El abogado de Cortina intenta reconstruir todos los pasos de su defendido previos al 23 de febrero

La sesi¨®n de la tarde se inici¨® con la intervenci¨®n del defensor del teniente coronel Pedro Mas Oliver, quien solicit¨® la lectura de la conclusi¨®n s¨¦ptima de su escrito de conclusiones provisionales, en la que se ped¨ªa que el Ministerio del Interior, la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil informaran sobre el n¨²mero de atentados, cr¨ªmenes, asesinatos, atracos, huelgas, secuestros y n¨²mero de obreros en paro y empresas cerradas desde diciembre de 1975 al 1 de enero de 1981. Como dicha prueba fuera negada, pidi¨® que se leyera el auto por el que se denegaba la pr¨¢ctica de esta prueba.

Luego se ley¨® el informe del teniente general Gabeiras Montero, hecho p¨²blico el 20 de noviembre de 1981, en el que se afirma que en el desarrollo de los acontecimientos del 23-F hab¨ªa quedado demostrado el alto grado de disciplina de los ej¨¦rcitos a las ¨®rdenes del Rey y del Jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito.A petici¨®n del abogado del comandante Cortina, Rogelio Garc¨ªa, se di¨® lectura a la declaraci¨®n indagatoria de su defendido, en la que ¨¦ste se?ala que conoc¨ªa al teniente coronel Mas desde hace muchos a?os, pero que no lo hab¨ªa visto desde hac¨ªa tiempo. Indica el procesado que al conocer la ocupaci¨®n del Congreso, se traslad¨® al despacho de su jefe, el coronel Narciso Carreras, en el CESID, y s¨®lo sali¨® de all¨ª para visitar a la familia del ministro de Defensa. Seg¨²n su testimonio, regres¨® inmediatamente despu¨¦s al CESID, donde permaneci¨® hasta la rendici¨®n de Tejero en la ma?ana del 24 de febrero. Cortina afirma en su declaraci¨®n que en la tarde del 23F, el coronel Narciso Carreras le orden¨® que enviara hombres al Congreso para. que le informaran de lo que all¨ª suced¨ªa, pero que no pod¨ªa citar los nombres que envi¨® a la c¨¢mara baja por razones del servicio.

En la declaraci¨®n del comandante David Cervera Est¨¦vez, Jefe del Estado Mayor de la Polic¨ªa Nacional, que se ley¨® luego, ¨¦ste manifiesta que se imagin¨® que Tejero iba a tomar el Congreso por la ma?ana, ya que se hab¨ªa comentado que la hora de entrada iba a ser a las 11.30 horas.

A petici¨®n de su defensor, se dio luego lectura a. la relaci¨®n de cursos realizados por el comandante Cortina y, en especial, el dedicado al servicio de Estado Mayor, que desarroll¨® entre los a?os 1975 y 1978, en el que obtuvo la calificaci¨®n de "muy bueno". Tambi¨¦n se ley¨® el testimonio del padre del comandante Cortina, quien afirma que no hab¨ªa tenido ninguna relaci¨®n con Tejero, al que, afirma, solo conoc¨ªa por la Prensa. Precisa, asimismo, que a las cuatro de la tarde del 21 de febrero se traslad¨® con su esposa y su hijo al apartamento de El Escorial y que el comandante regres¨® a Madrid al d¨ªa siguiente por la noche.

El sal¨®n que, describi¨® Tejero

En su declaraci¨®n ante el juez instructor, el padre del comandante Cortina, al referirse a la descripci¨®n hecha del sal¨®n comedor de su domicilio en el Parque de las Avenidas, donde, de acuerdo con las conclusiones del fiscal, en la madrugada del 21 de febrero se celebr¨® una reuni¨®n entre su hijo, el capit¨¢n G¨®mez Iglesias y Tejero, el testigo afirma que aquel es m¨¢s o menos como lo describi¨® ¨¦ste ¨²ltimo. Declara tambi¨¦n que la noche del 19 al 20 de febrero la pas¨® con su mujer en su piso de la calle Biarritz (donde seg¨²n el fiscal se celebr¨® la reuni¨®n), pero neg¨® que saliera a saludar a su hijo cuando lleg¨® con unos amigos, como declar¨® Tejero.

Dentro del plan de defensa montado por el abogado del comandante Cortina, Rogelio Garc¨ªa, se pidi¨® la lectura de la declaraci¨®n del testigo Fernando Cadarso Preciado, amigo del procesado, quien indica que el 20 de febrero cen¨® con ¨¦ste en el restaurante del "Vips" de la calle Vel¨¢zquez, y all¨ª acordaron que se ver¨ªan al d¨ªa siguiente en El Escorial para hablar sobre una explotaci¨®n de caballos que el comandante quer¨ªa poner en marcha. A?ade que el d¨ªa 21 de febrero ambos visitaron una finca perteneciente a la madre del procesado y luego cenaron en un restaurante, en el que permanecieron desde las nueve hasta las doce de la noche, sin que en todo el tiempo que estuvieron juntos se entrevistara el comandante Cortina con nadie m¨¢s.

En la misma l¨ªnea de estrategia, la defensa del comandante Cortina pidi¨® la lectura de la declaraci¨®n del teniente de nav¨ªo Antonio L¨®pez Roland, quien testimonia que en la tarde del d¨ªa 20 de febrero se reuni¨® durante varias horas con el procesado para tratar cuestiones relacionadas con el CESID, al que ambos pertenecen. Ligada a esta declaraci¨®n se ley¨® tambi¨¦n la del capit¨¢n del CESID Francisco Garc¨ªa Almenta, quien afirma que la reuni¨®n que habitualmente celebraba el organismo cada viernes, se prolong¨® el d¨ªa 20 hasta m¨¢s all¨¢ de las diez de la noche. El declarante afirma que en la misma se habl¨® de un asunto de selecci¨®n de personal para un curso que iba a celebrarse. Dice que no puede revelar el lugar donde se celebr¨® la reuni¨®n, pero que estima que desde all¨ª hasta el "Vips" de la calle Vel¨¢zquez se tarda media hora.

El capit¨¢n Garc¨ªa Almenta manifiesta que el 21 de febrero, llam¨® a Cortina a El Escorial para darle novedades relativas al servicio. En lo que hace a los sucesos del 23-F, el testigo indica que la informaci¨®n relativa a los mismos fue obtenida por personal del CESID que se hab¨ªa desplegado por Madrid y que, dentro de este servicio se inclu¨ªa la presencia de varios miembros del organismo en el Congreso. Asegura Garc¨ªa Almenta que no conoc¨ªa a Tejero y que el capit¨¢n Iglesias, que est¨¢ procesado, no estuvo el 23-F en el Congreso, sino en el centro de operaciones de su unidad.

Otro miembro del CESID, el sargento de la Guardia Civil Miguel Sales Maroto, cuya declaraci¨®n se ley¨® luego, niega que ning¨²n miembro del organismo tuviera la orden de guiar a los guardias civiles que asaltaron el Congreso, que proced¨ªan de Valdemoro.

El abogado Garc¨ªa de Villalonga concluy¨® su turno de intervenciones afirmando que no iba a pedir la lectura de ninguna otra diligencia sumarial, pero solicit¨® que, no obstante, a efectos de su defensa, se tuvieran en cuenta las declaraciones de Tejero y el teniente coronel Quintero, ya le¨ªdas en anteriores sesiones.

La ocupaci¨®n de RTVE

Se di¨® luego lectura a la declaraci¨®n del director de Televisi¨®n Espa?ola, Miguel Angel Toledano V¨¢zquez, quien recuerda que a las 19.45 horas del 23+ estaba en el control central, cuando lleg¨® el capit¨¢n Merlo y pidi¨® una televisi¨®n port¨¢til para ver lo que estaban emitiendo. El testigo afirma que le dijo que ¨²nicamente pod¨ªa ofrecerle un receptor conectado a la red y que el capit¨¢n permaneci¨® en el edificio hasta que recibi¨® la orden de sus superiores de abandonar el lugar.

Eduardo Sotillos, entonces director de Radio Nacional, afirma en su declaraci¨®n, leida luego, que sigui¨® los acontecimientos del Congreso a trav¨¦s de un monitor de televisi¨®n. Indica que en Radio Nacional entraron un sargento y varios soldados, que pidieron que se emitieran marchas militares, pero que en ning¨²n momento hubo situaciones violentas. Precis¨® que sab¨ªa que existi¨® un manifiesto de apoyo a Tejero para ser emitido por Radio Nacional, a trav¨¦s de La Voz de Madrid, pero que, pese a estar grabado, el mismo no se emiti¨® por orden de Castedo.

Se procedi¨® luego a la lectura de aspectos de la declaraci¨®n de Pardo Santallana, ya leida, en la que ¨¦ste afirma que no se acordaba si el capit¨¢n Batista le hab¨ªa dado alguna misi¨®n. Dice que lo que Batista le dijo era que conoc¨ªa a Alvarez del Castillo, de la emisora La Voz de Madrid, y por ello se ofreci¨® a abrir camino en la. misma. Considera irrelevante este ofrecimiento del capit¨¢n Batista, al que considera un hombre leal.

Tambi¨¦n se ley¨® la declaraci¨®n del capit¨¢n Tamarit Navas, de la Divisi¨®n Acorazada, en la que afirma que el general Juste le hab¨ªa dicho en un determinado momento que en las declaraciones que se hicieran ante el juez instructor no se citara nada que no fuera importante. Es en base a ese comentario que el declarante afirma que no mencion¨® ante el juez instructor lo sucedido en La Voz de Madrid. Asegura luego que por parte de Batista no hubo iniciativa para ocupar la emisora, ya que no llevaba armas, aunque s¨ª los quince soldados que le acompa?aban.

Pol¨ªticos vigilados

A petici¨®n del defensor del capit¨¢n Acera Mart¨ªn se ley¨® el resumen hecho por el juez instructor sobre la actuaci¨®n de este encausado, donde se indica que entr¨® en el Congreso y el coronel Catal¨¢n le orden¨® que regresara, a lo que respondi¨® que no sab¨ªa en qu¨¦ autob¨²s hab¨ªa llegado ni qu¨¦ guardias hab¨ªan ido con ¨¦l, por lo que no regres¨®. Tambi¨¦n dijo que en el transcurso de la operaci¨®n lleg¨® a pensar que el director general de la Guardia Civil, general Aramburu, estaba implicado, y que la mayor parte del tiempo que estuvo en el Congreso permaneci¨® en el botiqu¨ªn.

Resumen del instructor

Despu¨¦s se ley¨® el resumen del instructor sobre la actuaci¨®n del teniente Alonso Arn¨¢iz, seg¨²n la cual ¨¦ste recibi¨® la orden del. capit¨¢n Mu?ecas de ir al Congreso, y mont¨® el servicio de vigilancia, a petici¨®n del mi sino capit¨¢n, de Felipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra, Santiago Carrillo, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n y el teniente general Manuel Guti¨¦rrez Mellado. Tambi¨¦n se ley¨® el auto de procesamiento de estos oficiales, en el que se se?ala que Tejero, por orden de Milans y con la colaboraci¨®n de Armada, hab¨ªa ocupado el Congreso de los Diputados, afirmando que ten¨ªa el respaldo del Rey.

A petici¨®n del defensor del capit¨¢n Batista Gonz¨¢lez fue le¨ªda la declaraci¨®n del teniente Jos¨¦ Luis Pulido Vicente, del Regimiento Mixto de Ingenieros de la Divisi¨®n Acorazada Brunete, que particip¨® en la primera ocupaci¨®n de Radio Popular, y que volvi¨® a su acuartelamiento a las nueve de la noche. Despu¨¦s se ley¨® la declaraci¨®n del director de esta emisora, Valent¨ªn Sebasti¨¢n Pardo, quien manifest¨® que los ocupantes le prohibieron usar el tel¨¦fono y la propia emisora, salvo para emitir m¨²sica militar o de otro tipo. Cuando le pregunt¨® con qui¨¦n estaba al teniente que mandaba la fuerza ocupante, ¨¦ste respondi¨® que con las leyes, y precis¨® que se refer¨ªa a la Constituci¨®n, cuando el director le volvi¨® a preguntar qu¨¦ entend¨ªa por las leyes.

Declaraci¨®n de Fernando Castedo

Despu¨¦s se ley¨® la declaraci¨®n de Fernando Castedo, director general de RTVE en el 23-F, quien dijo que minutos antes de la llegada de las tropas a las instalaciones del ente, su secretaria le comunic¨® que hab¨ªa recibido una llamada telef¨®nica anunciando la llegada de la fuerza. Primero entr¨® en su despacho un sargento, que le indic¨® que ten¨ªa orden de que se emitiera m¨²sica militar por Radio Nacional, y la programaci¨®n normal por TVE, excepto informativos. El sargento le pidi¨® un transistor para comprobar que se estaban cumpliendo estas instrucciones.

M¨¢s tarde se hizo cargo de la situaci¨®n un capit¨¢n. Cuando Castedo llam¨® por tel¨¦fono a Sabino Fern¨¢ndez Campo, secretario de la Casa del Rey, ¨¦ste le dijo que ignoraban la presencia de fuerzas militares en Prado del Rey, y pidi¨® hablar con el capit¨¢n, qui¨¦n respondi¨® que s¨®lo obedec¨ªa ¨®rdenes de sus superiores. Fern¨¢ndez Campo pidi¨® que fuera a la Zarzuela un equipo de grabaci¨®n, para emitir una nota. Las fuerzas se retiraron despu¨¦s de hablar el capit¨¢n que las mandaba con su coronel.

El comunicado en La Voz de Madrid

El relator ley¨® m¨¢s tarde la declaraci¨®n de Natividad Coter¨®n, t¨¦cnica de sonido de la emisora La Voz de Madrid, quien dijo que sobre las 19.30 horas lleg¨® a las instalaciones el capit¨¢n Batista, y que ¨¦ste no ejerci¨® presi¨®n sobre la programaci¨®n ni impuso que se emitiera comunicado alguno (al parecer el escrito de Tejero).

Jos¨¦ Molinuevo Castibeira, tambi¨¦n t¨¦cnico de La Voz de Madrid, declar¨® por su parte que el capit¨¢n Batista volvi¨® a la emisora a las 00.45 horas. El capit¨¢n entr¨® en el control, acompa?ado por el directivo de la emisora Enrique Alvarez del Castillo. Precis¨® que Batista no ejerci¨® ning¨²n control sobre la programaci¨®n, y que oy¨® hablar al capit¨¢n sobre un comunicado, -que fue el pasado a m¨¢quina en la propia emisora.

Alvarez del Castillo declar¨® por su parte que el personal de la emisora tuvo libertad de movimientos, que Batista no control¨® las instalaciones y que los soldados estuvieron merodeando por ellas. A las cuatro de la ma?ana lleg¨® a la emisora el capit¨¢n Dusmet, que entreg¨® un papel a Batista. A?adi¨® que, aunque no le dijeron que se leyera, ¨¦l lo entreg¨® al locutor, quien pidi¨® una orden por escrito para leerlo.

Felicitaci¨®n al personal

?lvarez le dijo, para ganar tiempo y evitar su emisi¨®n, que seria conveniente leer el comunicado en Radio Nacional. Llam¨® al control central, donde qued¨® grabado el programa, sin que se sepa qu¨¦ se hizo con la grabaci¨®n. A continuaci¨®n, el capit¨¢n Dusmet se march¨® de la emisora. El directivo precis¨® tambi¨¦n que el personal de La Voz de Madrid fue felicitado por evitar la trasmisi¨®n del mensaje.

A continuaci¨®n, a las 17.55 horas de ayer, se ley¨® el auto de procesamiento del capit¨¢n Batista, despu¨¦s de lo cual el presidente del Tribunal levant¨® la sesi¨®n hasta la ma?ana de hoy, viernes.