La sabidur¨ªa del tarot
"Existe un libro que, a pesar de ser enormemente popular y de que podemos encontrarlo en todas partes, es el m¨¢s desconocido y el m¨¢s oculto de todos porque contiene la llave de todos los dem¨¢s, obra monumental y singular, sencilla y fuerte, como la arquitectura de las pir¨¢mides, durable, en consecuencia, como ellas. Libro que resume todas las ciencias, y cuyas combinaciones infinitas pueden resolver todos los problemas; libro que hablando hace pensar. Acaso la obra maestra del esp¨ªritu humano, y con seguridad una de las cosas m¨¢s bellas que la antig¨¹edad nos ha legado". Esto es lo que nos explica Eliphas Levi en su libro sobre el tarot.Este libro se nos revela en 78 l¨¢minas, a modo de baraja.
El tarot es un lenguaje, una filosof¨ªa, un instrumento de predicci¨®n, un juego. Su origen es muy antiguo, puede llevar m¨¢s de 5.000 a?os de existencia. La hip¨®tesis m¨¢s aceptada atribuye su origen a los egipcios. En su carta primera vemos a Osiris en El mago, y a Isis en La sacerdotisa, en su seguinda l¨¢mina. Tambi¨¦n se citan otros or¨ªgenes, como China o India. Lo cierto es que parece ser un libro muy antiguo que perpet¨²a conocimientos secretos.
Esta sabidur¨ªa estaba en manos de magos, altos sacerdotes egipcios, y hasta es posible que el fara¨®n lo conociera tambi¨¦n. Viendo los egipcios, en el fin del imperio, su pr¨®ximo fin, transmiten el tarot en barajas corrientes, guardando intacta su simbolog¨ªa, pero no transmitiendo su significado, convirti¨¦ndose as¨ª, seg¨²n Ouspenski, a trav¨¦s dele ocio, en un juego o arte adivinatorio primitivo. Parece ser que se conserva de esta manera hasta el siglo XI, en que, seg¨²n distintas fuentes, entra a Europa por medio de los gitanos. Ya en la Edad Media es conocido e investigado por magos, cabalistas y bohemios. Sus versiones son conocidas en gran perte en la actualidad. En el siglo XV encontramos el tarot hecho para los Visconti. Es un maravilloso juego de colores e im¨¢genes.
Sabemos que cada pueblo tiene su propio sistema de pensamiento y meditaci¨®n cuya expresi¨®n es el habla. Si ese pueblo aprendi¨® a escribir tambi¨¦n tiene su lenguaje. De igual forma, el tarot representa una clase de lenguaje de iniciados, entendiendo por iniciado toda aquella persona que quiera entrar en su saber.
El conjunto de l¨¢minas consiste en un sistema de letras o signos de ese alfabeto, donde las im¨¢genes y colores aportan un comentario a esos signos. Podemos ligar al tarot con los jerogl¨ªficos del alfabeto misterioso que actualmente se denomina hebreo antiguo. Podr¨ªamos decir de ¨¦l que es un c¨®digo simb¨®lico. Lo que las palabras son al pensamiento, son los s¨ªmbolos a la intuici¨®n.
Cada s¨ªmbolo admite distintas interpretaciones en los diferentes planos o en las diferentes posturas, abre nuevos caminos por los que la mente viaje incansablemente, pues cada s¨ªmbolo conduce a otro, en una ininterrumpida concatenaci¨®n y asociaci¨®n.
Podemos llegar as¨ª en este juego imaginativo a la predicci¨®n. Entendemos como predicci¨®n una manera de pensar sobre un determinado tema con vistas a un futuro. El tarot ocupar¨ªa as¨ª un espacio entre lo conocido y lo a¨²n no conocido.
Como un ordenador
En diciembre de 1979 yo misma predije, gracias al tarot, la ca¨ªda pol¨ªtica del presidente norteamericano Carter, el atentado que m¨¢s tarde se produjo en la Moncloa y la guerra entre Ir¨¢n e Irak. Lo curioso es que, casi contra su voluntad, quise hacerle algunas predicciones a un periodista que me entrevistaba y le anticip¨¦ que se ir¨ªa a vivir al extranjero con un muy buen trabajo. El pron¨®stico se cumpli¨®, y ahora est¨¢ trabajando en M¨¦xico.
Hacia finales de 1980 me llamaron de Radio Nacional para que trazara un panorama de c¨®mo iba a ser el nuevo a?o 1981.
Entre otras, dije que morir¨ªa un miembro de la realeza europea, que finalmente fue la reina Federica. En ese mismo a?o hice predicciones p¨²blicas y, entre las principales, puedo citar: el dificil¨ªsimo per¨ªodo inicial que iba a tener Ronald Reagan, la ca¨ªda de Giscard d'Estaing, el deterioro de las relaciones entre el Vaticano y Polonia y el aplazamiento del anunciado viaje papal a Espa?a que proyectaba realizar en 1981.
Al a?o siguiente, en el programa de Ales, en la cadena SER, me preguntaron por el Papa despu¨¦s del atentado. Yo le¨ª en las cartas que el Papa no se iba a morir en ese momento, que se recuperar¨ªa, pero que al poco tiempo sufrir¨ªa una reca¨ªda de la cual volver¨ªa a salir airoso y poco a poco reiniciar¨ªa sus viajes. Tambi¨¦n, a trav¨¦s del tarot, anticip¨¦ graves acontecimientos en Polonia.
Por supuesto que el secuestro del padre de Julio Iglesias motiv¨® una serie de consultas, y yo asegur¨¦ en todo momento que terminar¨ªa bien y que el doctor Iglesias estaba sano y salvo y bien cuidado. Pronostiqu¨¦ que iba a ser rescatado por la polic¨ªa, y sus secuestradores, apresados, como efectivamente ocurri¨®.
Vivimos en un mundo de predicciones pol¨ªticas, sociales, econ¨®micas a nivel racional, realizados con elementos racionales, que se cumplen aproximadamente sobre los c¨¢lculos previstos. Pero para predecir sobre hechos de nuestra propia existencia o para prever situaciones personales no tenemos a¨²n elementos cient¨ªficos valederos. No me refiero aqu¨ª a ordenadores que controlar¨ªan o prever¨ªan perfectamente sobre nuestro cuerpo f¨ªsico, sino a elementos cient¨ªficos predictivos. Carecemos a¨²n de ellos. Por eso, este libro se presta a revelarnos el porvenir. Es uno de los m¨¦todos m¨¢s antiguos. Opera de manera semejante a un ordenador. Hay una entrada de datos y una respuesta como salida. Es decodificado a trav¨¦s de un int¨¦rprete, conocedor de su t¨¦cnica y de sus posibilidades.
Podemos jugar con ¨¦l. Hacerle preguntas. Seremos meros int¨¦rpretes de su sabidur¨ªa. Sus combinaciones son m¨²ltiples, sus historias son m¨¢gicas, sus respuestas son sorprendentes. Entendemos como m¨¢gico todo elemento que comporte innovaci¨®n y fascinaci¨®n; en suma, espect¨¢culo. As¨ª tambi¨¦n podemos ver en ¨¦l un juego de la imaginaci¨®n, de la fantas¨ªa.
Solamente un buen int¨¦rprete del tarot har¨¢ predicciones correctas. Echar las cartas, meterse en ese mundo m¨¢gico, coordinarlo con lo cotidiano, es una tarea maravillosa. En su lectura, en la traducci¨®n de sus s¨ªmbolos, se realiza un paseo en el tiempo y, en el espacio desde un confortable sill¨®n de la habitaci¨®n.
No es, evidentemente, el ¨²nico med¨ªo predictivo que conocemos, pero s¨ª es uno de los m¨¢s completos que poseemos.
El tarot estar¨¢ correctamente interpretado en el momento que sus predicciones se cumplan, cosa en que no se diferencia de otras interpretaciones del mundo, como puede ser la ciencia. Lo cual dar¨¢ una validez al lenguaje del tarot lejos de cualquier planteamiento esencialista esot¨¦rico. Hay que tener en cuenta que la interpretaci¨®n no responde a unas leyes de determinaci¨®n causal, sino que est¨¢ sujeta a las leyes de probabilidad.
Desde la perspectiva del otro, la interpretaci¨®n del tarot debe remitir a una reinterpretaci¨®n por su parte acorde con su marco de referencia personal. Es aqu¨ª donde radica la principal virtud a defender en el uso adivinatorio del tarot.
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