Argentina puede recurrir al Pacto Interamericano en caso de confrontaci¨®n con Gran Breta?a

A medida que crece la tensi¨®n en el Atl¨¢ntico Sur y las negociaciones para la b¨²squeda de una soluci¨®n pac¨ªfica de la crisis contin¨²an estancadas se extiende el temor de que un enfrentamiento entre Argentina y el Reino Unido pueda derivar hacia una r¨¢pida internacionalizaci¨®n del conflicto, con consecuencias incalculables para la paz mundial.

Por el momento, tanto Londres como Buenos Aires parecen decididos a evitar cualquier hostilidad mientras el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, prosiga con su actividad mediadora.La Armada argentina no expone sus naves, que permanecen fuera de la "zona de guerra" declarada por el Reino Unido, y los submarinos ingleses esperan aparentemente la llegada de la flota expedicionaria, que podr¨ªa estar "a la vista" el pr¨®ximo fin de semana.

Los momentos de m¨¢xima tensi¨®n se producir¨¢n previsiblmente, pues, la semana que viene si las "nuevas ideas" anunciadas por Alexander Haig no fructifican en una salida aceptable para ambas partes.

La invocaci¨®n por parte de Argentina del Tratado de R¨ªo de Janeiro ser¨ªa la primera internacionalizaci¨®n del conflicto. Buenos Aires no ha recurrido a¨²n a ese pacto de asistencia rec¨ªproca para dar tiempo a la gesti¨®n mediadora de Haig, pero sin duda lo har¨¢ en cuanto se produzca el primer choque armado o cuando se cieguen definitivamente los cauces diplom¨¢ticos.

De los treinta pa¨ªses miembros de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), s¨®lo veintiuno son signatarios del Tratado de R¨ªo y, dado que los ausentes son los caribe?os angl¨®fonos, excepto Trinidad-Tobago, favorables a Londres-, Argentina podr¨ªa obtener f¨¢cilmente la mayor¨ªa necesaria para que se condene la agresi¨®n de una potencia extracontinental contra la que los Estados miembros deber¨ªan aplicar sanciones, incluso la fuerza militar.

Per¨² ha ofrecido respaldo militar a Galtieri y la Prensa de Buenos Aires se hac¨ªa eco ayer de los rumores sobre una moderna escuadrilla de cazabombarderos peruanos que habr¨ªa llegado ya a una base militar del sur de Argentina. Bolivia, por su parte se ha declarado dispuesta a enviar sus aviones y ofrece todo tipo de apoyo log¨ªstico para las tropas argentinas en caso de conflicto con el Reino Unido.

La hipot¨¦tica colaboraci¨®n militar de otros pa¨ªses latinoamericanos, que, como Venezuela y Ecuador, se han limitado hasta ahora a un respaldo pol¨ªtico de la postura argentina, podr¨ªa tratarse durante la reuni¨®n de los jefes de las fuerzas a¨¦reas de todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina.

Brasil, la otra potencia militar de Suram¨¦rica, ha enviado una importante flota naval hacia el sur de sus aguas territoriales, aunque la versi¨®n oficial es que se trata de maniobras rutinarias y que el desplazamiento de los submarinos, fragatas y corbetas brasile?os no est¨¢ relacionado con la crisis de las Malvinas. Brasil podr¨ªa ejercer un papel de mediador y, seg¨²n una informaci¨®n aparecida ayer en el Jornal do Brasil, los Gobiernos brasile?o y argentino alcanzaron recientemente una serie de acuerdos secretos, incluido el ¨¢mbito militar, sobre esta crisis.

Una guerra en el Atl¨¢ntico Sur podr¨ªa desembocar tambi¨¦n en choques entre Argentina y Chile, que mantienen una larga disputa sobre la soberan¨ªa en el canal de Beagle, que est¨¢ ahora bajo mediaci¨®n del Vaticano. La alianza entre Argentina y Per¨² (que tiene reivindicaciones territoriales en Chile) y la acci¨®n militar argentina en las islas australes produce los l¨®gicos recelos en Chile, que teme una futura acci¨®n similar en el Beagle. Un enfrentamiento entre el Reino Unido y Argentina podr¨ªa suponer una excelente ocasi¨®n para una intervenci¨®n militar chilena.

Por ¨²ltimo, la presencia de cinco buques sovi¨¦ticos en aguas del Atl¨¢ntico Sur s¨ª parece confirmada, y dos de esos nav¨ªos, uno de los cuales es el barco oceanogr¨¢fico Akademik Knipovich, recalaron en el puerto argentino de Ushuaia, capital de la Tierra del Fuego. Estos barcos est¨¢n dotados de un sofisticado equipo de comunicaciones.

El general Galtieri advirti¨® a Haig, seg¨²n se comenta en Buenos Aires, que, en caso de que Argentina se viera acorralada militarmente, podr¨ªa pedir- ayuda a cualquier potencia, incluida la Uni¨®n Sovi¨¦tica.