La batalla de San Carlos

Cuando las tropas brit¨¢nicas desembarcaron el viernes en la zona de San Carlos, unos comandos brit¨¢nicos, que llevaban tiempo all¨ª, se les unieron. El desembarco dur¨® toda la noche concentrado en tres puntos distintos. Unos cinco mil soldados brit¨¢nicos bajaron a tierra.Era la noche del jueves. Los buques anfibios brit¨¢nicos zarparon del extremo oriental de la zona de bloqueo de las islas Malvinas para congregarse con otros buques al norte de San Carlos, por encima de la extremidad del canal que separa a las dos islas.
La flotilla brit¨¢nica, unos veinte barcos en total incluidos los buques de apoyo, entr¨® en el canal, mientras otras fuerzas procedieron a lanzar ataques de diversi¨®n en otros lugares para confundir al enemigo. En una de estas incursiones contra la posici¨®n argentina de la pen¨ªnsula de Fanning Head, a unos diez kil¨®metros de San Carlos, los brit¨¢nicos hicieron nueve prisioneros.
Medianoche en las Malvinas (4.00 del viernes en Madrid), los buques de escolta tomaron posiciones defensivas en las aguas del canal para concentrarse en operaciones ant¨ªa¨¦reas y antisubmarinas y dar cobertura con sus ca?ones a las fuerzas de asalto. Los portaviones se mantuvieron alejados al este de las islas, fuera del alcance el enemigo.
A las dos de la madrugada, los brit¨¢nicos lanzaron tres desembarcos en las arenosas playas de San Carlos y de Puerto San Carlos y de la bah¨ªa de Ajax. Silencio y "sorpresa total", se?al¨® a los periodistas el coronel de marines, Tim Donkin, que proporcion¨® gran parte de estos detalles. En estas playas se les unieron elementos, seguramente de los comandos SBS y SAS, que hab¨ªan desembarcado con anterioridad.
All¨ª estaban los buques anfibios Intrepid y Fearless y el crucero Canberra, mientras que lanchas m¨¢s peque?as se mov¨ªan constantemente entre las playas y los barcos. Establecidas dos cabezas de playa, y mientras se consegu¨ªa el desembarco apoyado por helic¨®pteros, las fuerzas brit¨¢nicas se dirig¨ªan a trav¨¦s de terrenos pantanosos a una posici¨®n m¨¢s alta. "A la salida del sol", asegur¨® Donkin, "ten¨ªamos asegurada una muy atractiva posici¨®n de defensa".
La bandera brit¨¢nica vuelve a ondear sobre las Malvinas. Sus tropas llegaron al poblado de San Carlos, donde cincuenta habitantes les acogieron "entusiasinados" y les ayudaron- a transportar las municiones con sus tractores.
El cuarto desembarco
Con el sol, lleg¨® el cuarto desembarco, esta vez con helic¨®pteros, sobre el poblado de San Carlos. Las fuerzas brit¨¢nicas se encuentraron aqu¨ª con una "d¨¦bil compa?¨ªa enemiga" que huy¨®, no sin antes derribar dos peque?os helic¨®pteros Gazelle de los brit¨¢nicos.
Tres horas despu¨¦s del amanecer, lleg¨® el primer ataque argentino. Primero fueron unos Pucara que al ver la situaci¨®n avisaron a las dem¨¢s fuerzas. Llegaron doce Miraae Y Skyhawk. seguidos por nuevas oleadas dif¨ªciles de establecer. Dorikin supone que unos cuarenta aviones argentinos participaron en esta operaci¨®n.
Los Harrier brit¨¢nicos contraatacaron en esta llarga batalla a¨¦rea que dur¨® de sol a sol y derribaron a ocho aviones ?argentinos. La lluvia de misiles lanzados por los buques brit¨¢nicos alcanz¨® a otros dos aviones enemigos.
Desde tierra, las fuerzas brit¨¢nicas derribaron a otros aviones con su artiller¨ªa. Catorce cazabombarderos argentinos cayeron, siempre seg¨²n la versi¨®n de Londres. Los aviones argentinos siguieron lanzando sus borribas'y disparando sus cohetes en las aguas del canal.
De modo casi milagroso, las fuerzas anfibias brit¨¢nicas no fueron tocadas, seg¨²n la versi¨®n inglesa, pero cinco de sus buques resultaron alcanzados. La fragata Ardent se,hundi¨® durante la noche. Se puso el sol.
Los aviones argentinos se retiraron. Los brit¨¢nicos sieguieron desembarcando hombres y materiales, hasta poner en tierra a cinco mil hombres.
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