisi¨®n, Enrique Fuentes Quintana, al que, ?c¨®mo no!, le hacen socialista por exigencias del gui¨®n (electoral) como los desnudos en las pel¨ªculas.
"... surgiendo de la nada hemos llegado a alcanzar las m¨¢s altas cimas de la miseria", sentenciaba Groucho Marx. Triste y lamentable destino al que han condenado el Gobierno y la CEOE a la comisi¨®n tripartita sobre Seguridad Social.
El punto V.2 del ANE limita el mandato de la comisi¨®n tripartita a que ¨¦sta proceda "a un examen de conjunto del actual sistema de la Seguridad Social, orientando a su mejora y racionalizaci¨®n".
El Libro Verde del Gobierno, sin embargo, introduce el tema de la reforma respondiendo probablemente a los requerimientos de la CEOE.
Pero al margen del texto del ANE y de la evidente parcialidad del marco de las fuerzas sociales para debatir un tema que afecta directamente a los partidos pol¨ªticos y a todos los ciudadanos, no cabe duda de que la reforma de la Seguridad Social tiene tal complejidad e importancia pol¨ªtica que hubiera sido literalmente imposible abordarla en el reducido plazo de mes y medio.
Era, por tanto, absurda esa propuesta de la CEOE, asumida por el Gobierno, cuya ligereza resulta evidente al compararla con otras experiencias de semejante naturaleza. La ley de Bases de 1963 requiri¨® a?o y medio de elaboraci¨®n y otros tres a?os m¨¢s en promulgar el correspondiente texto articulado. Para codificar su legislaci¨®n de Seguridad Social, Holanda cre¨® en 1969 una comisi¨®n que deber¨¢ finalizar sus trabajos en 1982. En la Rep¨²blica Federal de Alemania, la promulgaci¨®n de la ley que regula las repercusiones del divorcio en la Seguridad Social ha requerido siete a?os. El famoso informe Beveridge incorpor¨® 126 informes o memorias de todo tipo de organizaciones y personas a lo largo de varios a?os.
La reforma de la Seguridad Social resulta necesaria, aunque es una tarea que requiere rigor y tiempo, y que, a mi modo de ver, no debe contraponerse a la exigencia prioritaria de proceder al un¨ªsono a su mejora y racionalizaci¨®n.
Abordar una reforma de la Seguridad Social en nuestro pa¨ªs exigir¨¢ tener en cuenta los condicionantes derivados del respeto a la Constituci¨®n y a los convenios internacionales; las repercusiones de la crisis econ¨®mica sobre las necesidades sociales, as¨ª como sobre la financiaci¨®n de la Seguridad Social; los problemas jur¨ªdicos en relaci¨®n con otras instituciones p¨²blicas de protecci¨®n social y con las comunidades aut¨®nomas, y la participaci¨®n y la opini¨®n de los ciudadanos y de las organizaciones sociales y pol¨ªticas.
La Uni¨®n General de Trabajadores ha se?alado que cualquier reforma de la Seguridad Social debe optar por el incremento de la solidaridad y la m¨¢s justa redistribuci¨®n, en contra del darwinismo social de ciertas ideolog¨ªas frente a la crisis; que en materia de protecci¨®n social es necesaria una separaci¨®n clara y absoluta en el sector p¨²blico y el privado, ya que ambos responden a l¨®gicas completamente diferentes; conceder especial relieve a la participaci¨®n de los interesados en la Seguridad Social, con objeto de mejorar el funcionamiento de ¨¦sta, acercar la gesti¨®n a los beneficiarios y reforzar la democracia en todos los niveles; la extensi¨®n de la protecci¨®n social de quienes no son trabajadores en sentido estricto; la equidad redistributiva en la distribuci¨®n de los gastos y en la obtenci¨®n de los ingresos.
En definitiva, un modelo basado en un sector universal no contributivo, un sector profesional contributivo y un nivel complementario libre, al margen este ¨²ltimo del sistema p¨²blico de Seguridad Social.
La mejora y racionalizaci¨®n
La Seguridad Social en nuestro pa¨ªs presenta una serie de problemas de conformaci¨®n hist¨®rica que reclaman una inmediata racionalizaci¨®n. Con car¨¢cter end¨¦mico confluyen la insuficiencia de recursos, la escasa racionalidad en el gasto y la confusi¨®n del sistema, cuya consecuencia es la debilidad e incapacidad del mismo para atender las necesidades y exigencias sociales, produciendo a la vez disfunciones en otras ¨¢reas de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Estas contradicciones hist¨®ricas del sistema se han agudizado como consecuencia de la crisis econ¨®mica general y como resultante de una serie de factores espec¨ªficos de la Seguridad Social espa?ola, entre los que cabe destacar: un ¨ªndice de protecci¨®n de las necesidades sociales muy inferior al del ¨¢rea comunitaria europea (15,9% del PIB, frente al 24,9% de media en la Comunidad Econ¨®mica Europea); un sistema de financiaci¨®n irracional por su excesiva presi¨®n contributiva sobre la masa de salarios, negativo para el empleo y regresivo en la distribuci¨®n de la carga; la existencia de una tasa de desempleo superior al doble de la media europea; un alto grado de desorganizaci¨®n del sistema, como consecuencia de la anarqu¨ªa y clientelar fragmentaci¨®n de colectivos, la acumulaci¨®n de cargas indebidas sobre el r¨¦gimen general, la falta de definici¨®n de prioridades y una gesti¨®n basada en la ineficacia y el clientelismo pol¨ªtico.
Las prioridades
Resulta imposible en el corto espacio de este art¨ªculo extenderse en todo el conjunto de medidas de mejora y racionalizaci¨®n expuestas por UGT, algunas de las cuales han sido recogidas en el documento de s¨ªntesis. Es por ello necesario limitarse a se?alar algunas prioridades:
- Uniformizaci¨®n de las estructuras del sistema y reducci¨®n del grado de fragmentaci¨®n actual.
- Incremento de la financiaci¨®n estatal (20/22% en 1984), con la implantaci¨®n del IVA; disminuci¨®n de la presi¨®n indebida sobre el r¨¦gimen general; clarificaci¨®n y eficacia en la gesti¨®n recaudatoria, eliminando el elevado ¨ªndice de impagos, fraude y morosidad (400.000 millones en 1981). Todo ello permitir¨ªa disminuir sustancialmente la carga de las cotizaciones sobre la n¨®mina de las empre
Un vodevil lamentable
sas y su repercusi¨®n negativa sobre el empleo.- Extensi¨®n de la protecci¨®n del desempleo, con el 75% del salario m¨ªnimo para todos los desempleados que hayan agotado las prestaciones y est¨¦n en situaci¨®n de necesidad con car¨¢cter indefinido.
- Revalorizaci¨®n autom¨¢tica de las pensiones en funci¨®n de la evoluci¨®n de los salarlos del a?o anterior, y generalizaci¨®n de las reglas de incompatibilidad entre pensi¨®n y trabajo del actual r¨¦gimen general a todos los reg¨ªmenes p¨²blicos.
- Plena libertad de elecci¨®n del m¨¦dico general, pediatra y tocoginec¨®logo dentro del cuadro m¨¦dico de la Seguridad Social, as¨ª como la inclusi¨®n en la misma de la atenci¨®n psiqui¨¢trica y gerontol¨®gica y la introducci¨®n paulatina de horarios de seis horas para los m¨¦dicos de cupo, con las condiciones profesionales y econ¨®micas adecuadas en el marco de una profunda racionalizaci¨®n de la medicina ambulatoria.
- Mayor participaci¨®n social en la gesti¨®n, actualmente restrictiva y bloqueada.
Tanto la racionalizaci¨®n como la reforma de la Seguridad Social no puede hacerse a la ligera, sino que ha de resultar de un consenso que permita una duraci¨®n razonable y una seguridad para el ciudadano.
El Gobierno ha recogido una parte de la propuesta de UGT al anunciar la creaci¨®n de una comisi¨®n de expertos, eliminando, en cambio, la participaci¨®n de las organizaciones sociales en la definici¨®n de las medidas y del modelo.
Cualquier intento de sustraer el debate nacional sobre la Seguridad Social por la v¨ªa de la comisi¨®n de expertos, cualquier pol¨ªtica que por la v¨ªa de los hechos consumados, de la disposici¨®n normativa del Gobierno, pretenda realizar un desmantelamiento o reforma de la Seguridad Social en beneficio de intereses de terceros encontrar¨¢ la oposici¨®n decidida de la Uni¨®n General de Trabajadores.
es secretario de relaciones sindicales de UGT.
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