Miguel Delibes y Torrente Ballester comparten el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras 1982

Miguel Delibes y Gonzalo Torrente Ballester fueron elegidos ayer en Oviedo premios con igual m¨¦rito Pr¨ªncipe de Asturias de la Letras 1982. Los reiterados empates registrados entre los miembros del jurado motivaron una consulta al presidente de la Fundaci¨®n del Principado de Asturias, Pedro Masaveu, quien respondi¨® afirmativamente ante las dudas planteadas por los jurados sobre la posibilidad de entregar a cada galardonado la cantidad de un mill¨®n de pesetas y una escultura de Joan Mir¨®. La decisi¨®n de dar el importe ¨ªntegro del premio a cada uno de los elegidos ha sido adoptada con car¨¢cter excepcional.

El acta, firmada a media ma?ana de ayer, dice textualmente que "el jurado, al premiar a estos dos grandes escritores, ha querido hacer patente su admiraci¨®n por las obras de ambos, tan diferentes entre s¨ª y, sin embargo, tan profundamente expresivas de la realidad espa?ola contempor¨¢nea, observada en territorios muy significativos, con singular amor y fidelidad. En los dos casos, su capacidad de invenci¨®n y de exposici¨®n se ha manifestado en un dominio magistral de nuestra lengua, que garantiza su pervivencia en la historia de la literatura espa?ola".Instantes despu¨¦s de la firma del acta, Camilo Jos¨¦ Cela manifest¨® que le produc¨ªa una gran alegr¨ªa que dos compa?eros de oficio consiguieran el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras. Por su parte, Antonio Gala calific¨® a ambos escritores de "dos genios del relato".

Los debates que condujeron a este desenlace se realizaron en medio de fuertes discrepancias y tensiones, entre las que no falt¨® un pu?etazo dado sobre la mesa por Camilo Jos¨¦ Cela. Sin embargo, todos ellos coincidieron en aprobar la propuesta de Cela, que fue el primero en poner sobre la mesa los nombres de Torrente Ballester y Delibes.

Las dificultades surgieron en el momento de tener que optar por uno de los dos. A partir de entonces, aparecieron dos bloques n¨ªtidamente diferenciados, que no han conseguido ponerse de acuerdo. Todos los tanteos y votaciones formales realizados arrojaron siempre el resultado de empate a cuatro. A la vista de c¨®mo discurr¨ªan las cosas, Pedro La¨ªn lleg¨® a afirmar que, aunque el reglamento le permitiera -que no se lo permite- emitir, como presidente, el voto de calidad, renunciar¨ªa a ¨¦l.

Una vez llegados al convencimiento de que estaban ante un callej¨®n sin salida, los jurados requirieron la presencia del director de la Fundaci¨®n del Principado de Asturias, Graciano Garc¨ªa, para recabar informaci¨®n sobre el criterio de esta instituci¨®n cultural, responsable de los premios, en el previsible supuesto de que se mantuviera el empate. Graciano Garc¨ªa invoc¨® la soberan¨ªa del jurado.

Ninguno de los galardonados con el premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras 1982 figuraba en la relaci¨®n de las propuestas formuladas previamente al jurado por diversas instituciones y organismos. Las deliberaciones comenzaron por decidir la conveniencia de premiar a un espa?ol o a un latinoamericano. Camilio Jos¨¦ Cela y el propio escritor mexicano, Juan Rulfo, se mostraron partidarios de dar preferencia a los espa?oles. A, Cela se le atribuye haber dicho, en el fragor de las discusiones: "Yo no defiendo jam¨¢s la literatura de quiosco", mientras que el autor de Pedro P¨¢ramo consider¨® superiores a los escritores de Espa?a y defendi¨® que la base de los premios Pr¨ªncipe de Asturias sea espa?ola, para pensar, en a?os posteriores, en autores de Latinoam¨¦rica.

Al triunfar la corriente de Cela y Rulfo, quedaron autom¨¢ticaente descartados candidatos como Vargas Llosa y Julio Cort¨¢zar, que hab¨ªan sido barajados.

Ha transcendido, por otra parque Juan Rulfo declin¨® la invici¨®n que le hizo la ministra de Cultura, Soledad Becerril, para asistir a la entrega del Premio Cervantes. La respuesta de Rulfo podr¨ªa estar relacionada, seg¨²n fuentes solventes, con su escasa simpat¨ªa hacia su compatriota Octavio Paz, ganador de dicho premio. Juan Rulfo asistir¨¢ con otros intelectuales, el pr¨®ximo d¨ªa 23, a una recepci¨®n que ofrecer¨¢ el Rey Don Juan Carlos en la Zarzuela.