B¨¦lgica suprime las ventajas del cambio oficial que disfrutaban los emigrantes
Terremoto en el mundo de la emigraci¨®n en B¨¦lgica. El Instituto de Cambio ha enviado a todos los bancos instrucciones precisas para evitar que, como ven¨ªa ocurriendo por tolerancia desde hace a?os, los trabajadores extranjeros env¨ªen remesas de dinero benefici¨¢ndose del cambio oficial, mucho m¨¢s ventajoso que el libre.
Entre los afectados por esta medida se encuentran m¨¢s de 60.000 emigrantes espa?oles. Hasta el pasado 8 de marzo, cualquier trabajador pod¨ªa enviar a su pa¨ªs de origen, al cambio oficial, no importa qu¨¦ cantidad de francos belgas en concepto de ayuda familiar, salario, ahorro o pensi¨®n. La persona que recib¨ªa la remesa pod¨ªa ser la misma que la enviaba, lo que permit¨ªa que los trabajadores espa?oles, por ejemplo, enviaran dinero a buen cambio a las llamadas cuentas del emigrante, que se beneficiaban tambi¨¦n de determinadas ventajas en nuestro pa¨ªs.A partir de ahora, y seg¨²n una circular de estricta aplicaci¨®n enviada por las autoridades belgas, s¨®lo podr¨¢ utilizarse el cambio oficial para operaciones de ayuda familiar, y esas operaciones deben cumplir las condiciones siguientes: el beneficiario no puede ser el mismo que env¨ªa el dinero, no pueden solicitar el cambio oficial los pensionistas, los comerciantes independientes, los profesionales por libre ni los funcionarios de embajadas u organismos internacionales; hay que probar que la cantidad transferida est¨¢ en relaci¨®n con el salario (nunca m¨¢s del 50% del mismo y eso, siempre que le queden al que env¨ªa un m¨ªnimo de veinte mil francos) y las operaciones no se pueden realizar con demasiada frecuencia.
El Instituto de Cambio puede exigir en cualquier momento prueba de que se trata, realmente, de una ayuda a un familiar.
Quiere decirse que si un emigrante espa?ol en B¨¦lgica quiere seguir manteniendo su cuenta de emigrante, con las ventajas que ello le supone desde el punto de vista de la legislaci¨®n espa?ola, debe enviar sus remesas -sin cantidad tope, eso s¨ª- al cambio libre. La diferencia, seg¨²n el mercado de ayer, es considerable: 291 pesetas por cada mil francos.
La legislaci¨®n belga establec¨ªa dichas condiciones, con cierta ambig¨¹edad, desde hace a?os, pero no se exig¨ªa su cumplimiento como demuestra la sorpresa que provoc¨® la circular en medios bancarios. Un conocido banco de Bruselas se vio obligado, por ejemplo, a anular todas las operaciones de este tipo que hab¨ªa realizado el mismo d¨ªa que recibi¨® la circular. La circular recuerda que los trabajadores emigrantes que infrinjan la normativa pueden ser objeto de multas y hasta de penas de prisi¨®n.
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