En la sesi¨®n de tarde Cortina insiste que no facilit¨® medios del CESID a Tejero

A las 16.00 horas se reanud¨® la vista contra los procesados por el intento de golpe de Estado. El comandante Cortina, interrogado por el fiscal, mantuvo, en l¨ªneas generales, la misma actitud que en las declaraciones que hizo al juez instructor. Neg¨® su participaci¨®n en la preparaci¨®n de la rebeli¨®n militar. Reconoci¨® Cortina que su hermano era consejero delegado de la empresa ASEPROSA, en una de cuyas oficinas, situada en la calle del Pintor Juan Gris, considera el fiscal en sus conclusiones que se celebr¨® el 21 de febrero de 1981 una reuni¨®n entre Armada y Tejero. Neg¨® tambi¨¦n que hubiera facilitado medios de transmisi¨®n, pertenecientes al CESID, a Tejero el 23F.

Cortina declar¨® que la primera noticia que la mencionada empresa tuvo de los sucesos del 23-F, fue a trav¨¦s de las conclusiones del fiscal y no cedi¨® sus locales para una entrevista. "De todas formas", precis¨® el procesado, "el CESID suele mantener- colaboraciones honorables con empresas. Estas colaboraciones suelen realizarse dentro de una gran discreci¨®n".Le pregunt¨® el fiscal a Cortina si era cierta la declaraci¨®n prestada por el sargento Rando, perteneciente al CESID en la fecha del 23-F que afirma que tras los sucesos de aquella jornada recibi¨® amenazas por parte de miembros del mismo centro. El comandante procesado neg¨® este: extremo y calific¨® de "lamenbles" las declaraciones del sargento Rando.

El fiscal quiso saber si el d¨ªa 20 de febrero estuvo en Madrid y qu¨¦ hizo durante la jornada. Cortina respondi¨® que pas¨® toda la tarde en una reuni¨®n de mandos del CESID, dedicada a. seleccionar personal, que concluy¨® a las diez de la noche. Reconoci¨® que el lugar, que mantuvo en secreto, se encuentra situado a unos 30 rninutos del VIPS de Vel¨¢zquez, donde asegur¨® que se reuni¨® con un amigo, Francisco Cadalso, para cenar y hablar de un negocio de cria de caballos, que ¨¦l quer¨ªa montar. Af¨ªadi¨® que, tras la cena, tom¨® una copa en un bar cercano a su casa y fue a comprar la prensa, luego se dirigi¨® a su domicilio para dormir.

-Fiscal: ?No es m¨¢s cierto que esa noche se reu.ni¨® usted con el ten¨ªente coronel Tejero y con el capit¨¢n G¨®mez Iglesias (procesado en la causa del 23-F y perteneciente al CESID) en la casa que usted tiene en la calle Biarritz de Madr¨ªd?.

-Cortina: No. Rotundamente, no.

Este procesado explic¨® a continuaci¨®n la disposici¨®n de los muebles de su domicilio en la calle Biarritz para contraponer su descripci¨®n a la hecha en el sumario, y en su interrogatorio en la vista oral, por el teniente coronel Tejero Neg¨® que Tejero hubiera estado alguna vez en su casa y que le dijera que iba a reunirse con el general Armada el d¨ªa 21 de febrero de 1981.

Cortina realiz¨® luego un alegato en el que se?al¨® que todos los testimonios contra ¨¦l part¨ªan de una declaraci¨®n del teniente coronel Tejero. El fiscal le dijo con dureza que hab¨ªa varios testimonios en su contra como el de Garc¨ªa Carr¨¦s y el de Milans, que sostiene que Ar mada le manifest¨®, el 23 de febrero, en conversaci¨®n telef¨®nica que Cortina era de confianza.

-Fiscal: ?Qu¨¦ hizo usted el d¨ªa 21 de febrero de 1981?.

-Cortina: Por la ma?ana, estu ve arreglando cuestiones personales y acud¨ª a mi destino. Sol¨ªa vol ver a casa hacia las cuatro de la tarde, pero ese d¨ªa regres¨¦ antes porque iba a reunirme con mi amigo el se?or Cadalso, que quer¨ªa montar un negocio de caballos.

-Fiscal: ?Sabe usted algo de caballos?.

-Cortina: No.

-Fiscal: ?No le parecen a usted muchas reuniones para hablar de un tema del que usted no sabe?.

-Cortina: Se trataba de un amigo.

-Fiscal: ?D¨®nde estuvo el 21 de febrero con su amigo Cadalso?

-Cortina: Primero, a media tarde, estuve en Monte-Escorial con mis padres. A las diez de la noche, me reun¨ª a cenar con Cadalso en el restaurante La Jenara.

Con tieinpo para venir a Madrid

-Fiscal: ?Le hubiera dado tiempo desde las ocho de la noche, hora en la que tiene declarado que dej¨® a sus padres, hasta las diez, en que dice que cen¨® con el se?or Cadalso, a trasladarse a Madrid?.

-Cortina: S¨ª.

-Fiscal: ?Le hubiera dado tiempo a participar en la reuni¨®n celebrada ese d¨ªa en la calle Pintor Juan Gr¨ªs entre Armada y Tejero, al que usted habr¨ªa llevado all¨ª?.

-Cortina: Pero es que mi cena con el se?or Cadalso comenz¨® a las nueve y media y, por lo tanto, no pod¨ªa darme tiempo.

-Fiscal: ?Cu¨¢ntas personas por orden suya entraron el 23 de febrero en el Congreso de los Diputados?.

-Cortina: Sobre las diez de la noche entr¨® el cabo primero Monje con un agente a sus ¨®rdenes. Sobre las dos y media de la madrugada del d¨ªa 24 entraron el capit¨¢n Camacho y el capit¨¢n Armada Sarria. Todos con el objetivo de informarse de lo que sucedia dentro.

-Fiscal: ?El cabo Monje es el mismo que, seg¨²n tiene declarado un testigo, dijo a voces que hab¨ªa trasladado al capit¨¢n Mu?ecas desde el paseo de las Delicias al Congreso de los Diputados el 23 de febrero?.

-Cortina: S¨ª, pero se trataba de la declaraci¨®n de un testigo...

-Fiscal: ?Era ese un elemento destacado del CESID, tan destacado que ten¨ªa un superior a sus ¨®rdenes?.

-Cortina: S¨ª. Bueno, pero eso era algo normal en el servicio.

A las 16.55 horas el fiscal renunci¨® a continuar preguntando al comandante Cortina y comenz¨® a interrogar al comandante su abogado defensor, Rogelio Garc¨ªa Villalonga, quien tras subrayar la confusi¨®n de fechas que tiene el teniente coronel Tejero sobre la reuni¨®n supuestamente celebrada en la calle Biarritz, plante¨® varias preguntas a su patrocinado.

-Garc¨ªa Villalonga: ?Qu¨¦ piensa usted de la forma de gobierno?.

-Cortina: No soy mon¨¢rquico por naturaleza, sino en la medida que lo impone la normativa vigente, que en este caso es la Constituci¨®n.

-Garc¨ªa Villalonga: ?Qu¨¦ requisitos se exig¨ªan para pertenecer al organismo al que usted estaba adscrito?.

-Cortina: Sentido de la lealtad, discreci¨®n y fidelidad de la informacion, fundamentalmente, aunque es muy dif¨ªcil delimitar esto con exactitud.

El comandante Cortina neg¨® su participaci¨®n en el golpe y anunci¨®, a preguntas de su propio defensor, que despu¨¦s de haber ,ido llamado a declararar por primera vez ante el juez instructor de la causa pidi¨® personalmente su cese, "ya que me parec¨ªa que el cargo era de confianza y al haber testirnoniado en un caso jur¨ªdico como ¨¦ste cre¨ª que deber¨ªa cesar".

Declar¨® este comandante que a Juan Garc¨ªa Carr¨¦s lo ha conocido en el curso del juicio y que a los dem¨¢s procesados no los vio en los d¨ªas previos al asalto, incluido el capit¨¢n Vicente G¨®mez, que se encontraba a sus ¨®rdenes. Asimismo explic¨® que fue lac¨®nico en las respuestas que le dio al juez instructor en sus primeras declaraciones sumariales porque estim¨® que as¨ª era m¨¢s objetivo, ya que no sab¨ªa nada de lo que se le estiba preguntando.

Sobre sus relaciones con el general Armada, dijo que hab¨ªa coincidido con ¨¦l en algunos actos oficiales. "Una vez, cerca de la casa de Armada, en la glorieta de San Bernardo o en la calle de Alberto Aguilera, nos vimos y charlarnos unos tres minutos, a instancias m¨ªas. Yo quer¨ªa explicarle un poco lo que era el CESID para borrar la mala prensa que suele tener este organismo a efectos de destino, ya que por entonces se hablaba del nombramiento del general Aranada como segundo jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito".

A continuaci¨®n se procedi¨® al turno de preguntas por parte del resto de los defensores. Ante la pregunta, ?cu¨¢l era la norma de los emolumentos que se cobraban por determinados servicios de colaboraci¨®n con empresas privadas, prestados por el CESID?, formulada por el defensor de Mil2ins, Cortina respondi¨®: "Hay una orden ministerial que regula eso, pero no voy a especific¨¢rsela ya que debo anteponer al leg¨ªtimo derecho de defensa no perjudicar m¨¢s los intereses de la seguridad nacional".

Tras un pregunta del abogada de Armada para intentar saber si los d¨ªas 19, 20, 21 o 22 de febrero de 1981 se entrevist¨® con su patrocinado, que recibi¨® respuesta negativa, tom¨® la palabra el letrado Gerardo Quintana, quien se interes¨® sobre si las empresas con las que a veces colaboraba el CESID eran de seguridad. Cortina le dijo que se dedicaban a muchas cosas, entre ellas la seguridad.

Dijo este comandante a continuaci¨®n, siempre a instancia del abogado Quintana, que en su secci¨®n del CESID caus¨® sorpresa el asalto al Congreso y que ignoraba si en otras secciones del organismo se ten¨ªa informaci¨®n previa de lo que iba a suceder el 23-F. Quintana seguidamente hizo la siguiente pregunta: ?Podr¨ªa haber ordenado el mando del CESID que se mantuviera el secreto sobre hechos relacionados con el 23-F?.

"Creo que no", respondi¨® Cortina, "de cualquier forma, desde que una persona dejara el destino y fuera procesado, se le relevar¨ªa de este secreto. A m¨ª no se me ha pedido que mantenga ninguna reserva".

El presidente del Tribunal decidi¨® a las 18.00 horas levantar la sesi¨®n hasta hoy, una vez que el abogado que estaba interrogando al comandante Cortina manifest¨® su intenci¨®n de no plantear nuevas preguntas.