El mar es una trinchera
As¨ª en la guerra como en la guerra. Los de La Trinca son casi malvinos, a bordo de una trincadura sin patria estable, que hacen del mar castellano-catal¨¢n (o viceversa) una trinchera. Y se defienden: actuaciones por millares, decenas de discos, nueve espect¨¢culos musicales y tres millones de elep¨¦s vendidos: "El ¨²ltimo fue de platino. Y se?ala que, entre las actuaciones, estamos muy orgullosos de las tres dadas en Madrid". Barullo. A?adido solemne: "Pero nadie ha de olvidarse de aquella vez que actuamos en Andorra". La Trinca y Mar¨ªa del Mar actuaron juntos el pasado martes en el palacio de los Deportes en el marco de las fiestas de San Isidro.Los de La Trinca (Jos¨¦ Mar¨ªa, Toni y Miguel Angel) llevan ya casi veinte a?os en alta mar: "Al principio cant¨¢bamos muy mal y solamente para turistas". Ahora han venido a cantarle a San Isidro: "Nunca hemos tenido problemas en Madrid con el idioma. El lenguaje es una barrera de humo que se disipa a la segunda canci¨®n. Si no venimos m¨¢s es porque no nos llaman, porque no nos obligan a salir de la cama".
Venden discos como pocos: "En Catalu?a salimos a disco por familia". Pero prefieren el espect¨¢culo en directo: "Un estudio de grabaci¨®n es una cosa un poco s¨®rdida. Nos tenemos que animar con moriles o con lo que sea". Carcajadas al t¨¦rmino del matiz: "Menos mal que somos excelentes profesionales y superamos bien la adversidad". En su despensa hay grandes lotes de eclecticismo: "Todo vale.
Lo que importa es la calidad. Ahora, con la democracia, es m¨¢s f¨¢cil trabajar, pues nosotros somos partidarios de llamar a las cosas por su nombre".
En virtud de esto ¨²ltimo que confiesan son invitados a opinar sobre los hist¨®ricos de la nova can?o: "Te¨®ricamente al menos, somos amigos de todos. Hace unos a?os formaban una especie de cooperativa, realizaban acciones conjuntas, participaban en un mismo impulso ideol¨®gico. En la actualidad, cada cual tiene que defenderse con un estilo que le sea propio. Son ya cantantes con m¨¢s solera, con m¨¢s experiencia, con m¨¢s a?os...". Y con un p¨²blico m¨¢s exigente: "Se acab¨® aquello de salir por la cara, con una bombilla, un tel¨®n de saco y una silla plegable. Ya no importa s¨®lo lo que se dice, sino la manera de decirlo".
Eso mismo han ido aprendiendo ellos, en carne propia, a trav¨¦s de t¨ªtulos m¨ªticos que brotan desde 1969: Tots som pops, Festa Major, L'orgue de gats, Xauxa, Mort de gana, Trincameron, Set anys i un dia, Opus deu, Trempera matinera, Don Jaume, Pel broc gros y Nou de Trinca. Parte del diario de esta traves¨ªa figura en los tres discos que componen su Antolog¨ªa (Ariola, 01A0151-6).
La Trinca llama a las cosas por su nombre. Y en, Madrid hasta lo han hecho en castellano: "Lo que no estar¨ªa bien es que hici¨¦semos lo mismo en Catalu?a. Pero nosotros no dramatizamos ese viejo asunto. Porque, si fu¨¦semos a Londres, tampoco tendr¨ªamos inconveniente en cantar en ingl¨¦s".
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