Montserrat Caball¨¦: "No temo que me comparen con Mar¨ªa Callas"
Montserrat Caball¨¦ padec¨ªa el domingo una dolencia de gastroenteritis producida por un virus muy extendido en la ciudad italiana de Mil¨¢n, donde deb¨ªa interpretar por la noche el papel de Ana Bolena. Aunque cinco m¨¦dicos, dos particulares y tres de la empresa de la Scala milanesa, certificaron esa enfermedad, la suspensi¨®n de la funci¨®n, cinco minutos antes de dar comienzo ante 2.300 personas, ha atra¨ªdo hacia la soprano catalana las iras del aficionado italiano. La acusan de simular una enfermedad para no tener que enfrentarse con el fantasma de Mar¨ªa Callas, que interpret¨® el mismo papel en 1957, dirigida por Visconti. "No temo una comparaci¨®n con Mar¨ªa Callas", replic¨® ayer Montserrat Caball¨¦, prometiendo que a partir del pr¨®ximo d¨ªa 21 volver¨¢ a cantar en la Scala.
Cr¨ªticos y aficionados espa?oles presentes en el teatro de la Scala de Mil¨¢n el domingo por la noche han confirmado a este peri¨®dico que la enfermedad de Montserrat Caball¨¦ era real y que, a pesar de que la direcci¨®n del teatro no la dio a conocer hasta minutos antes de comenzar la funci¨®n, era conocida desde siete horas antes en el c¨ªrculo de admiradores de la soprano. Reconocen, sin embargo, que el fantasma de Mar¨ªa Callas estuvo presente en el teatro con el recuerdo de aquella memorable Ana Bolena montada como s¨®lo pod¨ªa hacerlo Luchino Visconti. "No debi¨® intentarlo", comentaban.A¨²n les pesa el recuerdo del monumental esc¨¢ndalo del domingo en la Scala de Mil¨¢n, donde los incondicionales de La se?ora -Ia senora, para los lice¨ªstas catalanes no es otra que la Caball¨¦, como para los italianos Mar¨ªa la divina no hab¨ªa m¨¢s que la suya: Mar¨ªa Callas- fueron test¨ªgos de c¨®mo la insultaban con calificativos humillantes y "algunos de ellos irrepetibles". A los responsables del teatro les llamaron bufones, ladrones y payasos, mientras que la soprano espa?ola escuch¨® algunos insultos y, sobre todo, la palabra miedo, miedo".
Pero si era un espect¨¢culo ver a los respetables se?ores de la Scala, pulcros y elegantes, vociferar, insultar, gritar durante media hora, tambi¨¦n lo fue, se?alaron, "el hecho en absoluto criticable de que el espectador de este tipo de acontecimientos art¨ªsticos haya perdido la verg¨¹enza". "Con eso de la educaci¨®n cultural, la gente se deja enga?ar f¨¢cilmente, y cuando se habla del maravilloso p¨²blico de Viena, en realidad estamos reconociendo que se trata de un p¨²blico que lo aplaude todo, lo bueno y lo malo. Lo que ha pasado en la Scala s¨®lo pod¨ªa ocurrir all¨ª".
La ¨®pera Ana Bolena, de Gactano Donizetti, es una pieza dif¨ªcil, porque exige de la soprano, adem¨¢s de una voz excepcional, dominio de la escena y dramatismo. En realidad, el peso de la obra recae sobre su sola presencia. A esa dificultad, que exige de la protagonista una preparaci¨®n perfecta, se un¨ªa el domingo el recuerdo, imborrable para los habituales del teatro milan¨¦s, de la interpretaci¨®n que hizo de ese papel Mar¨ªa Callas, magistralmente puesta en escena por la exuberancia de Luchino Visconti.
En ese contexto, piensan los admiradores de la Caball¨¦ que ya era un m¨¦rito atreverse con un papel en el que, por otra parte, no han sobrado los ensayos, seg¨²n acusaciones de simpatizantes y detractores. Pero Montserrat Caball¨¦ insist¨ªa un d¨ªa antes sobre su buena forma, confirmada con el ¨¦xito que obtuvo en la velada del d¨ªa 14. Sin embargo, quiz¨¢ por los nervios de un acontecimiento que "todo el mundo de la ¨®pera esperaba", tal vez porque realmente el virus que le ha afectado el domingo estaba, como ha declarado a este peri¨®dico la propia soprano, "muy extendido por Mil¨¢n", lo cierto es que la gastroenteritis ha sido real y que el fantasma de Mar¨ªa Callas sigue pesando sobre los palcos de la Scala, ensordecedores para aplaudir el domingo a cuanto recordase a la divina, y cr¨ªtico y hasta grosero con la nueva Ana Bolena que no fue posible.
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