Violencia y humor

Varias tribus prehist¨®ricas se enfrentan entre s¨ª. La lucha por su supervivencia es tan precaria, los conocimientos que tienen sobre la vida son a¨²n tan escasos que s¨®lo la violencia les permite apoderarse del nuevo elemento, imprescindible ya para combatir el hambre y el fr¨ªo: el fuego. Ninguna de esas tribus sabe c¨®mo encenderlo. Creen que su misi¨®n se limita a mantenerlo vivo, y en una de sus cotidianas batallas por apoderarse de la llama sagrada, el fuego muere. De nuevo el principio de todas las cosas, la desolaci¨®n, la impotencia.Tres j¨®venes son encargados de ir En busca del fuego. La pel¨ªcula observa su viaje en el que, l¨®gicamente, la violencia de otros seres humanos, de animales salvajes o de la propia naturaleza van apareciendo espor¨¢dicamente. Tambi¨¦n, el amor. Un amor salvaje, duro, impersonal, al principio; m¨¢s tarde, la pasi¨®n de la pareja, con las ilusiones y trabas que a¨²n hoy perviven.

Estamos ante una pel¨ªcula ins¨®lita en la que se mezclan informaciones hist¨®ricas (a veces deformadas, con leves anacronismos) col elementos l¨®gicamente inventados que diferencian a los personajes centrales, confiri¨¦ndoles caracter¨ªsticas propias que la ausencia total de di¨¢logos hac¨ªa muy dif¨ªcil. En busca del fuego se abre a distintas sugerencias sobre el ser humano que, contemplado en el espejo caricaturesco del hombre prehist¨®rico, hace hincapi¨¦ en la eterna groser¨ªa, en lo grotesco. El esquematismo e ignorancia de este hombre primitivo, su desvalimiento, su ternura, sintetizan muchas constantes de la Historia.

Jean Jacques Annaud, su director, ha elegido una l¨ªnea cercana al documental donde no estorban ni faltan los elementos propios de una narrativa tradicional. El acierto fundamental de su trabajo es precisamente el haber encontrado una forma de contar que toma de varios g¨¦neros y tendencias sus mejores aspectos; a ¨¦l habr¨ªa que a?adir los de la composici¨®n de personajes, la localizaci¨®n de exteriores y la calidad de la banda de sonido.

Cierto que no ha podido eludir un ligero toque burgu¨¦s, de sal¨®n, con gui?os elementales que amenazan con conducir su proyecto por caminos obvios. Quedan engullidas esas tentaciones por la originalidad del planteamiento. Los cuatro a?os de trabajo, el rigor de la planificaci¨®n y el importante presupuesto econ¨®mico, sufragado con capital norteamericano, condicionan unos resultados que llegan incluso a entusiasmar.