El tel¨¦fono, un servicio esencial y una industria estrat¨¦gica, en manos de una compa?¨ªa privada
Doce millones de abonados que pagan religiosamente las tarifas que se les imponen, m¨¢s de 90.000 puestos de trabajo, un presupuesto muy superior al de la mayor parte de los ministerios y la gesti¨®n de un servicio p¨²blico vital para el pa¨ªs, como ha puesto de manifiesto el reciente atentado de ETA, dependen de una empresa privada. La Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a (CTNE), germen en los a?os 20 de la todopoderosa multinacional ITT, es un caso sui generis en Europa en cuanto a la gesti¨®n de los servicios de telefon¨ªa. El Estado, accionista minoritario, cuenta con una delegaci¨®n del Gobierno en el consejo de administraci¨®n de la CTNE (m¨¢s testimonial que efectiva) y se limita a autorizar los incrementos de tarifas y a recaudar cerca de 50.000 millones anuales -entre dividendos, canon e impuestos- del servicio telef¨®nico.
El sill¨®n de la presidencia de Telef¨®nica, retiro dorado para exministros, ha sido ocupado en los ¨²ltimos a?os por el exministro de Agricultura de Franco, Tom¨¢s Allende y Garc¨ªa Baxter, (a quien se le di¨® una indemnizaci¨®n de 20 millones de pesetas y la presidencia de una compa?¨ªa de la CTNE al cesar en ¨¦sta) y por el ex ministro ucedista Salvador S¨¢nchez Ter¨¢n.La presidencia de la Compa?¨ªa Telef¨®nica, desde la que se gestionan con escaso control p¨²blico unos 560.000 millones de pesetas, entre capital y reservas, e inversiones anuales muy superiores a los 100.000 millones de pesetas, es uno de los puestos mejor retribuidos de nuestro pa¨ªs.
De la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a, que cuenta con una veintena de empresas filiales o participadas, depende todo un sector industrial -el electr¨®nico y de las telecomunicaciones- considerado estrat¨¦gico y de futuro en el mundo.
El 80% de las compras del sector dependen de la CTNE, que a su vez participa en el capital de industrias creadas con multinacionales extranjeras (caso de Standard con ITT o Intelsa con Erickson) que se hacen la competencia entre s¨ª.
No obstante, y a pesar de la importancia de las compras y de la planificaci¨®n de la CTNE para el mantenimiento y desarrollo de esta industria en Espa?a, el propio presidente de Standard (empresa participada por Telef¨®nica) declaraba hace unas semanas en el Congreso: "No hay derrumbamiento de las inversiones de Telef¨®nica, pero s¨ª una fuerte desaceleraci¨®n.
Los programas de inversi¨®n de Telef¨®nica se encuentran ya lejos de aquellos ritmos del 20% anual acumulativo en t¨¦rminos reales, que pudieron serle propios en los a?os 70 y finales de los 60".
Y a?ad¨ªa que lo que hab¨ªa cambiado radicalmente era la estructura de estas inversiones, siendo cada vez menor la parte destinada a los equipos que tiene que suministrar la industria especializada de telecomunicaciones.
Salvador S¨¢nchez Ter¨¢n, gestor del Plan Cuatrienal de Inversiones de la CTNE en su etapa de ministro, anunci¨® recientemente que ante la ca¨ªda de la demanda iba a hacer el esfuerzo de mantener en 1982 las inversiones realizadas en el pasado a?o.
Esto significa, no obstante, una revisi¨®n a la baja de las primitivas previsiones del Plan Cuatrienal. Coincidiendo en el tiempo, varias empresas del sector (caso de Standard, Marconi o Citesa) atraviesan una profunda crisis y gestionan fuertes reducciones de plantilla.
Cuenta de resultados
Por otra parte la cuenta de resultados de Telef¨®nica, pese a que el a?o pasado reparti¨® un dividendo del 11% a los accionistas, empeora ejercicio tras ejercicio. Se est¨¢ dedicando menos de un 5% a amortizaciones, pese a la contenci¨®n de gastos de personal, y ¨¦sto puede ser muy grave a la larga porque los equipos se quedan obsoletos.Los gastos financieros han subido al 40%, cifra dif¨ªcilmente sostenible por cualquier empresa.
La industria privada del sector, las centrales sindicales y el primer partido de la oposici¨®n parlamentaria, el PSOE, han denunciado en varias ocasiones el escaso control p¨²blico que se ejerce sobre la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a.
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