Juan Ramos: "El eurocomunismo reduce al militante a pegar carteles y pedir votos"
Juan Ramos Camarero, secretario general del Partido de los Comunistas de Catalu?a (PCC) -formado a partir de una escisi¨®n del PSUC- naci¨® hace 38 a?os en Illora (Granada). Afincado en Cornell¨¢ de Llobregat (Barcelona) ejerci¨® durante a?os su profesi¨®n de maestro industrial metal¨²rg¨ªco en la empresa SIEMENS, ingresando en los a?os sesenta en Comisiones Obreras CC OO y en el PSUC, si bien trabaj¨® dentro de los sindicatos verticales y fue a la vez jurado de su empresa. En ambos organismos ha desempe?ado cargos de responsabilidad, ya que ha sido secretario general de la Confederaci¨®n del metal de CCOO, miembro de la comisi¨®n ejecutiva nacional de Catalu?a y del consejo confederal. Perteneci¨® al comit¨¦ ejecutivo del PSUC hasta su expulsi¨®n el pasado mes de diciembre. Fue diputado en las Cortes de junio de 1977 y en la actual legislatura, dimitiendo para presentarse a las elecciones al Parlamento catal¨¢n, resultando diputado.Pregunta.- La aparici¨®n del Partido de los Comunistas de Catalu?a (PCC) es consecuencia de la ruptura del partido que m¨¢s acendradamente hab¨ªa venido proponiendo la unidad de la izquierda. ?No es ello una contradicci¨®n?
Respuesta.- En modo alguno, porque no hemos sido nosotros quienes hemos querido irnos, nos han echado y en. ese sentido no nos incumbe la responsabilidad hist¨®rica. Pero adem¨¢s, se maneja frecuentemente un concepto falso de unidad. Hay, en primer lugar, alianzas que se establecen a nivel de coincidencias para la defensa de las libertades democr¨¢ticas o del estatuto, y en eso nos aliamos, sin hacerlo de forma vergonzante, con partidos como Convergencia o Esquerra Republicana. Pero hay tambi¨¦n alianzas de clase, con vistas a recuperar la hegemon¨ªa de la izquierda en Catalu?a, perdida en las ¨²ltimas elecciones, y estas alianzas no deben llevarse a cabo sino en funci¨®n de propuestas pol¨ªticas concretas, no en base a alianzas naturales con los socialistas, pongo por caso, porque no las hay. Unidad no puede significar en modo alguno dejaci¨®n de principios pol¨ªticos.
P. Cosa que, seg¨²n el PCC, ha hecho el PSUC.
En efecto, el proceso de la transici¨®n se ha llevado a cabo bajo la hegemon¨ªa de la derecha. Eso, y la necesidad de llegar a amplias capas de la poblaci¨®n, ha comportado que los partidos de izquierda, y tambi¨¦n el PSUC, hayan hecho dejaci¨®n de sus principios estrat¨¦gicos para acentuar propuestas pol¨ªticas que, desde un cierto oportunismo, constre?¨ªan la acci¨®n pol¨ªtica al aparato de Estado olvidando al militante. Nosotros pretendemos no caer en ese electoralismo.
P.- Sin embargo, el partido se presenta con vocaci¨®n electoral y no testimonial .
R.- Naturalmente, porque no somos un partido marginal ni ajeno a Catalu?a. Tenemos 7.500 militantes y. podemos demostrarlo. Eso significa una implantaci¨®n real en la sociedad. Y no decimos que vamos a recuperar los porcentajes de votos obtenidos hasta ahora porque la divisi¨®n del PSUC nos afectar¨¢ negativamente, pero s¨ª que creemos que podemos recuperar buena parte de la militancia perdida entre el a?o 1977 y la escisi¨®n.
P.- Una perdida de militancia considerable, ya que el PSUC lleg¨® a contar con m¨¢s de 40.000 carn¨¦s en 1978.
R.- S¨ª, de 40.000 se pas¨¦ a 17.000 en el V Congreso y a unos 12.000 o 13.000 en el momento de la escisi¨®n. Y eso es responsabilidad colectiva, no vamos a decir que exclusiva de los eurocomunistas, aunque ellos han tenido parte importante de culpa, porque el eurocomunismo representa un giro ideol¨®gico con consecuencias en el terreno organizativo. El eurocomunismo abandona la formaci¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica para hacer del militante un instrumento que pega carteles o pide votos, nuestro reto es invertir eso y conseguir que el militante tenga vida de partido, aporte y discuta, que se sienta dirigente. Si lo conseguimos es seguro que quienes han abandonado la militancia aburridos, volver¨¢n.
P.- ?Cu¨¢les desear¨ªa que fueran sus relaciones con los partidos del Este?
R.- De colaboraci¨®n. No ser¨ªamos un partido serio si no mantuvi¨¦ramos una actitud cr¨ªtica frente a las experiencias socialistas.
Pero esa actitud no puede confundirse con hacer causa com¨²n con los imperialistas. No tenemos adhesiones ciegas, pero reconocemos el papel desempe?ado por los pa¨ªses socialistas en el avance hacia el socialismo y en la lucha por la paz y el desarme a nivel mundial.
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